jueves, 14 de octubre de 2010

"La terapia génica todavía está muy lejos en las enfermedades hepáticas" - DiarioMedico.com

Diariomedico.com
ESPAÑA
EN HEPATITIS C Y B EL RETO ES MEDIR LA RESISTENCIA TERAPÉUTICA E INDIVIDUALIZAR EL TRATAMIENTO
"La terapia génica todavía está muy lejos en las enfermedades hepáticas"
Cada vez está más cerca conocer cómo los genes responden de distintas maneras a los diferentes fármacos que manejan los hepatólogos. Es una de las conclusiones alcanzadas tras la celebración del III Aula Abierta Multidisciplinar en Hepatología, celebrada en Santander. Con respecto a la terapia génica, habrá que esperar bastante.


Santiago Rego Santander - Jueves, 14 de Octubre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

IMAGEN
http://static.diariomedico.com/images/2010/10/13/dm_phot_2-34003769.jpg
José Luis Calleja y Javier Crespo, en la UIMP.


El futuro de la hepatología está en individualizar el tratamiento, lo que empieza a ser una realidad gracias a las diferentes herramientas diagnósticas de las enfermedades hepáticas: clínicas, analíticas, radiológicas, endoscópicas y genéticas. No obstante, los expertos no ven, ni siquiera a largo plazo, avances provenientes de la terapia génica: "Conseguir que un gen modificado sea capaz de destruir una línea celular está lejísimos, pero quizás no la terapia genética, desde el abordaje de la farmacogenética, para involucrar a los genes implicados en la respuesta a un determinado fármaco; eso está más cerca".

Es una de las consideraciones de José Luis Calleja, del Servicio de Gastroenterología del Hospital Puerta de Hierro, de Madrid, compartida por Javier Crespo, del Servicio de Digestivo del Hospital Valdecilla, de Santander, que han coordinado la III Aula Abierta Multidisciplinar en Hepatología, celebrada en el Palacio de la Magdalena con el patrocinio de la Cátedra Gilead Sciences y la acreditación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Respecto a la hepatitis B y C, hay que medir el grado de resistencia al tratamiento, observar la evolución y valorar cambios o añadidos para un mejor control

Crespo está convencido de que entender cómo los genes responden de manera distinta a los diferentes fármacos que manejan los hepatólogos está cada vez más cerca, ya que este tipo de terapia génica se aplica, por ejemplo, en determinados tumores de mama: "La terapia génica entendida como ese gen maravilloso que navega y nos defiende y cura de un cuadro hepatológico es muy difícil, pero no así la ligada a un mejor conocimiento de los fármacos y su relación con nuestros genes, que está más próxima", ha dicho.

Mientras eso llega, Calleja ha hecho especial hincapié en la necesidad de individualizar los tratamientos con las herramientas diagnósticas actuales: "De su resultado va a depender la terapia que se prescriba y el control de la enfermedad hepática, lo que nos va a permitir saber si el paciente está respondiendo bien al tratamiento o si tenemos que añadir nuevos fármacos", ha destacado.

¿Cambio de estrategia?
Entre estas herramientas existen métodos de determinación de la carga viral y de las diferentes resistencias al tratamiento de las hepatitis B y C que aportan datos muy valiosos al hepatólogo: "Con estos elementos diagnósticos los pacientes están más controlados y somos capaces de ver si los tratamientos son efectivos o si tenemos que cambiar de estrategia. Dependiendo de esto se puede graduar la enfermedad y aportar un determinado tratamiento", ha añadido Calleja.

Respecto a las hepatitis B y C, "necesitamos medir el grado de resistencia al tratamiento, observar cómo el paciente evoluciona y decidir cambiarlo o añadir otro fármaco para un mejor control de la enfermedad", ha precisado Crespo.

El segundo objetivo es una mayor adherencia del paciente al tratamiento, ya que, en el caso del abordaje de la hepatitis B, al tratarse de una terapia a largo plazo hay que controlar la infección en el tiempo: "El virus puede mutar en cualquier momento, por lo que es clave que el paciente siga correctamente el tratamiento, de tal manera que consigamos que la enfermedad pueda revertir, es decir, que el daño que ha hecho el virus podamos anularlo, aunque no podamos eliminarlo", ha aclarado Calleja.

Menor mortalidad
Así las cosas, con la información que se deriva de las herramientas diagnósticas cada paciente tendrá un tratamiento individualizado, y si lo cumple bien a largo plazo permitirá controlar la enfermedad, consiguiendo reducir significativamente las muertes por hepatitis B, pese a que el virus siga latente.

Aunque ya se empieza a aplicar el tratamiento individualizado en las hepatitis virales, su uso no se ha extendido todavía: "La experiencia que se tiene a nivel mundial se ha publicado este año, y en breve se pondrá en marcha un estudio en España para evidenciar su eficacia. El futuro consistirá, por tanto, en individualizar el tratamiento viral hepático", ha recalcado Crespo.

Se estima que en los próximos veinte años unos 60.000 españoles desarrollarán complicaciones relacionadas con su enfermedad hepática, y se prevén 40.000 fallecimientos por causa hepática de complicaciones ligadas al VHB (virus de hepatitis B). Dos millones de personas mueren al año en el mundo por el virus de la hepatitis B.

No hay comentarios:

Publicar un comentario