El estrés laboral debe tomarse como una patología en sí misma - DiarioMedico.com

Elena Ibáñez, catedrática de Psicología de la Personalidad.

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ESPAÑA
DIFERENTES SÍNTOMAS ASOCIADOS CON LA CONCILIACIÓN FAMILIAR SEGÚN EL SEXO
El estrés laboral debe tomarse como una patología en sí misma
El estrés laboral debería considerarse y abordarse como una patología en sí misma para evitar un aumento de su incidencia. Según Elena Ibáñez, catedrática de Psicología de la Personalidad, de la Universidad de Valencia, hay que distinguir los síntomas según el sexo.

Enrique Mezquita. Valencia - Lunes, 10 de Mayo de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llave conceptual:
1. Las mujeres suelen quejarse de aspectos asociados con las relaciones interpersonales, y los hombres, del horario y las horas trabajadas

Un 46 por ciento de los trabajadores españoles consideran que el estrés laboral es una de las principales causas de problemas dentro del ámbito de trabajo. Aunque existen muy pocos datos sobre el impacto real de esta problemática, la percepción es que se trata de un fenómeno que va en auge.

Según Elena Ibáñez, catedrática de Psicología de la Personalidad de la Universidad de Valencia, la realidad es que no existe una concienciación ni preparación para afrontar la problemática. "De alguna manera, no tenemos en cuenta el concepto de estrés laboral cuando estamos en la práctica clínica. Se recurre a los cuadros del DSM para ver si existe una depresión o un cuadro de ansiedad, pero no nos paramos a valorar o considerarlo. Como mucho, se suele considerar como una causa que puede provocar esas patologías -que evidentemente lo es-, pero el estrés laboral debe verse también como una patología".

Según Ibáñez, "éste ocasiona, además de un mayor absentismo laboral, una serie de síntomas físicos, como dolores de espalda y cabeza, fatiga, etc. Si esos síntomas se consideraran importantes y se atendieran en consulta con cierta frecuencia, muy probablemente disminuiría el propio estrés laboral".

Es importante que la población conozca que estas situaciones pueden producir una situación de estrés y que es necesario acudir al médico para tomar medidas. "Tratando el estrés laboral, podríamos evitarnos muchas depresiones y visitas al psiquiatra".

Diferencias de sexo
Ibáñez, que ha participado en el encuentro Mujer y sociedad: estrés y rol, organizado en Alicante por el Foro de Psiquiatras Españolas, ha destacado que "las mujeres se quejan fundamentalmente de los problemas de las relaciones interpersonales, tanto con los compañeros como con los jefes; los hombres, del horario y la cantidad de horas que trabajan". Según ella, existen diferencias de sexo relacionadas con la compatibilización del trabajo fuera y dentro del hogar. "Mientras que para las mujeres el trabajo fuera de casa no supone estrés o una sobrecarga importante -incluso lo valoran como algo positivo-, para los hombres cuando trabajan en los dos niveles, el trabajo se convierte en una sobrecarga negativa".

Sin embargo, para las mujeres esa situación está representada por los problemas dentro de la casa: "Cuando tienen quejas o críticas en casa como consecuencia de su trabajo, el hogar se convierte en su sobrecarga negativa". En la práctica, la sociedad exige a los hombres que sean muy competitivos y que triunfen necesariamente. Dado que existe un miedo al fracaso muy importante, esta situación provoca que tengan mayor incidencia de depresiones profundas. Sin embargo, "las mujeres parecen estar mejor preparadas para la ejecución del trabajo en una sociedad eminentemente de servicios, pero sus problemas se basan más en una ansiedad anticipatoria. Los hombres piensan: no lo puedo hacer o conseguir; y las mujeres, ¿podré hacerlo, llegar o conseguirlo?"

A corto plazo el fenómeno presenta una tendencia estable. Sin embargo, la evolución de las condiciones y el tipo de sociedad del trabajo español marcará posibles cambios. "Se ha visto que en sociedades como Dinamarca, donde hay mejor preparación para la ejecución de tareas y menos presión de las empresas, existe muchísimo menos estrés que en sociedades como la nuestra". Si se tiende a este modelo, la problemática podrá reducirse, pero si se profundiza en la senda actual, podríamos alcanzar una masculinización absoluta del trabajo, que podría implicar un incremento de los cuadros depresivos en ambos sexos.