jueves, 9 de septiembre de 2010

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EVITA EL SÍNDROME DEL AR Y FUNCIONA EN CÉLULAS RESISTENTES
Un derivado sintético del AR muestra alta eficacia en LLA-T
La 4-HPR, un derivado sintético del ácido retinoico (AR), ha mostrado mayor efectividad que el AR en leucemia linfoblástica aguda (LLA) de células T. En estudios in vivo también se ha probado su efecto quimiopreventivo y terapéutico en otras estirpes tumorales.


Redacción - Jueves, 9 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

El ácido retinoico (AR), derivado natural de la vitamina A, es la base de algunos tratamientos contra el cáncer, pero presenta varios inconvenientes, como la posible aparición del síndrome del ácido retinoico, presente en el 25 por ciento de los casos y que puede llegar a causar la muerte.

El desarrollo de la 4-HPR, derivado sintético del AR, ha supuesto un gran avance, debido a su mayor efectividad respecto a su antecesor: es capaz de provocar la muerte de células tumorales como método para reducir su proliferación, de una manera limpia y sin grandes daños en el tejido circundante. Además, pone freno al mencionado síndrome del ácido retinoico y funciona incluso con células que se le resisten al AR. Los estudios in vitro corroboran su efectividad como quimiopreventivo y también como quimioterapéutico, tanto en leucemias como en células tumorales de ovario, mama o cerebro, según la tesis redactada por Aintzane Apraiz, bajo la dirección de Aintzane Asumendi Mallea y Gorka Pérez-Yarza Pérez-Irezabal, ambos profesores del Departamento de Biología Celular e Histología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco, en Bilbao.

En caso de fracaso con 4HPR, la posible efectividad de terapias alternativas no se vería afectada, pues la sensibilidad a otros compuestos persiste

Activar la apoptosis

Apraiz ha estudiado en profundidad las 4-HPR, especialmente las causas -citadas en estudios previos- de su capacidad de provocar la muerte celular, y ha aplicado dicho derivado sintético a la leucemia linfoblástica aguda de células T (LLA-T) en su tesis doctoral, titulada Role of sphingolipids and oxidative stress in the antineoplasic activity of 4-HPR: study in a leucemia model (Papel de los esfingolípidos y el estrés oxidativo en la actividad antineoplásica de la 4-HPR: estudio en un modelo de leucemia).

Existen diferentes procesos que causan la muerte celular. En el caso concreto de la 4-HPR destaca la apoptosis: un mecanismo limpio, sin procesos inflamatorios ni mayores daños en el tejido circundante. Según Apraiz, estudios previos sobre las LLA-T realizados por su grupo de investigación mostraban que la 4-HPR provocaba la acumulación masiva de ceramidas (lípidos de la membrana celular) y de especies reactivas de oxígeno (ROS), y que ambos hechos podían ser causantes de la muerte celular. "Sin embargo, la tesis muestra que la relación causa-efecto no es tan directa".

Para empezar, gracias a los nuevos avances tecnológicos, el equipo de investigadores ha podido comprobar que no son las ceramidas las que se acumulan por el efecto de la 4-HPR, sino "las dihidroceramidas, precursoras de aquéllas. Hasta hace poco se creía que eran biológicamente inactivas".

Interconexión celular
Por otra parte, la tesis concluye que su acumulación no causa la muerte celular, ya que ocurre igualmente en las células resistentes y en las sensibles a la 4-HPR. Si dicha acumulación fuera clave en la muerte celular, no se produciría de la misma manera en las células resistentes.

En cuanto a la relación entre la acumulación de ROS y la muerte celular, la investigadora ha concluido que en este caso sí hay conexión directa, pero que "ésta por sí sola no explica todo el proceso". De hecho, Apraiz ha observado que, aun utilizando antioxidantes como el denominado NDGA para neutralizar la acumulación de ROS, la 4-HPR sigue siendo capaz de provocar la muerte celular.

También se ha comprobado que, en caso de fracasar el tratamiento con 4-HPR, la posible efectividad de terapias alternativas no se vería afectada. La investigadora ha observado que, al contrario de lo que ocurre con otros tratamientos, "las células LLA-T que se vuelven resistentes a la 4-HPR siguen siendo sensibles a otros compuestos, por lo que terapias alternativas basadas en éstos podrían seguir siendo efectivas aun cuando la 4-HPR haya fracasado".

En la elaboración de la tesis también ha colaborado el laboratorio de Yusuf A. Hannun, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Médica de Carolina del Sur (Estados Unidos).

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