lunes, 8 de noviembre de 2010

Identifican una nueva opción terapéutica para combatir la obesidad

OBESIDAD
Identifican una nueva opción terapéutica para combatir la obesidad
JANO.es · 08 Noviembre 2010 12:59

Especialistas del Hospital del Mar demuestran que la aceleración de la llegada de nutrientes al intestino mediante un fármaco consigue reducir la cantidad de alimento consumido.



Un estudio liderado por la Dra. Silvia Delgado, del Servicio Digestivo del Hospital del Mar e investigadora del Instituto de Investigación Hospital del Mar (IMIM), ha demostrado que la aceleración de la llegada de nutrientes al intestino mediante un fármaco consigue reducir la cantidad de alimento consumido en una comida.

Estos resultados se han publicado en la revista International Journal of Obesity y suponen un cambio de enfoque en relación a los conocimientos establecidos sobre los mecanismos que controlan la saciedad y la ingesta en humanos. En concreto, se ha observado que, mediante el uso de un conocido fármaco usado para otros fines -eritromicina- que produce una aceleración del paso del contenido gástrico al intestino, se puede acelerar el momento en que las personas se sienten saciadas y dejan de comer. Este descubrimiento abre la puerta al desarrollo de fármacos efectivos y seguros en el tratamiento de la obesidad.

Cambio de paradigma

Hace tiempo que se intentan desarrollar moléculas o fármacos para disminuir el hambre o, bien, inducir la sensación de saciedad para conseguir que el individuo obeso coma de forma más moderada. El problema es que para conseguir reducir la saciedad, estas moléculas tienen repercusiones sobre el sistema nervioso y, a menudo, se acompañan de efectos secundarios. "En nuestro laboratorio hemos cambiado de paradigma -indica la Dra. Silvia Delgado-, no sabemos qué molécula es la más importante para dar la sensación de saciedad que hace que la gente deje de comer. Lo que proponemos es acelerar el momento en que esto suceda y de forma fisiológica, sin operaciones complicadas ni arriesgadas".

La Dra. Delgado reconoce que su propuesta es "atrevida", ya que "va en contra de la tendencia general": "Nosotros proponemos que si desde el momento inicial en que la comida llega al estómago provocamos que salga rápidamente hacia el intestino delgado, donde hay las células que le dicen al cerebro que ‘ya está lleno’, la sensación de plenitud aparecerá más rápidamente y paralizará la ingesta, disminuyendo así la cantidad de calorías ingeridas. Esto es lo que hemos demostrado".

En el ensayo clínico han participado individuos con obesidad o con sobrepeso de entre 18 y 65 años. Los investigadores les pidieron que ingiriesen un nutriente líquido a una velocidad controlada hasta que estuvieran llenos. Este nutriente se marcó con un radiotrazador que permite con una gammacámara saber si el nutriente se encuentra dentro del estómago o si ya ha salido al intestino delgado. En un segundo día, se pidió a los pacientes que repitiesen la prueba bajo las mismas condiciones, con la diferencia que ahora la mitad de los participantes recibieron un fármaco que acelera el vaciado del estómago (grupo 1) y la otra mitad recibió un placebo o fármaco inactivo (grupo 2). En el segundo día del experimento, los sujetos del primer grupo que presentaban una aceleración del vaciado de los nutrientes desde el estómago hacia el intestino, disminuyeron la cantidad de calorías ingeridas y además, se sintieron más llenos, una vez finalizada la comida, en comparación con el grupo que había recibido placebo.

Una vez comprobado que la aceleración del vaciado gástrico induce más rápidamente la sensación de saciedad y consigue reducir la cantidad de calorías por comida, parece clara la necesidad de buscar fármacos que actúen en dicho sentido. "Aunque nosotros lo hemos conseguido empleando la eritromicina, ésta no es una opción trasladable a la práctica clínica", comenta la Dra. Delgado. "Primero porque se trata de un fármaco antibiótico con los problemas que ello supone, desde el punto de vista de las resistencias al tomar antibióticos de forma prolongada. Además, el efecto que tiene la eritromicina sobre el vaciado gástrico se produce si ésta se administra por vía endovenosa, no por vía oral, y se pierde con la administración repetida". Y finaliza: "Tenemos que desarrollar fármacos que tengan este mismo efecto y no lo pierdan cuando se dan por vía oral y de forma repetida y que sean seguros".


IMIM
http://www.imim.es/

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