martes, 19 de enero de 2010

"Los antipsicóticos tras daño cerebral grave, que sean de última generación"


Fernando Lázaro

Diariomedico.com
ESPAÑA
LA NEURORREHABILITACIÓN CONDUCTUAL DEBE ADAPTARSE AL PACIENTE Y SER MULTIDISCIPLINAR
"Los antipsicóticos tras daño cerebral grave, que sean de última generación"
Fernando Lázaro Perlado, neuropsiquiatra que trabaja en Buckinghamshire, en el Reino Unido, confía en la multidisciplinariedad para abordar los daños cerebrales adquiridos. Si se trata de casos graves, el arsenal terapéutico es abundante: en su opinión, si se hace uso de antipsicóticos, hay que optar por los de última generación.


José A. Plaza - Martes, 19 de Enero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. Puede haber problemas neuropsiquátricos subyacentes, como depresión, psicosis, ansiedad, epilepsia, estrés postraumático y problemas mioclonales
2. Betabloqueantes como propanolol, y agonistas dopaminérgicos como amantadina, bromocriptina y modafinil, refuerzan el arsenal farmacológico



El diagnóstico y tratamiento de afecciones neuropsiquiátricas derivadas de un daño cerebral adquirido, junto con la rehabilitación neuroconductual, son los principales ámbitos de actuación de Fernando Lázaro Perlado, que desarrolla su labor en el Community Head Injury Service, de Buckinghamshire, en el Reino Unido.

Según ha explicado en su participación en las Jornadas Científicas sobre Daño Cerebral Irreversible, organizadas en Madrid por la Fundación Hospital San José, "hay perfiles patológicos muy diferenciados, que van desde problemas ejecutivos y de memoria hasta daños cognitivos y físicos, pasando por alteraciones conductuales graves que llevan a los afectados a delinquir".

Lóbulos frontales
Su aparición suele tener su origen en una suma de factores: "Los lóbulos frontales están muy implicados, porque manejan las respuestas ejecutivas y de planificación de tareas, además de la deshinhibición, falta de aptitudes sociales y excesiva agresividad, que pueden potenciarse con dependencia al alcohol y drogas".

Lázaro cree que hay que diseñar un plan de neurorrehabilitación conductual para cada paciente "absolutamente multidisciplinar". Si se trata de daños moderados, no siempre se implica una unidad de pacientes internos, sino los equipos comunitarios, con planes específicos, que trabajan con un tiempo definido.

Para los casos más avanzados la terapia farmacológica desempeña un papel muy importante: "Puede haber diversos problemas neuropsiquátricos subyacentes, como depresión, psicosis, ansiedad, epilepsia, estrés postraumático, síndrome de Homs, problemas mioclonales, etc.; es la razón por la que se suelen utilizar los antidepresivos".


Más arsenal farmacológico
Los antipsicóticos también tienen su hueco, pero "en mi opinión siempre de última generación, porque los más antiguos presentan déficits anticolinérgicos e influencias en el estado cognitivo del paciente". Betabloqueantes como el propanolol y agonistas dopaminérgicos como amantadina, bromocriptina, y en algunos casos modafinilo, refuerzan el arsenal. Lázaro aconseja "especial prudencia con el umbral de las crisis en epilepsia, ya que no se puede dejar al paciente por debajo, pero tampoco mantenerlo drogado". Finalmente, ha criticado "la falta de unidades dedicadas a la neurorrehabilitación del daño cerebral adquirido en España", y vislumbra una carencia de unidades dedicadas a menores.

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