lunes, 14 de junio de 2010

"Parece claro que la sangre cuanto más fresca, mejor" - DiarioMedico.com


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ESPAÑA
BRIAN MCCLELLAND, SERVICIO ESCOCÉS DE TRANSFUSIÓN
"Parece claro que la sangre cuanto más fresca, mejor"
Brian McClelland, del Servicio Nacional Escocés de Transfusión Sanguínea, ha ofrecido una lección magistral en el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea y Terapia Celular, en Valladolid. Los beneficios de la transfusión de hematíes centran su discurso.


Julia Gutiérrez. Valladolid - Lunes, 14 de Junio de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

La "analogía del supermercado" ha servido en más de una ocasión para que el director estratégico del Servicio Nacional Escocés de Transfusión Sanguínea, Brian McClelland, hiciera entender hasta qué punto son lógicas las iniciativas y estudios que ha expuesto en la lección magistral titulada Uso óptimo de la sangre, impartida en el XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea y Terapia Celular, en Valladolid."

¿Hay diferencias entre el rendimiento de los hematíes frescos y los almacenados?". Con este planteamiento, McClelland ha aclarado que si se tratase de comprar una pizza lo tendría tan claro como cualquier consumidor, ya que nadie elige un producto caducado si es posible obtenerlo recién hecho. Lógicamente, el asunto es mucho más serio cuando se habla de la sangre.

Según importantes publicaciones, los pacientes que reciben transfusiones con sangre almacenada tienen peores evoluciones y datos

"Según los hallazgos que han divulgado importantes publicaciones, los pacientes que reciben transfusiones con sangre almacenada tienen peores evoluciones y datos de supervivencia que a quienes les llega más fresca", ha explicado el experto, para quien el hecho de que "la sangre cuanto más fresca, mejor", es algo que "se sabía desde los años veinte del siglo pasado". Aun así, ha reconocido que "no puedo asegurar plenamente que la fresca sea mejor que la almacenada, pero si se muestra que es cierto, tendríamos que reorganizar nuestro sistema", ha puntualizado.

La utilidad del tipo de etiquetado en las bolsas de hematíes, en cuya superficie se superponen numerosas pegatinas que, a pesar de todo no proporcionan información clara y precisa, fue otra de las situaciones que McClelland ha cuestionado: "Si un comprador viera este producto, probablemente se iría a otra tienda. ¿Por qué lo hacemos así?: queremos utilizar la bolsa como documento, asegurarnos de su contenido; pensamos que así se suministra la sangre correcta al paciente correcto...".

Para no quedarse sin clientes, el conferenciante ha sugerido "rediseñar" el formato y ha propuesto utilizar una única etiqueta en la que no deberían faltar cuatro datos imprescindibles: identificación, grupo sanguíneo, fecha de caducidad y lugar de aplicación. De esta forma "no requerirá un sudoku mental".

La definición del uso óptimo de la sangre es "aquella práctica que ofrece un beneficio clínico real para el paciente como el alivio de los síntomas"

Beneficio de la transfusión

Finalmente, McClelland ha abordado una pregunta "crucial" a su juicio: "¿Cuándo beneficia al paciente la transfusión de hematíes?". La hemorragia masiva es la causa de que una pequeña parte de pacientes, entre el 20 y el 30 por ciento, reciban hematíes. El resto, aunque presentan una reducción de hemoglobina, no tienen cáncer o leucemia. "No sabemos mucho de los beneficios de la transfusión en ese ámbito tan amplio de pacientes con anemia". Aunque existen algunos ensayos clínicos, cada uno de ellos se centra en un grupo concreto, por lo que existen reservas para decir que los enfermos obtengan mejores datos de supervivencia y menos complicaciones graves.

Jubilado en la actualidad, McClelland es uno de los grandes expertos que colaboran con entidades internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Unión Europea (UE). Ejemplos de esta contribución son el proyecto de la OMS Needs of Blood Assestment Model, que evaluaba las necesidades de sangre de un país o región y trataba de diseñar un modelo que respondiera a carencias localizadas. Esta iniciativa estaba financiada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y se desarrolló entre 2004 y 2006. Con la UE ha formado parte del grupo de trabajo del proyecto europeo para el Uso Óptimo de la Sangre que centra sus esfuerzos en el reforzamiento de la eficacia y seguridad en el campo de la transfusión sanguínea.

McClelland define el uso óptimo de la sangre como "aquella práctica que ofrece un beneficio clínico real para el paciente, como el alivio de los síntomas, evitando la mortalidad o permitiendo la realización de otros tratamientos esenciales o beneficiosos", pero también reconoce que esto no implica que la transfusión sanguínea deba carecer de todo tipo de riesgos, ya que existen procedimientos que para ser efectivos lo requieren, aunque, no obstante, la obligación de los profesionales es minimizar esta contingencia y aumentar los beneficios.

premio ricardo castillo

Tras impartir su conferencia, Brian McClelland ha recogido el Premio Ricardo Castillo por su trayectoria profesional. Este reconocimiento lleva el nombre de quien en la década de 1970 fuera director del primer Banco de Sangre acreditado, situado en el Hospital Clínico de Barcelona.

El año pasado McClelland recibió otro galardón, el Premio Kenneth Goldsmith de la Sociedad Británica de Transfusión Sanguínea, por la originalidad en la investigación sobre la transfusión de sangre y las aportaciones a este campo en general, ya sea en el ámbito médico o en el científico.

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