martes, 28 de julio de 2009

Un aditivo alimentario común podría ser útil para detener la lesión medular


Diariomedico.com
ESPAÑA
UN COLORANTE AZUL
Un aditivo alimentario común podría ser útil para detener la lesión medular
Un aditivo alimentario bastante común, que se emplea para dar el característico color azul de ciertas bebidas y caramelos, podría servir para atenuar las lesiones medulares.


Redacción - Martes, 28 de Julio de 2009 - Actualizado a las 00:00h.



Un trabajo que se publica hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences revela que el colorante BBG (Blue Brilliant G), usado en algunos refrescos, entre otras utilidades, detiene la cascada molecular que desencadena el daño secundario en la médula espinal, si se administra en las horas siguientes a la lesión.

Maiken Nedergaard, profesor de Neurocirugía y director del Centro de Neuromedicina Traslacional en la Universidad de Rochester, ha dirigido el estudio en un modelo animal. En 2004 el equipo de Nedergaard publicó en Nature Medicine que el receptor P2X7, conocido por su función como regulador de la muerte de los macrófagos, también se encontraba en abundacia en las neuronas de la médula espinal. Se descubrió que el receptor se vinculaba al adenosín trifosfato (ATP), compuesto clave para la obtención de la energía celular, y que esa asociación conducía a la muerte celular que en la médula espinal podía implicar parálisis.

Así que los científicos se pusieron manos a la obra para identificar algún compuesto que, además de evitar la asociación de P2X7 con ATP, pudiera también administrarse por vía intravenosa. El resultado de la búsqueda fue el BBG, un antagonista de P2X7, y que desde 1982 contaba con la bendición de la agencia estadounidese FDA para su uso como colorante alimentario.

"Puesto que el BBG se empleaba de forma tan generalizada, pensamos que si podía detener la lesión desencadenada por ATP sin efectos secundarios podría convertirse en un tratamiento de la lesión medular", afirma Nedergaard. En modelos animales, los científicos confimaron esta hipótesis: los animales que recibieron el BBG redujeron las lesiones con un solo efecto secundario: la piel se tiñó de azul.
(PNAS 2009; 116: 12.489-12.493).

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