viernes, 9 de abril de 2010

La nefrectomía parcial ofrece buenos resultados en tumores menores a 4 cm :: Diariomedico.com :: ESPAÑA


Isabel Rodríguez, Jesús Olivares y Ana Palacín
Isabel Rodríguez, Jesús Olivares y Ana Palacín, del Hospital Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares. (DM)

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ES UNA CIRUGÍA MÁS COMPLEJA QUE LA RADICAL
La nefrectomía parcial ofrece buenos resultados en tumores menores a 4 cm
La nefrectomía parcial puede ser una buena solución en pacientes con tumores menores de 4 centímetros, ya que se reduce el riesgo de insuficiencia renal y cardiovascular y la mortalidad, según los resultados de los trabajos presentados por urólogos del Hospital Príncipe Felipe en una reunión de oncología urológica que se ha celebrado en Sevilla.


Clara Simón Vázquez - Viernes, 9 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

Las nefrectomías parciales están indicadas en tumores menores de cuatro centímetros. "Se trata de una cirugía más compleja que la radical, puesto que requiere el clipaje del pedículo renal con el tiempo de isquemia correspondiente", ha explicado a Diario Médico Isabel Rodríguez, del Servicio de Urología del Hospital Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares, en Madrid, que participa en la XXVII Reunión Nacional del Grupo de Urología Oncológica, que se ha celebrado en Sevilla.

Cuando el tumor es periférico, se suele optar por la nefrectomía parcial, "puesto que así se preserva una mayor función renal". En cuanto a los tumores mesorrenales que afectan a la vía urinaria es mejor valorar cada caso de forma individual, al igual que los que tienen entre 4 y 7 centímetros, "que son tumores que se presuponen benignos o monorrenos".

La nefrectomía parcial puede producir mayores complicaciones, como fístulas urinarias, arteriovenosas y hematomas retroperitoneales. No obstante, los beneficios superan los riesgos, puesto que hay menos probabilidades de insuficiencia renal, menor riesgo cardiovascular y mortalidad. La uróloga ha recordado que se trata de tumores de bajo riesgo, por lo que se suele hacer un seguimiento con una TC abdómino-pélvica y radiografía de tórax a los seis meses de la cirugía y durante los dos años siguientes puede ser anual o semestral, según cada especialista, "porque no hay un protocolo establecido".

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Ana Palacín, uróloga del citado centro, ha comentado que se han estudiado muchas moléculas relacionadas con la carcinogénesis y progresión del tumor renal. "Conocemos los marcadores moleculares implicados en la regulación del ciclo celular, la apoptosis, la angiogénesis y la adhesión, entre los que se encuentran el VEGF, el HIF-1-alfa, las caderinas y el PTEN". Estos marcadores también sirven para conocer el riesgo de progresión, "algo que suele ocurrir en el 30 por ciento de los casos. Estas herramientas nos servirían para identificar a los pacientes que tienen más riesgo de progresión".

También resultan de utilidad para establecer el perfil biológico del tumor, sobre todo en los pacientes con riesgo de recurrencia o mortalidad y que podrían beneficiarse de los tratamientos adyuvantes. Durante la reunión se han tratado asimismo aspectos relativos a los tumores testiculares de células de Leydig, que no son muy frecuentes, "puesto que no suponen más del 1 ó 3 por ciento de los tumores testiculares", ha apuntado Jesús Olivares, urólogo del Príncipe de Asturias.

Existen dos picos de incidencia según la edad. Suelen aparecen en prepúberes mayores de cuatro años, que normalmente se comportan de forma benigna, y, más tarde, en la cuarta década de la vida, en los que el 10 por ciento son malignos. En cuanto a los factores de riesgo es un asunto controvertido, puesto que no guarda relación con los que se asocian a tumores germinales del testículo, como la criptorquidia.

Se han relacionado con el síndrome de Klinefelter y con la administración de estrógenos. "En cualquier caso, y sin saber exactamente cuáles son los factores de riesgo, parece ser que hay una fuerte influencia hormonal". Olivares ha indicado que la orquiectomía radical inguinal es el tratamiento de elección en estas situaciones. Si son de comportamiento maligno se requiere también la realización de una linfadenectomía retroperitoneal para evitar posteriores recaídas.

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