jueves, 8 de abril de 2010

Encuentran la clave para minimizar el riesgo de la administración de los anticoagulantes orales


Científicos españoles de la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA) encuentran la clave para minimizar el riesgo de la administración de los anticoagulantes orales

Aproximadamente el 1,2% de la población española está en tratamiento con anticoagulantes orales, siendo el más conocido de ellos el acenocumarol (Sintrom®.) Durante el inicio de la anticoagulación las complicaciones como una trombosis adicional o un cuadro hemorrágico son más frecuentes, debido a que es un periodo especialmente peligroso donde la anticoagulación puede ser demasiado corta o bien excesiva. Las complicaciones pueden ser mortales o muy discapacitantes, como la hemorragia cerebral o accidentes cerebro-vasculares.

El control biológico de la terapia anticoagulante oral es muy importante por la gran variabilidad en la respuesta al fármaco en la población. Aproximadamente el 5% de los pacientes anticoagulados necesitan dosis muy altas o muy bajas para conseguir el efecto terapéutico esperado. La falta de previsibilidad en la respuesta al anticoagulante oral conlleva incomodidades importantes para el paciente. En los primeros meses y hasta que la dosis se ajusta se producen muchas visitas, (tanto más si el paciente toma una dosis llamada “extrema”) así como mayor riesgo de hemorragia y trombosis. También es muy relevante el gasto sanitario que esto genera, debido a los numerosos controles a los que debe ser sometido el paciente, al gasto de personal sanitario y de materiales fungibles que se utilizan para la realización de pruebas.

Investigadores de la RECAVA coordinados por el Dr. Vicente Vicente García acaban de publicar en la revista científica Journal of Thrombosis and Haemostasis un estudio científico que da con las claves para saber por qué el efecto de los anticoagulantes es tan variable. Para ello analizaron los factores genéticos y adquiridos que influían en la eficacia del tratamiento anticoagulante oral en 203 pacientes con dosis muy altas del fármaco y en 83 personas que requerían dosis muy bajas.

La conclusión a la que han podido llegar estos investigadores, es que dos factores adquiridos, como la edad e índice de masa corporal, y tres polimorfismos genéticos (localizados en los genes VKORC1, CYP2C9 y CYP4F2) que regulan el metabolismo y mecanismo de acción del fármaco anticoagulante, son marcadores útiles en la predicción de la dosis de este fármaco. La inclusión de estos marcadores en la posterior elaboración de un algoritmo de predicción de dosis permitirá la personalización del tratamiento, mejorando la eficacia y seguridad del tratamiento en cada paciente.

La investigación realizada queda abierta no obstante a la búsqueda de nuevos factores aún no conocidos, ya que todavía alrededor del 1% de los pacientes que necesitan dosis extremas (muy altas o muy bajas) escapan de las previsiones que marcan estos cinco factores.

En el trabajo coordinado por el Dr. Vicente Vicente García han colaborado investigadores del grupo de Hemostasia y Trombosis de la Universidad de Murcia y Hospital Universitario Morales Meseguer de Murcia, el Hospital La Fe de Valencia, el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona, así como con el Hospital General Universitario de Salamanca y el Hospital Juan Canalejo de La Coruña.

Referencia bibliográfica:
Pharmacogenetics of acenocoumarol in patients with extreme dose requirements.
Pérez-Andreu V, Roldán V, López-Fernández MF, Antón AI, Alberca I, Corral J, Montes R, García-Barberá N, Ferrando F, Vicente V, González-Conejero R.
J Thromb Haemost. 2010 Feb 9. [Epub ahead of print]
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20149073?itool=EntrezSystem2.PEntrez.Pubmed.Pubmed_ResultsPanel.Pubmed_RVDocSum&ordinalpos=2

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