sábado, 17 de abril de 2010

La inhibición de una proteína podría convertirse en un nuevo tratamiento contra la obesidad :: EL MÉDICO INTERACTIVO :: ESPAÑA



EL MÉDICO INTERACTIVO
ESPAÑA
La inhibición de una proteína podría convertirse en un nuevo tratamiento contra la obesidad

Redacción

La proteína, una enzima llamada FIH, participa en la respuesta fisiológica ante bajos niveles de oxígeno y podría ser una nueva diana para los fármacos destinados a combatir el aumento de peso



Madrid (17/19- 04-10).- Una proteína que responde a la ausencia de oxígeno podría ayudar a combatir el aumento de peso, según sugiere un estudio de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) que se publica en la revista Cell Metabolism.

En un estudio experimental, los sujetos que carecen de esta proteína se mantienen delgados y saludables, incluso si siguen una dieta alta en grasas. Según explica Randall Johnson, responsable de la investigación, procesarían la grasa de forma diferente. Mientras que sus congéneres normales ganan peso, desarrollan hígado graso y se vuelven resistentes a la insulina si siguen una dieta grasa, como sucede con los humanos, el modelo de estudio mutado para carecer de esa proteína no sufrió ninguno de estos efectos.

Se trata de la enzima llamada FIH, que participa en la respuesta fisiológica ante bajos niveles de oxígeno. Según añade Johnson, la enzima es fácilmente inhibida por los fármacos.

Debido a que la proteína influye en un amplio rango de genes que participan en el desarrollo, los científicos se sorprendieron de que su eliminación mejoraba la salud.

Los sujetos del modelo de estudio a los que se les había suprimido el enzima eran más pequeños pero no estaban enfermos, parecían sanos, explica Na Zhang, director del estudio. Eran delgados con un metabolismo elevado y un control común de diabetes reveló una supersensibilidad a la insulina.

El modelo fue alimentado con una dieta muy alta en grasas (un 60 por ciento) para ver cómo respondían. Los individuos mutantes comían gran cantidad pero no ganaban mucho peso. Tenían menos grasa alrededor de la parte central de su cuerpo en comparación con los normales.

Las personas obesas desarrollan 'hígado graso' como lo hizo el grupo control alimentado de la misma forma, engordaron y desarrollaron hipercolesterolemia LDL. En los mutantes delgados, el colesterol LDL aumentó mucho menos. Según Zhang, todas estas observaciones apoyan que la inhibición de dicho enzima tenía como consecuencia unos mejores perfiles metabólicos.

Las modificaciones genéticas en los animales desactivaron el gen FIH por completo pero los investigadores necesitaban saber qué parte de la fisiología era la responsable de estos cambios. Para ello crearon nuevos modelos en los que la proteína FIH se eliminaba sólo en tejidos específicos: el sistema nervioso o el hígado.

Los individuos en los que el FIH estaba sólo ausente en el sistema nervioso mostraron la mayoría los mismos efectos pero si se eliminaba sólo del hígado no. Aunque más pequeños, los sujetos mutantes comían y bebían entre un 30 y un 40 por ciento más que los normales.

Según Johnson, todas estas calorías extra se dirigían a generar calor y aumentar la tasa cardiaca, además, los animales respiraban de forma pesada en comparación con los normales, tomando entre un 20 y un 40 por ciento más de aire. Una respiración profunda similar a la de realizar ejercicio físico

La proteína FIH es parte de un amplio sistema que responde a menos nivel de oxígeno. Los sujetos se comportan como si respiraran aire muy enrarecido. Las personas en lugares de mayor altitud respiran de forma más pesada durante unos pocos días y luego equilibran al producir más glóbulos rojos.
El modelo carente del enzima nunca se ajustaba al aparente bajo nivel de oxígeno, se mantiene en una fase aguda de respuesta hipóxica toda su vida, concluye Johnson.

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