miércoles, 21 de octubre de 2009

Lactancia materna, esencial en la asistencia de catástrofes


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CÓMO DIFUNDIR INFORMACIÓN CONTRA LOS MITOS RESPECTO A LA LECHE HUMANA
Lactancia materna, esencial en la asistencia de catástrofes

La lactancia materna es una fuente segura de alimentación que debe reforzarse en situaciones de emergencia y catástrofes, ya que asegura la correcta alimentación del niño. Unas jornadas del Hospital 12 de Octubre preparan a los profesionales para estas acciones.


Isabel Gallardo Ponce - Miércoles, 21 de Octubre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

llave conceptual:
1. Debe controlarse el envío de alimentación artificial durante las emergencias, ya que reduce significativamente las tasas de lactancia

Si la lactancia materna es la mejor opción para los niños sanos, lo es aún más para los que se encuentran en situación de riesgo por causa de emergencias, pandemias o catástrofes naturales, según han explicado a DM Concha de Alba, neonatóloga y Consultora Internacional de Lactancia, y Clotilde Pose, enfermera supervisora de Área de del Centro Maternoinfantil y Coordinadora del Comité de Lactancia Materna, ambas del Hospital 12 de Octubre de Madrid, con ocasión de las Jornadas de Lactancia Materna, que se han celebrado en el centro durante la Semana Mundial de la Lactancia Materna.

Según ha afirmado De Alba, catástrofes naturales como el huracán Katrina y sus devastadores efectos en Nueva Orleans han puesto de manifiesto la necesidad de asegurar la alimentación infantil, por lo que recomienda elevar las tasas de lactancia materna en todos los países. La aplicación de guías por parte de las autoridades sanitarias que pauten la alimentación infantil en los casos de emergencias son necesarias para saber "qué hacer, cómo apoyar a las madres para que continúen la lactancia y cómo relactar una vez que han terminado".

En las emergencias sanitarias es habitual recibir sucedáneos de leche materna. "Las casas comerciales no deberían enviar leche sino dinero. Si mandan alimentación artificial, es necesario que sólo se administre en los casos necesarios, y con la información precisa sobre cómo utilizarlos", incluyendo las instrucciones en el idioma del país, ha afirmado De Alba.

De Alba y Pose coinciden en que los envíos masivos de alimentación artificial influyen negativamente en las tasas de lactancia, ya que las mujeres terminan por administrar las fórmulas. Los profesionales han de asegurarse de que se cumple el Código Internacional del Comercialización de Sucedáneos, y de que en los casos en los que se ha de administrar la alimentación artificial se tomen las precauciones necesarias al preparar biberones y la leche de fórmula, ya que en muchas emergencias el agua puede estar contaminada. Además, se debe dotar a las mujeres de agua y jabón para lavar los utensilios.

De Alba recomienda enviar consultorios de lactancia, que cuenten con profesionales que asesoren, apoyen y acompañen a las mujeres. "El uso de nodrizas, o de familiares que puedan ocuparse de la lactancia en estas situaciones es muy recomendable". Otras medidas que pueden ayudar son reunir a las lactantes en los campamentos que se organizan tras las emergencias y darles una ración extra para asegurar un buen estado de madre e hijo.

Según Pose, es imprescindible terminar con mitos como que las mujeres no tienen suficiente leche para los niños, o que la alimentación artificial es más sana. "Hay que dar a las madres la formación suficiente y ayudar al niño hasta que se agarre por sí solo al pecho". De Alba ha añadido que hay que tranquilizar y apoyar a las mujeres en estos casos de estrés. "Los profesionales debemos informar, formar y apoyar a las madres. Pero la decisión final es suya, y si deciden no hacerlo hay que respetarlo y apoyarlas igualmente", ha concluido Pose.

Beneficios
Cada vez existe más evidencia sobre los beneficios de la leche materna, que establecen que ésta fortalece el sistema inmunitario del niño, ayuda a reducir a la mitad el número de ingresos por procesos respiratorios y gastrointestinales, reduce el riesgo de desarrollar en la adolescencia y vida adulta enfermedades metabólicas, cardiovasculares y osteoporosis, y reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario en la madre.

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