miércoles, 16 de junio de 2010

Nanomedicina al servicio de la individualización - DiarioMedico.com


María Jesús Vicent, responsable del Laboratorio de Polímeros Terapéuticos del CIPF. (1 de 2)
María Jesús Vicent, responsable del Laboratorio de Polímeros Terapéuticos del CIPF. (Enrique Mezquita)

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ESPAÑA
POLÍMEROS TERAPÉUTICOS
Nanomedicina al servicio de la individualización
La nanomedicina ha experimentado en los últimos años un auge muy importante y se vislumbra como una de las grandes promesas de la medicina, aunque en algunos casos ya es una realidad más o menos desarrollada. En especial destaca en la búsqueda de abordajes capaces de dirigirse específicamente a la parte del cuerpo afectada por la enfermedad, lo cual aumenta la efectividad y disminuye los efectos secundarios.


Enrique Mezquita. Valencia - Jueves, 17 de Junio de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


Los polímeros terapéuticos están formados por varios elementos: un principio activo (sustancia con actividad farmacológica), un polímero (compuesto químico resultante de la unión de varias moléculas) y un enlace químico entre el principio activo y el portador polimérico. Este tercer elemento los diferencia de otras nanomedicinas y es responsable de las tres características que hacen tan importantes a estos sistemas poliméricos, ya que modula el valor terapéutico del fármaco, da propiedades de especificidad y reduce la toxicidad; en especial, los tratamientos de quimioterapia tradicional han sido algunos de los más favorecidos.

Los estudios han confirmado la capacidad terapéutica de estos compuestos en ensayos clínicos de forma que el número de polímeros terapéuticos aprobados por las autoridades para el uso clínico continúa creciendo exponencialmente.

Los primeros polímeros descritos tenían como objetivo el cáncer, pero en la actualidad hay un mayor espectro de posibilidades para su aplicación

Según ha explicado María Jesús Vicent, responsable del Laboratorio de Polímeros Terapéuticos del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), de Valencia, "con varios conjugados polímero-proteína en el mercado y más de catorce conjugados polímero-fármaco en fase clínica, los polímeros terapéuticos pueden ser considerados como una de las primeras nanomedicinas poliméricas. Ofrecen tratamientos más específicos, y por tanto más efectivos, con menores efectos secundarios".

El trabajo con polímeros terapéuticos debe partir de tres premisas y aspectos claves, según Vicent: diseño racional, elección de materiales adecuados y estudio previo de las zonas afectadas por la enfermedad. Los primeros polímeros descritos tenían como objetivo el cáncer, pero en la actualidad hay un mayor espectro de posibilidades para su aplicación.

Potencial terapéutico
Vicent ha destacado que "el potencial terapéutico de estas macromoléculas ya ha sido clínicamente demostrado y aprobado por las autoridades reguladoras para su uso rutinario como tratamiento en cáncer, enfermedades infecciosas y esclerosis múltiple. Además, hay un aumento en el número de arquitecturas poliméricas actualmente en desarrollo preclínico y en evaluación clínica como nuevos tratamientos para cáncer, sida y otras enfermedades".

Sin embargo, en los últimos años se ha incrementado el interés por incluir el desarrollo de sistemas poliméricos para el tratamiento de otras enfermedades -como la artritis reumatoide-, por buscar especificidad en transporte al sistema nervioso o por desarrollar vacunas sintéticas. "Tanto polímeros naturales como sintéticos son componentes importantes en vectores no-virales para el transporte de genes y oligonucleótidos".

A corto y medio plazo habrá que trabajar en diversas líneas para mejorar y optimizar el funcionamiento de los polímeros terapéuticos: "Se considera que las áreas que facilitarán un mayor desarrollo son el transporte de anticancerígenos dirigidos a nuevas dianas moleculares y su combinación; el desarrollo de nuevos y complejos materiales poliméricos con estructura definida y el tratamiento de patologías diferentes al cáncer. Por ello, estas líneas de investigación son las directrices actuales en nuestro laboratorio".

Laboratorio de referencia
El Laboratorio de Polímeros Terapéuticos del CIPF, puesto en marcha en 2006, es un centro pionero y de referencia en nuestro país en este ámbito.

El grupo, compuesto por quince profesionales, posee demostrada experiencia en varios aspectos del campo, desde la síntesis de nanofármacos dirigidos al tratamiento de diferentes patologías -cáncer, cardiorregeneración y neurodegeneración, principalmente- hasta su evaluación biológica.

En el laboratorio se han establecido nuevos conceptos, como la terapia de combinación polimérica para el tratamiento de cáncer de mama y próstata -terapia endocrina y quimioterapia en el mismo soporte-, nuevos sistemas biodegradables que responden específicamente a cambios de pH y que incorporan el fármaco bioactivo dentro de la matriz polimérica, o el desarrollo de la primera nanomedicina polimérica antiapoptótica con aplicación en isquemia.

"El desarrollo de nanoconjugados con capacidad de regenerar tejidos es una nueva línea de investigación y nuestro laboratorio es pionero en él. Estas nanomedicinas presentan una clara aplicación para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas", ha señalado Vicent.



Polímero conjugado anticancerígeno (2 de 2)
A. Microscopía electrónica de transmisión de un conjugado polimérico anticancerígeno. B. Demostración de transporte intracelular lisosomotrópico. Imágenes confocales de la internalización de un conjugado polimérico en las células KB-3-1. En ellas se aprecia, el polímero marcado con oregon green (verde), el marcaje lisosomal (rojo) y la colocalización (amarillo). (DM)

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