jueves, 17 de junio de 2010

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La contribución del sistema de neuronas espejo a la empatía



Dr. Jean Decety
Obtuvo dos grados de Magíster en 1985 (neurociencia) y en 1987 (biological and medical engineering sciences) y consiguió su Ph.D. en 1989 (neurobiología) en la Université Claude Bernard, Lyon, Francia. Luego de recibir su doctorado, el trabajó como investigador postdoctoral en Hospital Karolinska en Estocolmo, Suecia, en el departamento de Neurofisiología y Neuroradiología bajo la supervisión de Per Roland. Posteriormente se unió al Instituto Nacional para la Investigación Científica (INSERM) en Lyon hasta el 2001. Actualmente se desempeña en el Social Cognitive Neuroscience Laboratory, Departments of Psychology and Psychiatry, Chicago University, USA

Introducción

La capacidad para percibir y responder a los estados afectivos de otros y predecir qué se producirá posteriormente, es un fenómeno interpersonal importante y valioso. La empatía (compartir el estado emocional de otros) y la simpatía (interesarse por el bienestar de otros), son esenciales en las interacciones humanas y constituyen componentes necesarios de la convivencia saludable.

Solemos confundir empatía con simpatía, pero no son lo mismo (ej, burlarse y torturar pueden implicar empatía, pero no simpatía). Por lo tanto, la empatía es necesaria, pero no suficiente para la simpatía. La simpatía además de la identificación con el otro incluye la actitud positiva o la preocupación duradera hacia la otra persona.

Trabajos recientes de estudios por imágenes cerebrales sobre la empatía (y sobre la cognición social en general), se refirieron con frecuencia al sistema de neuronas espejo que supone un modelo donde la percepción del estado del otro automáticamente activa en el observador las representaciones de dicho estado y esto genera las respuestas neurovegetativas y somáticas asociadas. Es decir, que se activarían en el observador los mecanismos neurológicos responsables de generar una emoción similar.

En este artículo analizaré críticamente la contribución de las neuronas espejo a la empatía, para llegar a la conclusión de que mientras el sistema de neuronas espejo es importante en la resonancia motora, no es posible demostrar hasta el momento que sea esencial para el reconocimiento de las emociones y la evidencia de su participación en la empatía y simpatía es escasa.

¿Qué son las neuronas espejo?

Las neuronas espejo constituyen una clase especial de células con propiedades sensitivas y motoras detectadas primero en primates. Inicialmente se postuló que las neuronas espejo se relacionan con la comprensión de la acción y en segundo lugar con la imitación, la empatía e incluso con la lectura de la mente. Sin embargo, con el descubrimiento relativamente reciente de estas células en la corteza motora primaria, se puede interpretar a las neuronas espejo como nada más que facilitadores del sistema motor que actúan a través de asociaciones aprendidas.

El sistema de neuronas espejo en los seres humanos

La evidencia de la existencia de neuronas espejo en los seres humanos es indirecta y se basa sobre los estudios por imágenes de la función cerebral que demuestran la superposición de la activación entre los estados de observación y acción en regiones similares a las zonas del cerebro de primates donde se han hallado neuronas espejo. Estas zonas son la parte anterior de la circunvolución frontal inferior (pars triangularis), la corteza premotora ventral (pars opercularis), el surco intraparietal anterior y posterior y una zona de la corteza occipital lateral.

La estimulación magnética transcraneal (EMT) y los estudios de potenciales evocados motores (PEM) mostraron cambios en la excitabilidad de la corteza motora y premotora del observador que codifican la ejecución de las acciones observadas. Determinaciones magnetoencefalográficas y electroencefalográficas también demostraron la supresión del ritmo mu (8–13 Hz) sobre la corteza sensitivomotora durante la observación de la acción semejante a los cambios detectados durante la producción de la acción. Se postuló que este ritmo mu refleja modulaciones descendentes de las zonas sensitivomotoras por la actividad de las neuronas espejo y constituye un procesamiento de información esencial que transforma la percepción en acción.

Se postuló que este mecanismo de resonancia motora participa en la imitación, la mímica emocional y por lo tanto, contribuye a la experiencia de empatía. En el contexto del procesamiento de las emociones se especula que la percepción de una emoción en otro individuo activa en el observador los mecanismos neuronales responsables de la producción de emociones similares.

Sin embargo, no es posible afirmar que la imitación lleve al mismo estado emocional en el observador a través de un proceso de simulación. Existen casos de pacientes con parálisis facial de distintas causas que no pueden manifestar sus emociones a través de las expresiones faciales, no obstante lo cual no muestran ninguna deficiencia para experimentar emociones o identificar imágenes mentales de expresiones faciales en los demás.

En el terreno de la empatía hacia el dolor, varios estudios por imágenes del cerebro demostraron notable superposición en el sustento neuronal en la experiencia directa del dolor y su percepción por otros. Estos hallazgos llevan a la suposición de que la empatía hacia el dolor surge parcialmente de resonancia automática sensitivomotora entre la otra persona y uno. Es importante mencionar que la activación de estas regiones (ínsula anterior, corteza cingular anterior, zona motora suplementaria y sustancia gris periependimaria) puede reflejar una respuesta general de rechazo acoplada con preparaciones motoras de acciones defensivas, que no es específica de la nocicepción.

Un estudio en pacientes con el raro síndrome de insensibilidad congénita al dolor, que no pueden contar con el mecanismo del espejo para comprender el dolor de otros, mostró respuestas normales en la resonancia magnética ante la observación del dolor en la zona de la corteza cingulada anterior y la ínsula, dos regiones claves de los llamados “circuitos compartidos” para el dolor propio y el de otros.

En un estudio se observó que la corteza ventral premotora derecha frecuentemente se activaba durante la observación y la imitación de las expresiones faciales. Otro estudio demostró que incluso la observación pasiva de expresiones faciales activa una amplia red de regiones cerebrales, entre ellas la circunvolución frontal inferior (CFI). Sin embargo, existe controversia sobre la activación de las neuronas espejo en la zona CFI en estos procesos. Muchos estudios interpretaron que las respuestas de la zona CFI y otras donde hay neuronas espejo se deben a la activación de dichas neuronas. La realidad es que estas zonas no sólo tienen neuronas espejo sino que computarizan diferentes actividades cognitivas. Otros estudios con imagen de resonancia magnética mostraron la activación de zonas ajenas a las neuronas espejo durante la imitación. Todas estas observaciones cuestionan seriamente el rol de las neuronas espejo durante la imitación.

El estudio de la función de las neuronas espejo se puso de moda especialmente en la empatía hacia el dolor, sugiriendo que cualquier superposición en la activación entre la experiencia de un estado emocional y la observación de ese mismo estado en otros es una actividad en espejo. Los estudios realizados no tienen en cuenta la complejidad de la empatía ni tampoco de la simpatía, que no dependen de mecanismos de resonancia automática.

La importancia de los estudios de lesión

Los estudios de lesión son esenciales porque brindan otras fuentes de información. Hasta ahora, los estudios neuropsicológicos documentaron la función de la corteza media y órbitofrontal en las emociones sociales, incluidas la empatía y la simpatía. No existen evidencias de que las lesiones que involucran regiones correspondientes a las neuronas espejo (premotora ventral, corteza motora e IPS anterior, produzcan disfunción de la empatía, la simpatía o el razonamiento moral, mientras que las lesiones de la corteza prefrontal ventromedial se asocian con alteraciones en estas funciones. El daño de la corteza prefrontal medial/cingulada se asocia frecuentemente con deficiencias en la interacción social y en las emociones sobre uno mismo. Estos pacientes se vuelven apáticos, desinteresados del ambiente e incapaces de concentrar su atención en tareas conductuales y cognitivas. También se sugirió que el daño frontal dificulta la capacidad de comprender la perspectiva de otros, componente esencial de la empatía.

El estudio de enfermedades neurológicas degenerativas también aportó evidencia sobre los recorridos relativamente definidos de la cognición social y de las deficiencias de empatía. Por ejemplo se demostró que pacientes con demencia frontotemporal (DFT), entidad asociada con las funciones ejecutivas frontales, así como pacientes con enfermedad de Huntington, trastorno subcortical que causa movimientos involuntarios, padecen dificultades en actividades de cognición social. Ambos tipos de pacientes carecen de empatía y simpatía, pero por diferentes motivos. En la enfermedad de Huntington, la pérdida de empatía se observa más a nivel emocional que cognitivo, mientras que los pacientes con FTD viven en un mundo egocéntrico donde no atribuyen estados mentales independientes a otros.

Todos estos hallazgos respaldan la idea de zonas bien definidas de sustento de los aspectos cognitivos y afectivos de la empatía y no avalan la participación del sistema de neuronas espejo en la sensibilidad interpersonal.

Conclusión

En resumen, el sistema de neuronas espejo constituye un mecanismo fisiológico de resonancia motora y puede participar en la imitación y quizás en el contagio de las emociones. Los datos neurofisiológicos y neuropsicológicos actuales no respaldan la idea de que este mecanismo sea responsable de la comprensión de las emociones y de la empatía. Esto es especialmente cierto si se considera que la empatía pertenece a las emociones sobre uno mismo de la propia conciencia, que se basan sobre complicadas redes nerviosas distribuidas en el cerebro, incluidas la corteza prefrontal medial y ventral. Es importante considerar que los estudios de lesiones son necesarios para complementar el enfoque de los estudios por imágenes cerebrales funcionales. Los metaanálisis de estos estudios son esenciales para reunir consenso sobre las tareas que involucran procesos putativos similares y que permitan también eliminar interpretaciones de estudios individuales de relativo valor estadístico.

Por último, a nivel conceptual, es problemático equiparar la empatía a la resonancia motora porque ésta última no expresa la comprensión del estado interno de otros y no es responsable de ningún otro estado orientado hacia la motivación que caracteriza a la simpatía.

♦ Comentario y resumen objetivo: Dr. Ricardo Ferreira

► Acceda al texto completo en formato pdf, a la transcripción de la conferencia, y al video de la conferencia del Dr. Jean Decety en el Simposio INECO haciendo clíck aquí

*Más información acerca del autor Jean Decety (Universidad de Chicago) haga click aquí

* IntraMed agradece al Dr. Jean Decety (Univ. Chicago) la genrosidad de compartir su trbajo con nuestros lectores. De igual manera agradecemos al investigador Ezequiel L. Gleichgerrcht (INECO) las gestiones para que ello sea posible.


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