lunes, 7 de septiembre de 2009

IntraMed - Noticias médicas - Un programa de educación alimenticia ayuda a los pacientes renales


"Journal of the American Medical Association"
Un programa de educación alimenticia ayuda a los pacientes renales
Ingerir demasiado fósforo en la alimentación puede causar daños, pero una nueva herramienta ayuda a divisar el peligro.


Healthfinder

Consumir demasiado fósforo en la dieta puede ser peligroso para las personas que tienen enfermedad renal, pero un plan educativo ayuda a los pacientes a reducir este riesgo, halla un estudio estadounidense.

Los pacientes de enfermedad renal entre moderada y grave tienen dificultad para excretar el fósforo, lo que puede conducir a una acumulación de esta sustancia química. Los niveles elevados de fósforo en la sangre (hiperfosfatemia) aumentan el riesgo de enfermedades y de muerte. A los pacientes de enfermedad renal se les aconseja que limiten la ingesta de alimentos que tienen un contenido elevado de fósforo por naturaleza, tales como las carnes, los productos lácteos, los granos enteros y los frutos secos. Pero cada vez más se añaden aditivos que contienen fósforo a los alimentos procesados y a la comida rápida, de acuerdo con la información de fondo del estudio.

En el estudio participaron 279 pacientes de enfermedad renal en etapa terminal con niveles séricos (en sangre) elevados de fósforo, es decir de más de 5.5 miligramos por decilitro (mg/dL). Algunos de los pacientes (145) recibieron educación para evitar los alimentos que contenían aditivos de fósforo al hacer la compra o en los restaurantes de comida rápida, mientras que el resto (134) siguió recibiendo la atención habitual.

A principios del estudio, el nivel sérico promedio de fósforo era de 7.2 mg/dL en el grupo de intervención y de 7.1 mg/dL en el grupo de control. Luego de tres meses, esos niveles se redujeron en 1.0 mg/dL en el grupo de intervención y en 0.4 mg/dL en el grupo de control. Los pacientes del grupo de intervención eran mucho más propensos a leer la lista de ingredientes y la información nutricional de las etiquetas de los alimentos.

El estudio aparece en la edición del 11 de febrero de la Journal of the American Medical Association.

"El declive mayor de 0.6 mg/dL en el nivel promedio de fósforo entre los participantes del grupo de intervención en comparación con los participantes del grupo de control correspondió a una reducción de 5 a 15 por ciento en el riesgo de mortalidad relativa en estudios de observación", escribió un equipo dirigido por Catherine Sullivan, del Centro Médico MetroHealth y la Universidad Case Western Reserve en Cleveland.

"Nuestros hallazgos plantean la posibilidad de que la ingesta típica de alimentos procesados y comida rápida contribuye a la hiperfosfatemia, a eventos cardiovasculares y a las enfermedades de los huesos observadas entre los pacientes de enfermedad renal terminal. Nuestros resultados tienen implicaciones importantes para los pacientes, médicos, investigadores y legisladores", escribieron los autores del estudio. "Los pacientes de enfermedad renal en etapa terminal y los médicos deben aprender sobre el fósforo que está presente de manera natural y los aditivos que contienen fósforo, y los pacientes deben limitar su consumo total de fósforo de 800 a 1,000 miligramos al día de acuerdo con las directrices establecidas".

Agregaron que los investigadores se debían centrar en el desarrollo de métodos de prevención y tratamiento de la hiperfosfatemia, y los legisladores deben considerar formas de resolver el problema, por ejemplo mediante el listado obligatorio del contenido de fósforo en las etiquetas de los alimentos.


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