jueves, 4 de marzo de 2010

Dermatología al óleo - DiarioMedico.com


Malformaciones capilares (1 de 3)
Malformaciones capilares en la parte derecha del rostro de la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda. (Federico de Madrazo )

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ESPAÑA
YA SE HAN HECHO DIAGNÓSTICOS DE LA GIOCONDA
Dermatología al óleo
Hay profesiones que deforman la visión del mundo, algo que podría decirse de un médico que se pone a diagnosticar a personajes de cuadros. Pero esta curiosa tarea también es una forma de aunar dos pasiones: arte y medicina, presentes en la dermatóloga Olga Marqués: un buen día salió del Museo del Prado con un puñado de diagnósticos dermatológicos y así empezó a seleccionar lesiones que aparecían en los óleos y que culminaron en el libro La piel en la pintura. Trabajar sobre estos pacientes tiene además la ventaja de que ninguno de los posibles errores terminará en demanda.


Sonia Moreno - Jueves, 4 de Marzo de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


Gertrudis Gómez de Avellaneda (2 de 3)
Federico de Madrazo (1815-1894) retrata a la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda sin obviar las malformaciones capilares en la parte derecha del rostro. (Federico de Madrazo)

Sólo es un retrato, ni siquiera de cuerpo entero, pero pocos cuadros como La Gioconda, de Leonardo da Vinci, desprenden tanto misterio. Por eso, cuando la dermatóloga Olga Marqués, del Sanatorio del Rosario (Madrid), se puso manos a la obra con una selección de cien pinturas que reflejaran patologías dermatológicas y que ha cristalizado en el libro La piel en la pintura, no pudo resistirse a la Mona Lisa.

Marqués no es la primera médica que se aventura con un diagnóstico del famoso retrato; otros colegas y estudiosos del arte ya habían especulado sobre un embarazo, alopecia e incluso bruxismo en la italiana. Para la dermatóloga, la pequeña lesión que exhibe La Gioconda en la parte interna del ojo izquierdo podría corresponderse a un xantelasma, "aunque es un diagnostico subjetivo, y también podría tratarse de un pequeño quiste epidérmico", matiza.

El diagnóstico, o "pequeña intuición arriesgada", ha coincidido en el tiempo con el de otro médico italiano, un profesor de anatomía patológica de la Universidad de Palermo, Vito Franco, que también observó el levantamiento graso cercano al párpado.

"No creo que haya sido una coincidencia que a un patólogo se le ocurra el mismo diagnostico, porque los patólogos diagnostican las lesiones microscópicas de la piel, y no las lesiones clínicas. Pero quiero contar algo que pasó a finales del 2008: una compañera patóloga iba a llevar un póster a un congreso internacional de patología, y quería hacerlo sobre lesiones de la piel que aparecieran en la pintura. Me pidió que le dejara la maqueta del libro, y para mi sorpresa colocó en el cartel a La Gioconda con su xantelasma.


La escudilla de papá (3 de 3)
El niño que aparece en La escudilla de papá, del pintor italiano Alessandro Milesi (1856-1945), muestra una clínica en las mejillas que coincide con un brote de dermatitis atópica del lactante. (Alessandro Milesi)


Parece ser que tuvo un gran éxito entre los asistentes, y sí estoy segura de que les resultaría curioso". Un poco más de polémica en torno a la Mona Lisa.Pero la recopilación de Marqués, que abarca todo tipo de épocas y estilos pictóricos, no empezó con el retrato de la italiana, sino en la exposición de 2004 El retrato español, en el Museo del Prado: "Había tantos cuadros que presentaban lesiones en la piel que parecían estar pidiendo salir en un libro de dermatología".

La especialista considera que los estilos pictóricos que mejor reflejan las afecciones dermatológicas "son obviamente los que representan al retratado con más precisión; quizás es en la Escuela flamenca a partir del siglo XV donde se encuentran los retratos más minuciosos y también en el Barroco a partir del siglo XVII, con Caravaggio al frente, donde la figura humana se pinta directamente del natural, e iluminada sobre un fondo oscuro para dar mayor realce al retratado. Sin embargo Manet, considerado el padre del Impresionismo, ha dejado un retrato, El buen bock, con una representación absolutamente fidedigna de la rosácea".

No obstante, en opinión de Marqués, "no hay una pintura que refleje mejor una lesión dermatológica como El anciano y su nieto, donde el rinofima está representado de forma magistral; por eso pienso que el mejor dermatólogo de este libro es Domenico Ghirlandaio, aunque como dermatóloga aficionada a la pintura me gustan especialmente Ezequías, de Pedro Berruguete, y Autorretrato, de Giovanni de San Giovanni, con sus nevus pilosos. Tintoretto, Velázquez, Goya, Gauguin, Munch y Klimt, Lempicka son otros pintores de este recorrido dermatológico por la pintura, que refleja muy bien la unión de arte y medicina.

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