domingo, 17 de enero de 2010

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Dieta e IRC
Alimentación en la insuficiencia renal crónica
La restricción proteica en la alimentación es beneficiosa para los pacientes con insuficiencia renal crónica.

Dres. Mandayam S, Mitch WE.
Comentario y resumen objetivo: Dr. Ricardo Ferreira
Nephrology (Carlton). 2006 Feb;11(1):53-7.


Bases metabólicas de una dieta apropiada para los pacientes con enfermedad renal crónica:

La razón para indicar una dieta adecuada al paciente con insuficiencia renal crónica (IRC), es la misma que para los enfermos con insuficiencia hepática o con trastornos genéticos del metabolismo: una baja tolerancia a las proteínas. En los pacientes con IRC, los aminoácidos derivados de las proteínas tienen 3 caminos: pueden ser utilizados para sintetizar nuevos depósitos de proteínas, se generan productos de deshecho que deben ser excretados por el riñón, o se acumulan en una proporción directa con el grado de IRC.
Las manifestaciones de la intolerancia a las proteínas están dentro de los síntomas urémicos y son:

- Hiperparatiroidismo y lesiones óseas.

- Reducción de la sensibilidad a la insulina.

- Aumento del catabolismo de los aminoácidos.

- Aumento de la proteinuria.

- Tendencia a la acidosis e hiperfosfatemia.

- Creatinina > 5 mg/dl y urea en sangre >120 mg/dL.

Estas alteraciones son raras cuando el paciente es instruido para seguir una dieta hipoproteica adecuada y con suficientes calorías.
Ya ha pasado un siglo desde que se conoce que la urea es el principal metabolito con nitrógeno. La urea de por sí puede o no ser tóxica, pero constituye un índice del grado de acumulación de otras toxinas. Esto es relevante porque los alimentos que elevan la urea son ricos en proteínas, sal, ácido úrico y fosfatos.

Requerimientos de proteínas

Las recomendaciones de la OMS sobre las necesidades proteicas incluyen un aporte diario de 0,8 g proteína/kg de peso y un mínimo de 0,6 g proteína/kg de peso.
Pese a que se sabe desde hace larga data que la dieta hipoproteica previene las complicaciones de la IRC, a menudo es subestimada con el argumento de que el paciente puede perder masa muscular y entrar en un estado de desnutrición. Este concepto está apoyado por el hecho de que el paciente con IRC tiende a la anorexia y puede disminuir su aporte de calorías. Sin embargo, es escasa la evidencia de que se puedan perder los depósitos de proteína si la dieta es regulada adecuadamente. Esto se vio en el estudio más extenso que se haya hecho sobre dieta hipoproteica y que fue patrocinado por el US National Institutes of Health, Modification of Diet in Renal Disease Study (MDRD), donde solamente dos pacientes sobre un total de 1785, abandonaron el estudio por la posibilidad de desnutrición.

Los problemas metabólicos atribuidos a la desnutrición en los pacientes con IRC, en general son causados por factores ajenos a la dieta hipoproteica. Por ejemplo, la hipoalbuminemia generalmente es producida por inflamación y no por un menor aporte de proteínas. Asimismo, los procesos proteolíticos que predominan sobre los procesos de síntesis proteica son en general el resultado de acidosis metabólica y de menor actividad insulínica y justamente se corrigen con una dieta hipoproteica. Incluso un buen plan de dieta puede mejorar las cifras bajas de albúmina.

Otro argumento de algunos nefrólogos para no utilizar una dieta hipoproteica consiste en que los pacientes con IRC se ajustan mal al régimen o no lo cumplen. Esta no es una razón válida para justificar la omisión de una dieta hipoproteica, más bien es el resultado de una inadecuada información o seguimiento del especialista sobre el paciente. Es de destacar que el control de la dieta y los ajustes necesarios que se le puedan hacer, se manejan fácilmente aplicando simples cálculos sobre determinaciones periódicas de la excreción urinaria de urea de las 24 horas.

Dieta hipoproteica y progresión de la insuficiencia renal

Es difícil determinar en que grado la dieta hipoproteica retarda o mejora la IRC. Esto se debe a la falta de trabajos extensos y sólidos sobre el tema. Resulta dificultoso evaluar una población con IRC a la que se le administra dieta hipoproteica contra otra que recibe una alimentación estándar. Muchos trabajos no han tenido en cuenta el porcentaje de pacientes que abandonan el régimen. En esos casos, el fracaso terapéutico no se debe a la dieta hipoproteica, sino simplemente porque ésta no se cumplió. El empleo irregular de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina también puede distorsionar los resultados. Incluso no están bien definidos los mecanismos que producen la pérdida de la función renal.

De todas maneras entre dichos mecanismos estaría la hipertensión sistémica e intrarrenal, el daño tóxico por la proteinuria y la persistencia de la enfermedad que produjo la IRC. Una dieta hipoproteica tendría la capacidad de contrarrestar estos mecanismos. Debido a que una alimentación abundante en proteínas está asociada con un aumento del ingreso de sodio, potasio, fosfatos y ácido úrico, no debe sorprender que una dieta hipoproteica reduzca la hipertensión intrarrenal.

Aspectos destacados

¿Qué se conocía del tema?
La importancia de la uremia y de la dieta hipoproteica son conocidas desde hace un sigo.

¿Qué aporta el estudio?
El estudio analiza los mecanismos por medio de los cuales la dieta hipoproteica retarda o mejora la IRC.
También describe las razones por las cuales la dieta hipoproteica es subestimada por muchos nefrólogos.

¿Cómo se vincula a la práctica?
La aplicación de una dieta hipoproteica exige un control y seguimiento adecuados del paciente para que éste se ajuste a la dieta. El control se puede efectuar midiendo periódicamente la excreción urinaria de urea de 24 horas.
La dieta hipoproteica puede ayudar a controlar la hipertensión extra e intrarrenal y regularizar los valores de albúmina en sangre.


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