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ESPAÑA
RECUPERAN LA GRASA SUBCUTÁNEA
Aumentar el IGF-1 prolonga la vida en ratones con envejecimiento prematuro
El factor de crecimiento insulínico (IGF-1) puede convertirse en una nueva diana en el abordaje de la progeria o envejecimiento prematuro. Un grupo de investigación de la Universidad de Oviedo ha comprobado en ratones modificados genéticamente que los individuos que desarrollaban envejecimiento prematuro presentaban niveles anormalmente bajos del factor de crecimiento insulínico.

Redacción - Viernes, 10 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

Este equipo ha podido comprobar igualmente que el incremento del factor de crecimiento insulínico conseguía alargar la vida en los ratones con envejecimiento prematuro. El trabajo ha sido desarrollado por Guillermo Mariño, Alejandro Piñeiro, Álvaro Fernández, Fernando García Osorio, Antonio Fueyo y José María Pérez Freije, bajo la dirección de Carlos López Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y se publica en el último número de Proceedings of de Nacional Academy of Sciences.

La reducción del IGF-1 parece ser responsable de algunos de los síntomas asociados a la progeria, por lo que el equipo de investigación trató de comprobar qué sucedía si se restablecían los niveles de dicha hormona. Para ello desarrollaron un modelo murino de progeria. A partir de ahí comprobaron que los ratones tratados con la hormona IGF-1 aumentaban su peso, recuperaban grasa subcutánea y mejoraban también su capacidad locomotora, al tiempo que disminuía su nivel de alopecia y se prolongaba en general su esperanza de vida. En concreto, su longevidad aumentaba un 25 por ciento.

Los ratones tratados con la hormona IGF-1 aumentaban su peso, recuperaban grasa subcutánea y mejoraban también su capacidad locomotora

Este hallazgo supone un avance en cuanto al conocimiento de los mecanismos que influyen en el envejecimiento prematuro. Además, constituye una línea de investigación que ofrece esperanzas para tratar de mejorar los síntomas y la calidad de vida en personas que padecen progeria, así como aumentar sus expectativas de supervivencia.

El equipo de Otín mantiene desde hace años distintas líneas de investigación para tratar de frenar el envejecimiento prematuro. Los síndromes de envejecimiento acelerado son enfermedades congénitas caracterizadas por la aparición precoz de síntomas normalmente asociados a edades avanzadas como osteoporosis, pérdida de grasa subcutánea y de pelo o fallos cardiovasculares. La esperanza de vida de los pacientes que sufren la forma de progeria más común, el síndrome de Hutchinson-Gilford, no supera los 20 años.

La esperanza de vida de los pacientes que sufren la forma de progeria más común, el síndrome de Hutchinson-Gilford, no supera los 20 años
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