martes, 3 de noviembre de 2009

"No hay que abandonar ningún frente"


SIDA / Para dominar la epidemia
"No hay que abandonar ningún frente"
Lo afirma la descubridora del VIH, doctora Françoise Barré-Sinoussi, premio Nobel de Medicina 2008

Noticias de Información general: Martes 3 de noviembre de 2009 | Publicado en edición impresa
Nora Bär
LA NACION

Poco antes de la Navidad de 1982, la viróloga Françoise Brun-Vézinet, del Hospital Bichat de París, y el médico clínico Willy Rozenbaum se acercaron al Instituto Pasteur inquietos por la aparición de una extraña enfermedad que se propagaba entre hombres homosexuales. En los Estados Unidos se habían reportado los primeros casos meses antes, y Luc Montaigner decidió plantearle el desafío a Françoise Barré-Sinoussi.

"Nos dijeron que tenían un paciente que aceptaría participar en la investigación -recuerda Barré-Sinoussi-. Aceptó, pero quisimos dejarle pasar las fiestas de Navidad tranquilo antes de hacerle una biopsia." Hacia el 20 de enero de 1983 ya habían hecho la primera detección del virus en cultivo y hacia principios de febrero tenían las primeras imágenes del VIH.

Nunca antes en la historia de la medicina un esfuerzo concertado entre médicos e investigadores había permitido progresar tanto tan rápido. La identificación del virus permitiría diseñar los primeros tests de diagnóstico, en 1985, y los primeros antirretrovirales, en 1988. Aunque luego el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, demostraría a la ciencia que no sería tan fácil dominarlo...

Ayer, la protagonista de esta historia notable llegó a Buenos Aires para participar en una reunión del Programa Amsud-Pasteur sobre la situación en la región.

-Doctora Sinoussi, recientemente se dieron a conocer resultados poco satisfactorios de una vacuna contra el VIH. ¿Piensa que todavía será posible lograr una inmunización efectiva?

-Hasta ahora hubo tres ensayos: en 2003, en 2007 y el de este año. El primero no fue eficaz, el segundo presentó problemas y el que se dio a conocer hace algunas semanas mostró una eficacia relativa del 30%, que no es en modo alguno suficiente para una vacuna. Pero hay mucha investigación en marcha y mucha esperanza de llegar a mejores inmunizaciones.

-¿Cómo debería entonces enfocarse la prevención?

-Hoy sabemos que la utilización del preservativo, en lo que hace a la prevención, funciona. Hay también otras posibilidades que se centran en disminuir las prácticas de riesgo, y en ese sentido la circuncisión disminuye el riesgo de transmisión en un 70%. Pero en el futuro, según mi opinión, se tenderá a conjugar un conjunto de acciones de prevención, el preservativo, la circuncisión, los antirretrovirales (que disminuyen la cantidad de virus en el cuerpo de los portadores), los microbicidas (que están en investigación)... La prevención se logrará con una combinación de recursos.

-¿Pueden superarse los antirretrovirales que conocemos?

-Sí, por supuesto. En primer lugar, hoy tenemos un abanico de moléculas que actúan a diferentes niveles del ciclo de multiplicación del virus, pero podemos descubrir otros medicamentos en el futuro que se basarán en el descubrimiento de nuevas interacciones entre los constituyentes del virus y de las células que el virus infecta. No conocemos todavía todas estas interacciones. Debemos entenderlas mejor para encontrar nuevos blancos terapéuticos.

- Entre la vacuna y la medicación, ¿cuál es para usted el camino más prometedor?

-Es una pregunta difícil. Los dos son un desafío. Simplemente creo que hay que hacer las dos cosas. No hay levantar el pie del acelerador. Hay que continuar trabajando en los dos frentes de forma igualmente intensiva.

- ¿En cuál de ambos enfoques trabaja actualmente?

-Mi laboratorio intenta contribuir con una mejor comprensión de las respuestas protectoras contra la infección a través del estudio de diferentes modelos. Un modelo son los pacientes que uno llama "controladores de elite", pacientes que seguimos desde hace diez y hasta quince años, que nunca recibieron el menor tratamiento y que controlan naturalmente la multiplicación de virus en su cuerpo. Es una pequeña proporción de sujetos, de menos del 0,6% de las personas afectadas; queremos comprender los mecanismos naturales de protección que lograron desarrollar. El otro modelo es complementario. Son los monos verdes de Africa, que al contrario de los controladores no controlan para nada la multiplicación de virus en su cuerpo pero controlan muy rápido las anomalías de activación de su defensa inmunológica. Estos monos son portadores de múltiples virus, pero no desarrollan el sida. Lo que nos interesa es comprender esa anomalía de activación de su respuesta inmunitaria. El tercero es la interfaz materno-fetal, la mucosa intrauterina en la que hasta ahora nadie se interesó. Se sabe que en el 80% de los casos el bebe no es afectado aunque su mamá no reciba tratamiento. Debe haber mecanismos de protección involucrados en esta mucosa en la interfaz materno-fetal...

-La historia del descubrimiento del VIH es una de las más exitosas de la historia de la medicina. Sólo llevo un par de semanas...

-Llevó algunas semanas gracias a una acción extremadamente eficaz y, según mi opinión, notable, entre mis colegas y los clínicos. Fueron las observaciones clínicas las que nos permitieron definir la estrategia, y es gracias a esta definición estratégica que uno puede avanzar extremadamente rápido. Pienso que es un ejemplo que siempre hay que tener en mente.

-¿En ese momento, usted pensó que el virus sería tan difícil de vencer?

-No... porque uno siempre es optimista y está lleno de esperanza, si no, no se dedica a la investigación. Un poco inocentemente vimos muy rápido que el virus infectaba los linfocitos y los CD4, que estas células morían... pero 26 años después todavía no comprendemos por qué los linfocitos y los CD4 desaparecen. Fuimos muy inocentes al pensar que saberlo iba a explicar todo. Hay muchos otros mecanismos, mucho más complejos detrás. Comenzamos a percibirlos cuando conocimos el genoma del virus y nos dimos cuenta de que era mucho más complejo que el de otros virus y que además había una inmensa diversidad entre los virus de diferentes pacientes...

¿Sigue siendo optimista?

-Siempre.

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Lo afirma la descubridora del VIH, doctora Françoise Barré-Sinoussi, premio Nobel de Medicina 2008

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