jueves, 25 de febrero de 2010

Una nueva técnica podría mejorar el diagnóstico del cáncer por resonancia


Unidad de Sintesis Orgánica e Imagen Molecular. En primera fila: Nuria Arias, Blanca Lizarbe, Paloma Ballesteros, Pilar López-Larrubia, Sebastián Cerdán y Jesús Pacheco Torres. Detrás: Carmen Unbide, Patricia Sánchez, Rocio Pérez-Carro, Daniel Calle, Teresa Navarro, Rosa Fayos. (DM)

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el csic confía en encontrar un socio
Una nueva técnica podría mejorar el diagnóstico del cáncer por resonancia
Nanotubos de grafeno con propiedades paramagnéticas. Esta es la piedra angular de una investigación que podría revolucionar la detección de enfermedades por resonancia. El hallazgo, presentado por el CSIC y la UNED, señalaría las alteraciones del flujo sanguíneo, facilitando el diagnóstico de algunas de las principales causas de mortalidad en Occidente.


Laura D. Ródenas - Jueves, 25 de Febrero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. El método se basa en el uso de nanotubos de carbono, que, dentro de un campo magnético y a modo de brújula, indican cuándo hay una obstrucción arterial
2. Saber si los átomos de hidrógeno tardan más o menos (oponen mayor o menor resistencia) en volver a su lugar permitiría intuir si hay o no alteraciones

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han ideado un sistema para mejorar las imágenes por resonancia magnética que permitiría realizar un diagnóstico más temprano y certero de enfermedades vasculares como la aterotrombosis y la isquemia cerebral, además de ser útil para conocer más sobre la circulación capilar en las zonas cancerosas.

El método en cuestión se basa en la utilización de nanotubos de carbono, que, dentro de un campo magnético y como si de una brújula se tratase, indicarían cuándo hay una obstrucción arterial. "Estas estructuras son como agujas de 150 nanometros de largo por tan sólo uno de ancho que permiten distinguir la circulación normal de las turbulencias que puedan originarse en el torrente sanguíneo", explica Sebastían Cerdán, investigador del CSIC en el Insituto de Investigaciones Biomédicas y autor principal del estudio junto a Paloma Ballesteros, de la UNED.

De acuerdo con el experto, "la pista nos la daría la dirección que adquiriesen los nanotubos, de modo que si hay una obstrucción éstos girarían sobre sí mismos. Pero hay más: el procedimiento no consiste sólo en registrar la dirección que toman estas micromoléculas sino en medir la resistencia que ofrecen al desplazamiento de los átomos de hidrógeno.

El porqué de este interés estriba en que el objeto de una resonancia magnética es dejar constancia de la medida en que el campo magnético creado por la máquina altera el alineamiento natural de los átomos de hidrógeno del cuerpo, que se desplazan fuera de su posición normal. Saber si los átomos de hidrógeno tardan más o menos tiempo en volver a su lugar permitiría intuir si hay o no alteraciones.

Sabiendo esto, el equipo de Cerdán suspendió los nanotubos en una solución acuosa de detergente que luego someterían a una resonancia magnética. De este modo, "los nanotubos serían como troncos en mitad de un río que, dependiendo de hacia donde se impulse el agua, opondrán más o menos resistencia", ejemplifica.

Y continúa: "En una situación normal el agua se difunde con mayor rapidez en el eje z [hacia arriba] que en los ejes x e y[hacia los lados]. Sin embargo, si hubiese un terremoto, es decir, un accidente vascular, y muchos de los troncos estuvieran caídos, el agua encontraría la misma resistencia en todas las direcciones.

Uso efectivo
Aunque la técnica ya ha sido patentada por el CSIC, se encuentra todavía en una primera fase experimental a la espera de financiación para extender la investigación a animales y dar el salto a la fase clínica. Y es que "los investigadores ponemos las ideas, pero la industria farmacéutica es la que debe apostar para que se materialicen. Todo depende del interés que suscite", cuenta Cerdán.

Sin embargo, "la publicacion de la investigación en la prestigiosa revista científica alemana Angewandte Chemie es un buen aval", por lo que se muestra confiado en que a medio plazo su trabajo deje de ser teoría para pasar a la práctica, y "si al nanotubo que utilizamos le adherimos alguna sustancia citotóxica, en un futuro podríamos contar con toda una nueva generación de tratamientos tumorales. "Nosotros generamos conocimiento; ahora es tarea de los laboratorios dar el siguiente paso", concluye.

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