domingo, 11 de octubre de 2009

El estrés y la falta de descanso dan hambre


EN TUCUMAN. Carlos Bauzá apuntó contra la industria alimentaria. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO

SALUD - CONGRESO DE OBESIDAD
El estrés y la falta de descanso dan hambre
Domingo 11 de Octubre de 2009 | La alteración del ciclo biológico afecta la función orgánica. La comida sana y la actividad física son clave para bajar de peso. La afección crónica requiere terapia multidisciplinaria.

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"Cada vez hay menos fármacos para tratar la obesidad. Las drogas que había hace tres décadas -como las anfetaminas, por ejemplo- ya no existen en ningún país del mundo. Las retiraron del mercado por el mal uso que le dieron personas no idóneas. Pero eran efectivas contra la obesidad". La afirmación del endocrinólogo rosarino Alfredo Ghione Pelayo, fue compartida por sus pares especializados en nutrición y obesidad Carlos Bauzá y Oscar Céliz (Córdoba) y Osvaldo Volpe (Mar del Plata) y Félix O. Noriega (Tucumán). Todos participaron dela mesa panel sobre el tratamiento farmacológico del exceso de peso, en el seno del II Congreso Federal de Obesidad que se desarrolla en Tucumán.
Los especialistas adjudican la epidemia de obesidad que afecta a los EE.UU. a distintos factores como el sedentarismo, la ingesta de grandes porciones de alimentos, la comida chatarra, el abuso de alcohol, entre otros factores.
"La industria alimentaria utiliza mucho el jarabe de maíz de alta fructuosa, en reemplazo del azúcar común. Dicha sustancia no llega al cerebro y, por lo tanto, no produce saciedad. Por el contrario, genera una especie de adicción. El uso del jarabe de maíz en alimentos (sólidos y líquidos) trepó del 1% al 40% en los últimos años", advirtió Bauzá, autor -junto a Céliz y colaboradores- del libro "Obesidad: causas, consecuencias y tratamiento".
También coadyuvan al desarrollo de la obesidad el estrés y dormir poco, porque aumentan la producción de cortisol en el organismo. Según Volpe, el aumento de cortisol incrementa el apetito y disminuye el gasto de energía. También descalcifica y da paso a la osteoporosis. "Tales desajustes -aclaró- no se producen en todas las personas, sino en aquellas que tienen predisposición a la obesidad".

Una patología crónica
La obesidad es considerada una patología crónica. La evidencia científica sugiere que se trata de una enfermedad con origen multifactorial: genético, ambiental, psicológico entre otros. Además, dispara otras enfermedades crónicas como los males cardíacos, la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, la artrosis, el hígado graso, altos niveles grasas en la sangre (colesterol y triglicéridos) y daños renales.
"Por esta razón, el tratamiento de la obesidad debe estar en manos de un equipo multidisciplinario. Primero hay que investigar las causas y luego indicar el tratamiento que corresponde a cada paciente", remarcó Félix Noriega.

Los fármacos más utilizados
Los cambios de estilo de vida (dieta sana y ejercicio físico en forma continua) muchas veces no bastan para perder kilos. Hay pacientes que requieren apoyo farmacológico. "Las drogas que usamos son el orlistat y la sibutramina. La primera evita que el 30% de las grasas que se ingieren no sean absorbidas por el organismo. La segunda quita el hambre y da saciedad", precisó Alfredo Ghione Pelayo.
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