lunes, 16 de noviembre de 2009

Ingesta moderada de grasa, lo mejor en síndrome metabólico


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ESPAÑA
resulta MÁS EFICAZ QUE LA DIETA HIPOGRASA
Ingesta moderada de grasa, lo mejor en síndrome metabólico
La ingestión moderada de grasas (el 40 por ciento de la dieta) resulta mejor que la ingestión baja (un 20 por ciento del total de la dieta) para frenar el síndrome metabólico, según un trabajo presentado en la Reunión Anual de la Asociación Americana del Corazón.


Clara Simón Vázquez. Orlando - Lunes, 16 de Noviembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

Una dieta moderada en grasas, con el 40 por ciento de la ingesta de grasa, el 45 de carbohidratos y el 15 de proteínas, es más eficaz que la baja en grasas, con el 20 por ciento de éstas, el 65 por ciento de carbohidratos, y el 15 por ciento de proteínas, en los pacientes con síndrome metabólico. El equipo de Robert Knopp, de la Universidad de Washington, en Seattle, ha llevado a cabo un estudio doble ciego, randomizado y cruzado en pacientes con síndrome metabólico para valorar la eficacia de ambas dietas. Los pacientes se sometieron a cada una de ellas durante cuatro semanas y las dos eran bajas en grasas saturadas. Una vez completadas las dos dietas, siguieron durante 12 semanas la establecida en el programa de educación para el control del colesterol. Knopp ha presentado los resultados en la Reunión Anual de la Asociación Americana del Corazón (AHA), que se está celebrando en Orlando, y ha destacado que el HDL era menor en la dieta baja en grasas (4,9 mg/dL), que en la moderada (1,9 mg/dL), mientras que el LDL se redujo 3,4 mg/dL en la dieta baja en grasas y 11,6 mg/dL en la moderada, "lo que indica que la dieta moderada mejora la dislipemia aterogénica en el síndrome metabólico".

Así, la dieta moderada en grasas es la intervención dietética más aconsejable en sujetos con síndrome metabólico para mejorar su riesgo cardiovascular.

No ha sido éste el único estudio relacionado con la dieta presentado en la AHA. Lori Mosca, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, ha coordinado un estudio en el que se demuestra que el aumento del consumo de frutas y verduras y ácidos grasos omega 3 favorece una reducción de los niveles de inflamación y del colesterol asociado a enfermedad cardiovascular en los familiares de los pacientes.

Durante un año, más de 500 sujetos respondieron a un cuestionario sobre su dieta y se les midieron los niveles de proteína C reactiva y otros biomarcadores de inflamación. Tras ajustar varios factores, como la edad, sexo, el tabaco y la historia familiar de enfermedad cardiovascular, Mosca ha llegado a la conclusión de que la inclusión de un gramo de fruta o verdura por día y la misma cantidad de omega 3 se asocia con una reducción de los niveles de la proteína. Además, si se reduce un gramo la ingesta de grasas saturadas y grasas trans se consigue disminuir el LDL.

De esta forma, el trabajo demuestra que incluso los pequeños cambios saludables en la dieta consiguen mejorar los marcadores de lípidos e inflamación en los familares de los pacientes con enfermedad cardivoascular. Por eso, es bueno compartir los buenos hábitos.

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