viernes, 11 de septiembre de 2009

Inhibir vías de señalización de células estromales puede debilitar los tumores


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ESPAÑA
AYUDAN AL CÁNCER A DESARROLLARSE
Inhibir vías de señalización de células estromales puede debilitar los tumores
Una colaboración entre el Hospital Puerta de Hierro, de Madrid, el CIB y el Hospital del Mar, de Barcelona, da fe de que el estudio del estroma tumoral sigue cobrando protagonismo. Félix Bonilla, coordinador del proyecto, financiado por la Asociación Española Contra el Cáncer, señala que el tumor se vale del conglomerado celular estromal para crecer.


José A. Plaza - Viernes, 11 de Septiembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

llave conceptual:
1. Las terapias dirigidas acaban siendo resistentes en un tiempo no muy largo, porque los tumores mutan y se defienden

El estroma tumoral cada día da más de qué hablar. Este conglomerado celular se diferencia del tejido estromal sano en que, además de labores conjuntivas, se caracteriza por su importancia funcional en el desarrollo del cáncer. Es un ámbito que va ganando peso y al que dedica sus esfuerzos un proyecto, centrado en cáncer colorrectal, en el que están comprometidos tres grupos: el Hospital Puerta de Hierro Majadahonda y el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB), ambos en Madrid, y el Instituto Municipal de Investigaciones Médicas del Hospital del Mar, en Barcelona.

Félix Bonilla, del Puerta de Hierro y coordinador de la iniciativa, confía en lograr progresos en el conocimiento del estroma tumoral, más aún cuando el proyecto se ha beneficiado de un convenio de ayuda entre el hospital madrileño y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Antonio García de Herreros, del Hospital del Mar, e Ignacio Casal, del CIB, completan el trío de cabezas visibles en la investigación.

El tumor necesita ayuda
Bonilla ha señalado a Diario Médico que cada vez está más claro que "este componente no tumoral que llamamos estroma, formado por muchas estirpes celulares, es utilizado por el cáncer en su propio beneficio". Si, por ejemplo, el tumor no es capaz de sintetizar una serie de moléculas necesarias para su crecimiento, pueden producir otras moléculas para estimular las células estromales y que éstas lo ayuden en su desarrollo.

El estroma tumoral está formado por una serie de tipos celulares (fibroblastos, macrófagos, monocitos...) que están intercalados con las cancerígenas, que el cáncer utiliza para su propio beneficio cuando no es capaz de crecer por sus propios medios.

El grupo de Bonilla ya ha trabajado en diferentes interrelaciones entre los dos tipos de tejidos (estromal y cancerígeno), pero "es necesario conocer más datos para hallar áreas que, al ser inhibidas, dejen de prestar sus servicios al tumor".

Fibroblasto polifuncional
Ya que son muchas las estirpes celulares que se encuentran en estas zonas, los frentes que los investigadores pueden abrir son muchos. Entre las opciones, "el fibroblasto es uno de los tejidos en los que más confianza tenemos: clásicamente se vincula a la síntesis de fibrina y la cicatrización de heridas, pero se ha comprobado que tiene otras funciones controladas por el tumor".

El objetivo es tratar de modificar in vitro el fibroblasto (junto con otros tipos de marcadores ya conocidos), introduciendo y eliminando una serie de genes que activan su crecimiento, y que pueden hacerlo derivar a un estado llamado fibroblasto activado asociado a tumores. Uno de los genes con los que más experiencia tiene el grupo de Bonilla es Snail 1, clave en ciertas funciones tumorales; según el investigador, podría estar ligado a las capacidades que adquieren estos fibroblastos.

Bonilla cree que "necesitamos un mayor conocimiento del estroma tumoral para mejorar las opciones que ya tenemos para atacar directamente a las células tumorales". Hallar vías de estimulación y dianas en las células estromales, para inhibirlas y arrebatar al tumor estas fuentes de las que se aprovecha en su propio beneficio, es lo máximo a lo que aspira la investigación.

Tras años de experiencia, se ha comprobado que las terapias dirigidas "acaban siendo resistentes en un tiempo no muy largo, porque los tumores mutan, se defienden y se acostumbran al nuevo crecimiento". Esto sucede gracias a que la célula tumoral tiene una alta capacidad de hipermutabilidad, algo que no ocurre con las células no tumorales con las que trabajamos, por lo que es posible que "las vías dirigidas a controlar la estimulación de la que se aprovecha el cáncer puedan suponer una terapia más duradera que las que se dirigen directamente al tumor".

Del ratón al hombre
Los primeros pasos se darán sobre modelo animal: "Buscamos generar tumores en ratones partiendo de la activación de estas células, para después extraerlos y estudiarlos". El equipo de Bonilla, el más clínico de los tres que colaboran en el proyecto, se encargará de trasladar este conocimiento a los tumores humanos.

Hasta que ese momento se convierta en realidad, a corto plazo el reto es aumentar el conocimiento sobre el estroma tumoral. Bonilla reitera que "poco a poco se va comprobando que no se trata de algo inerte, sino vivo y funcionalmente activo que el tumor utiliza en su beneficio".

Respuestas estromales ¿estandarizadas?

Este tipo de marcadores, como los fibroblastos, no sólo corresponden al tejido estromal del cáncer colorrectal, modelo elegido por el grupo de Bonilla; aparecen asimismo en todos los tipos tumorales sólidos, por lo que este abordaje "puede aplicarse a otras entidades tumorales. Es posible que el estroma tenga unas formas de respuesta bastante estandarizadas, independientemente del tumor en que se encuentre y de las posibilidades de las células cancerígenas de activar su propio estroma". Los estudios en torno al estroma tumoral se suceden, y el grupo de Bonilla no es el único que trabaja en España en este ámbito. Hace algo más de un mes, científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) y del Instituto Catalán de Oncología (ICO) publicaron en Molecular Cancer que los factores solubles que eliminan los fibroblastos del estroma tumoral inducen la producción de la proteína PRL3, que esté implicada en el proceso de metástasis. Más recientemente, un equipo del Hospital de Jove, en Gijón, ha demostrado la importancia del estroma tumoral en la diseminación del cáncer de mama.

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