miércoles, 23 de septiembre de 2009

El oído interno influye de forma directa sobre el flujo sanguíneo cerebral


EL MÉDICO INTERACTIVO
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El oído interno influye de forma directa sobre el flujo sanguíneo cerebral

Redacción

La existencia de una conexión entre los otolitos, indicativos de nuestra posición, y la vasculatura cerebral, podría ser parte de la adaptación que nos permite mantener nuestro flujo sanguíneo cerebral en posición erguida


Madrid (24-9-09).- El oído interno tienen un efecto directo sobre el flujo sanguíneo cerebral, de forma independiente de la presión sanguínea y los niveles de dióxido de carbono en la sangre, según un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard en Estados Unidos que se publica en la revista BioMed Central Neuroscience.

En el trabajo se utilizaron una serie de experimentos de fuerza centrífuga en humanos para investigar los efectos de la estimulación de los otolitos y los canales semicirculares sobre la respuesta cerebrovascular.

Los investigadores, trabajaron de forma conjunta con científicos de la Nasa para realizar las pruebas. Según señala Serrador, "aunque se ha documentado el papel del sistema vestibular en la respuesta autonómica a la posición, este es el primer estudio en demostrar un efecto directo de la estimulación del otolito sobre el flujo sanguíneo cerebral".

Los investigadores estimularon los órganos vestibulares de 25 personas sanas al desplazarlos en una máquina centrífuga. Los cambios en la velocidad del flujo cerebral eran dependientes de la frecuencia de la estimulación vestibular, se oponían a los cambios en la presión sanguínea y no estaban asociados a los cambios en la finalización de la marea de dióxido de carbono.

Según señalan los investigadores, el mantenerse de pie sitúa la cabeza por encima del corazón y por ello hace más difícil proporcionar el flujo sanguíneo al cerebro. La existencia de una conexión entre los otolitos, que nos dicen que estamos de pie, y los vasos sanguíneos del cerebro, podría ser parte de la adaptación que nos permite mantener nuestro flujo sanguíneo cerebral cuando estamos de pie.

Serrador apunta que esta conexión podría explicar el reducido flujo cerebral en algunas personas. Así, el envejecimiento está asociado con la pérdida vestibular que podría contribuir a disminuciones en el flujo cerebral global.

"De forma similar, los pacientes con intolerancia ortostática podrían tener un defecto vestibular subyacente que exacerba la hipoperfusión cerebral cuando están de pie. El conocimiento conseguido a través de este estudio podría conducir a nuevas opciones de tratamiento para estas enfermedades".

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