miércoles, 16 de septiembre de 2009

Gripe A(H1N1) y cardiopatía, una mala combinación


Gripe A(H1N1) y cardiopatía, una mala combinación
JANO.es
11 Septiembre 2009 · Belén Diego


Los participantes en el último Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología han mostrado su preocupación por el impacto que puede tener la gripe A(H1N1) en los pacientes con cadiopatías. De hecho, algunos ponentes advirtieron de la posibilidad de que se trate de un binomio que desemboque en un repunte de la mortalidad en este grupo de población. Por este motivo, en Barcelona se han oído voces pidiendo que las personas que sufren ECV estén también entre las primeras en recibir la vacuna cuando esté disponible.

El único motivo aparente para estar tranquilo es que la mayor parte de los pacientes con cardiopatías tiene 60 años o más, una franja de edad que ha dado muestras de ser menos vulnerable a la infección. Con todo, la advertencia es que, por poco propensos que sean, cuando estos pacientes contraigan la gripe, la aparición de complicaciones importantes es una posibilidad casi inmediata. “Prácticamente, se da por hecho que la exposición a cualquier tipo de virus influenza va a incrementar la tasa de mortalidad entre los pacientes cardíacos”, decía en el encuentro Alfred Bove, presidente del Colegio Americano de Cardiología.

En las personas con insuficiencia cardíaca (IC), por ejemplo, esa exposición es especialmente delicada. “Cuando la IC es grave, el virus A/H1N1 podría ser el desencadenante de un empeoramiento límite”, aseguraba Joep Perk, catedrático de Ciencias de la Salud en la Universidad de Kalmar (Suecia) y portavoz de la ESC.

La eficacia de la medicación para tratar la acumulación de fluidos en los pulmones y la inflamación que suele acompañar a la cardiopatía son dos de los factores que pueden complicar la respuesta de estos pacientes, tanto a las terapias contra la gripe como a las que controlan su condición previa como cardiópatas. La infección puede empeorar la cardiopatía y viceversa.

En las directrices de la OMS sobre las personas indicadas para recibir los antivirales figuran, como grupos de riesgo, los pacientes con cardiopatías, los portadores del VIH y las embarazadas, que deberían recibir este tratamiento en cuanto se sospeche que pueden estar infectados por la nueva gripe. No obstante, antes de ‘lanzarse’ al tratamiento, los médicos deben asegurarse de que éste no interactúa con el resto de fármacos que están tomando sus pacientes. Quienes reciben anticoagulantes o estatinas, por ejemplo, deberán someterse a controles rigurosos para evitar interacciones potencialmente peligrosas.

De acuerdo con los cálculos de la OMS, 1 de cada 3 personas podría contraer la nueva gripe en un plazo de 1 o 2 años. Según los expertos, a menos que los pacientes con ECV adopten precauciones para evitar el virus, los resultados para su salud pueden ser nefastos. “Si la conducta de la gente no cambia, vamos a asistir a un incremento en el número de fallecimientos”, afirmó Rose Marie Robertson, responsable científica de la Asociación Americana del Corazón (AHA). “La circulación del virus va a ser intensa, de forma que estas personas tendrán que hacer todo lo que esté en su mano para evitar contagiarse”.
Sociedad Europea de Cardiología

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