viernes, 23 de julio de 2010

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La SEAIC advierte del incremento de reacciones cutáneas y alergia a alimentos durante el verano

Redacción

“En verano cambiamos nuestras costumbres", explica el doctor José Luis García Abujeta, coordinador del Comité de Alergia Cutánea de la SEAIC. "En algunos casos este tipo de acciones pueden repercutir de forma negativa en los pacientes alérgicos, por lo que es recomendable extremar las precauciones”



Madrid (24/26-7-10).- La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) advierte del aumento de casos de reacciones cutáneas y de alergia a alimentos durante los meses de verano. “En verano cambiamos nuestras costumbres, por ejemplo, prescindimos de calcetines y exponemos la piel de nuestros pies directamente al calzado; comemos con mayor frecuencia en restaurantes y descansamos en lugares donde abundan los insectos- explica el doctor José Luis García Abujeta, coordinador del Comité de Alergia Cutánea de la SEAIC. En algunos casos este tipo de acciones pueden repercutir de forma negativa en los pacientes alérgicos, por lo que es recomendable extremar las precauciones”.

Las alergias alimentarias pueden incrementarse en verano a causa de un "mayor descuido". Estas reacciones adversas se producen cuando el sistema inmune responde a un determinado alimento y produce una hipersensibilidad. El doctor aconseja a los alérgicos a alimentos “vigilar todos los productos que se ingieren leyendo detenidamente los ingredientes que los componen: leche o frutos secos en los helados, trozos de frutas como melón, kiwi y melocotón en postres y batidos; mariscos en pastas o ensaladas, etc”.

Por otro lado, la piel se vuelve especialmente sensible en esta época y tiene tendencia a agrietarse y a sufrir heridas. Los cosméticos, las cremas solares y algunos antiinflamatorios de uso tópico pueden provocar una reacción alérgica. “Existen alergias en la piel que precisan de la acción conjunta de las radiaciones solares para producirse. Entre las causas que las producen se encuentran algunas plantas o los filtros que tienen algunas cremas solares. En el caso de los medicamentos antiinflamatorios puede producirse tanto por la aplicación en la piel como por su ingesta”, añade el alergólogo.

En general, los ácaros, responsables de la alergia al polvo doméstico, se encuentran especialmente confortables cuando la temperatura es templada y la humedad relativa del ambiente es elevada. Por ello son muy abundantes en regiones costeras. También por esta causa la concentración de ácaros en las casas aumenta durante las épocas de cambio estacional (primavera y otoño), con lluvias y temperaturas suaves, y suelen disminuir durante el verano e invierno. “Aunque en verano la alergia a los ácaros es menos frecuente por las buenas condiciones climatológicas se deberá tener cuidado en los traslados a otros domicilios de verano y con la limpieza en las casas que llevan tiempo sin ser habitadas. Se recomienda hacerlo de manera anticipada a la llegada del paciente alérgico”,explica el experto.

En lo relativo a las piscinas, la alergia al cloro es poco frecuente. “El cloro como producto desinfectante puede producir irritación en la piel y en las vías respiratorias cuando su concentración supera los límites recomendables. Para evitarlo los expertos efectúan minuciosas mediciones diarias. Actualmente se emplea bromo para piscinas, una alternativa con la que “sí se han diagnosticado casos de eccema en la piel por alergia al producto”, aclara el doctor García Abujeta.

Aunque en verano es frecuente el abandono de animales, en ocasiones se viaja a lugares donde se entra en contacto con especies con las que normalmente no hay relación directa y que pueden provocar alergia. “Las alergias a animales más frecuentes son a los gatos o perros, pero también pueden producirse a ratones, cobayas, hámsters y caballos. Las proteínas del pelo, la saliva o la orina de mascotas domésticas pueden producir una reacción alérgica que ataca a los ojos y las vías respiratorias en forma de rinoconjuntivitis alérgica, y pueden dar lugar a síntomas asmáticos. También pueden causar dermatitis atópica o una urticaria”, indica este experto.

Por último, la prevención de reacciones graves por picaduras de himenópteros también adquiere mucha importancia en el caso de los pacientes alérgicos. “En España, alrededor de 800.000 personas son alérgicas al veneno de estos insectos-señala el doctor García Abujeta-. La tasa de mortalidad se estima en un 0,4 por millón de habitantes, lo que significa que entre 15 y 20 personas podrían morir cada año por esta causa”.

Los pacientes que padecen algún tipo de alergia deberán viajar con la medicación recomendada por sus alergólogos. En ocasiones precisarán tratamientos preventivos y en otros “medicación de rescate” como antihistamínicos o broncodilatadores para solucionar los nuevos episodios que se pudieran presentar.

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