viernes, 5 de febrero de 2010

La inducción de tolerancia oral puede curar la alergia


II Jornada de Actualización en Terapéutica Pediátrica
Ana Clement, Juan Carlos López Robledillo, Mª Teresa Muñoz, Marcelino Cucarella (director médico del hospital) y Paloma Ibáñez, del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid. (DM)

Diariomedico.com
ESPAÑA
ALÉRGENOS ALIMENTARIOS, COMO LA LECHE Y EL HUEVO
La inducción de tolerancia oral puede curar la alergia
El tratamiento activo, basado en la inducción de tolerancia oral, puede revertir la alergia a determinados alimentos, como la leche y el huevo, en pacientes pediátricos seleccionados.


Sonia Moreno - Viernes, 5 de Febrero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


La inducción de tolerancia oral está obteniendo muy buenos resultados en los niños con alergia alimentaria. Así lo ha destacado Paloma Ibáñez, coordinadora de la Sección de Alergología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, con motivo de la II Jornada de Actualización en Terapéutica Pediátrica, que organizan el hospital madrileño y la Sociedad de Pediatría de Madrid y Castilla La Mancha.

La alergia alimentaria infantil suele evolucionar favorablemente, de manera que en muchos casos desaparece hacia los cinco años. Sin embargo, hay otros niños que al crecer continúan con la alergia y es en ellos donde especialmente está indicado el tratamiento activo, en concreto la inducción a la tolerancia o administración de dosis progresivamente crecientes del alimento alérgeno hasta alcanzar la cantidad adecuada para cada edad. Hasta hace poco el único abordaje posible era una dieta de exclusión: pautas alimentarias para evitar el alimento alérgeno, que merman mucho la calidad de vida de los niños y las familias, y que tampoco están exentas de que se produzcan accidentes por la presencia del alérgeno de forma oculta.

El Hospital Niño Jesús puso en marcha hace unos cinco años un protocolo de inducción de tolerancia a la leche, y más recientemente, al huevo, que además de estar entre los alérgenos alimentarios más frecuentes, son dos de los alimentos ocultos muy comunes, lo que dificulta una dieta de exclusión.

Como explica Ibáñez, "trabajamos de forma separada con los menores de cinco años y los mayores de esa edad; los casos de los niños mayores resultan más difíciles de controlar, porque tienen anticuerpos específicos al alimento y han podido presentar reacciones graves, incluso anafilácticas. Por ello es la indicación óptima del tratamiento activo. En los niños más pequeños el objetivo es influir en la evolución natural de la alergia, evitando así que se conviertan en adultos de alto riesgo".

Hasta el momento se han incluido a cerca de 130 niños con alergia a leche y más de 60 al huevo, y se ha iniciado otro de alergia a los cereales. El éxito del tratamiento con la alergia a la leche se cifra en un 85 por ciento, y con el huevo es superior, del 95 por ciento, y está pendiente de publicación en revistas especializadas internacionales. Los protocolos pueden completarse en unos 40 días. Con todo, la alergóloga recuerda que no es una intervención exenta de riesgos, de ahí que estos tratamientos se lleven a cabo en el entorno hospitalario.

La alergia alimentaria es uno de los temas seleccionados en esta jornada de actualización por el interés despertado en los pediatras de AP. Teresa Muñoz, coordinadora de la reunión, también se ha referido a otros temas elegidos, como el del tratamiento de las dislipemias, cuyo aumento en las consultas de pediatría va parejo con el crecimiento de las tasas de obesidad infantil. No obstante, también hay niños sin sobrepeso, pero con antecedentes familiares en los que se indica realizar un despistaje de estas alteraciones.

La patología oftalmológica es otro de los temas tratados de forma práctica en la jornada. "La atención primaria es el primer peldaño del cribado visual, para descartar defectos de refracción, que en los menores de seis años puede ser un factor ambliopizante", explica la oftalmóloga Ana Clement. Una exploración básica incluye la búsqueda de opacidad corneal, glaucoma y catarata; el taller también ha abordado, entre otros temas, el diagnóstico diferencial del ojo rojo y el manejo de la obstrucción del lagrimal.

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