viernes, 8 de octubre de 2010

'Drosophila', reportera de la distrofia miotónica - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
La dolencia causa la muerte a los 60 años
'Drosophila', reportera de la distrofia miotónica
Algunos investigadores son reacios al uso de la 'Drosophila melanogaster'. Sin embargo, otros, como es el caso de Rubén Artero, de la Universidad de Valencia, defienden 'a capa y espada' las ventajas de este insecto como herramienta para la búsqueda de compuestos potencialmente terapéuticos. De hecho, gracias a las pistas e informaciones que ofrece la mosca del vinagre, Artero está llevando a cabo un proyecto -financiado, entre otros, por la Fundación Genoma España- que se centra en la distrofia miotónica.


Ana Callejo Mora - Viernes, 8 de Octubre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

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Arriba, de izquierda a derecha: Josep Castells y Marta Pascual, del Instituto Universitario de Ciencia y Tecnología; Mayte Gil, de Sistemas Genómicos; Mª Carmen Álvarez, de Valentia Biopharma, y Jesús Ángel de la Fuente, del Instituto Biomar. Abajo: Rubén Artero, de la Universidad de Valencia; Mercedes de Miguel, directora de proyecto de Genoma España; Fernando Garcés, director gerente de Genoma España, y Alejandro Reig, director de la Fundación Ciudad de las Artes y las Ciencias de la Generalitat Valenciana.


A pesar de ser considerada como una enfermedad rara, la miotónica es la distrofia muscular más común en adultos (afecta a uno de cada 8.000 individuos). Se hereda como un rasgo genético dominante y se caracteriza por una degeneración progresiva de los músculos, alteraciones neurológicas, endocrinas, respiratorias y de la conducción cardiaca.

Los pacientes empeoran con el tiempo por el carácter degenerativo de la enfermedad que termina con la muerte alrededor de los 60 años de edad o con graves limitaciones.

"Otra peculiaridad de la distrofia miotónica es que en las familias afectadas se da el fenómeno de anticipación, definido como el inicio progresivamente más precoz de los síntomas en las generaciones siguientes. Esto se debe al mecanismo de patogénesis de la enfermedad", según ha explicado Mercedes de Miguel, de Genoma España, a Diario Médico.

De Miguel ha sido una de las encargadas de presentar los resultados preliminares de un proyecto español de investigación -que comenzó en 2007 y finaliza ahora-, gracias al que se ha creado un modelo transgénico de la mosca del vinagre o Drosophila melanogaster que reproduce la enfermedad de los humanos y que permitirá ensayar grandes colecciones de compuestos en busca de nuevas terapias farmacológicas. "Se trata de una enfermedad genética que no tiene cura pero al menos intentaremos, en un futuro a medio plazo, paliar los síntomas", ha añadido.

Actualmente, esta iniciativa ha permitido cribar 2.760 compuestos de todas las librerías químicas y biológicas aportadas. Ahora se encuentra en la fase de localización de más confirmaciones para aquellos compuestos que se han mostrado preliminarmente positivos.

En palabras del coordinador científico del proyecto, Rubén Artero, del Departamento de Genética de la Universidad de Valencia, "el problema molecular de la distrofia miotónica es el splicing alternativo. Se puede hacer un símil con el uso de las sílabas en nuestro idioma; tienes una serie de sílabas y combinándolas produces distintas palabras. En el splicing sucede lo mismo con la expresión de los genes: distintos exones se pueden combinar de diferentes formas para dar ARN distintos, que a su vez dan lugar a diferentes proteínas. En la distrofia miotónica ese splicing alternativo está alterado, con lo cual en los pacientes se expresan proteínas anormales. En el proyecto hemos intentado describir estas alteraciones moleculares y desarrollado un nuevo método, llamado FRET, para detectar las alteraciones en células".

Según Artero, en los pacientes hay una reducción en la expresión del gen MBNL1. Por eso, uno de los objetivos de este proyecto es encontrar las maneras de aumentar su expresión.

El investigador de la Universidad de Valencia ha explicado que tienen dos modelos de moscas. "Por un lado, está el modelo humanizado de la enfermedad (moscas que expresan repeticiones) y por otro, hemos desarrollado moscas transgénicas que cogen un reportero -luciferasa-.La expresión de la luciferasa ocurre o no dependiendo del uso de un exón". Así, han encontrado ocho compuestos -marinos y definidos- que podrían ser útiles en distrofia miotónica. "Lo que se les pide a las moléculas que estamos analizando es que mejoren la decisión molecular, el splicing alternativo, para tener más luciferasa".

Por su parte, Jesús Ángel de la Fuente, del Instituto Biomar, ha bromeado, refiriéndose a la mosca de la fruta empleada en esta investigación, afirmando que "el ser vivo ha seguido vivo, lo que supone que la muestra es manejable en cuanto a toxicidad. La perspectiva es muy buena".

Inversores del proyecto
Este proyecto ha contado con un presupuesto de dos millones de euros, de los que 400.000 han sido aportados por la Fundación Genoma España. El resto de los inversores son la Generalitat Valenciana y la Universidad de Valencia, Valentia Biopharma -una spin-off de la citada universidad-, Sistemas Genómicos, el Instituto Universitario de Ciencia y Tecnología (IUCT) y el Instituto Biomar.

Al respecto, Josep Castells, del IUCT, ha señalado que para ellos es importante embarcarse en una aventura conjunta, en la que participan empresas medianas".
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