lunes, 22 de noviembre de 2010

OBESIDAD INFANTIL IN CRESCENDO . En portada - Pedro Artigas - Obesidad infantil una epidemia al alza - JANO.es - ELSEVIER

Obesidad infantil, una epidemia al alza
Pedro Artigas
JANO.es
22 Noviembre 2010

Factores sociodemográficos que influyen en la prevalencia de obesidad infantil y juvenil en España. Estudio enKid





Estilos de vida asociados con la prevalencia de obesidad infantil en España. Estudio enKid



Las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud indican que en el mundo habrá 2.300 millones de personas con sobrepeso en el año 2015. De ellas, 700 millones serán obesas. El panorama ha propiciado que la obesidad haya sido catalogada como “la epidemia del siglo XXI”, un título de dudoso honor en el que pugna con otras enfermedades, como la diabetes, la osteoporosis o el Alzheimer.

La situación en España tampoco es nada halagüeña. Hace unas pocas décadas las tasas de sobrepeso y obesidad en nuestro país reflejaban unos números más que aceptables. Desde luego mucho mejores que los de estadounidenses y habitantes del norte de Europa. La alimentación, en especial la dieta mediterránea, marcaba las diferencias.

Pero las cosas han cambiado en los últimos tiempos. Los resultados del estudio SEEDO 2000, emprendido por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y publicado en Medicina Clínica en el año 2003 (120:608-12), situaban la prevalencia de la obesidad entre los adultos de nuestro país en el 14,5% (IMC ≥ a 30). Aquella investigación se llevó a cabo sobre una muestra aleatoria de población de 25 a 60 años de edad —9.885 participantes en total—, a partir de encuestas nutricionales realizadas en Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid y País Vasco. Los resultados mostraban que la obesidad era más frecuente en mujeres (15,75%) que en varones (13,39%), y que las tasas eran más elevadas cuanto mayor era la edad de las personas.





“En la obesidad infantil influye mucho el nivel cultural de los padres, especialmente el de la madre, de modo que cuando menor es el grado de educación, mayor es la probabilidad de que los hijos sean obesos.”

Datos más recientes confirman que las cifras siguen en aumento. Según la Encuesta Europea de Salud 2009, publicada por el Instituto Nacional de Estadística, la obesidad afecta ahora al 17% de los mayores de 18 años, casi un 2% más que en la encuesta del año previo. Además, la prevalencia del sobrepeso (IMC ≥ a 25) era de un 36,6%. A la vista de estos números observamos que más de la mitad de la población adulta española tiene exceso de peso. Esta última encuesta también muestra que el problema es aun más grave a edades avanzadas, ya que las tasas de obesidad en mayores de 65 años fueron del 24% para la obesidad y del 43% para el sobrepeso.




Un feo panorama también a edades pediátricas

Si la prevalencia de la obesidad en adultos no depara nada positivo, el caso de los niños tampoco tiene buenas perspectivas. Los datos de la OMS señalan que en el año 2005 había en el mundo 20 millones de niños menores de 5 años con sobrepeso. Por lo que respecta a España, de ser un país con poca obesidad infantil, en los últimos años ha alcanzado los primeros puestos europeos en prevalencia.

El Dr. Joan Bel, jefe de la Unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, de Badalona, apunta que “hace tiempo parecía que España no tenía unas tasas importantes, pero en las últimas 2 décadas la prevalencia de la obesidad infantil ha crecido de forma extraordinaria”. Afirma que esto ha ocurrido en todos los países occidentales, pero añade que “el hecho más destacable en nuestro país y otros del área mediterránea, como Italia o Grecia, ha sido la pérdida de la dieta mediterránea en favor de malos hábitos alimentarios que no teníamos instaurados y que han llegado progresivamente por influencia, sobre todo, anglosajona. En este sentido, hemos perdido hábitos alimentarios saludables e importado otros no saludables, y eso ha derivado en un incremento de la obesidad infantil. Comparándonos con el resto de países de nuestro entorno, nos encontramos igual o peor que ellos”.

Con él coincide el Dr. Xavier Formiguera, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). “Por desgracia —comenta—, nos encontramos en lo más alto de Europa en cuanto a prevalencia de obesidad infantojuvenil. Tal vez solamente Reino Unido nos supera en este aspecto. Alrededor de un 15-16% de los niños y adolescentes españoles presenta obesidad, lo cual constituye un grave problema, puesto que tienen muchas posibilidades de ser obesos de adultos y tener diferentes tipos de complicaciones.”

Estudio enKid

En 2003 se publicó el estudio enKid (Med Clin (Barc). 2003;121(19):725-32), cuyo objetivo fue conocer la dimensión epidemiológica de la obesidad de los niños, adolescentes y jóvenes españoles con el fin de iniciar cuanto antes labores efectivas de prevención y tratamiento en la práctica diaria. La investigación se realizó sobre una muestra aleatoria de población de 2 a 24 años de edad, y se definió el sobrepeso y la obesidad utilizando como criterio el valor del IMC, considerando como puntos de corte los valores correspondientes al percentil 85 (sobrepeso) y al percentil 97 (obesidad) específicos por edad y sexo.

El Dr. Javier Aranceta, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), fue firmante de aquel trabajo, en el que se observó que la prevalencia de la obesidad en la muestra estudiada era del 13,9% y la de sobrepeso del 12,4%. Al contrario de lo habitual en adultos, en la población de 2 a 24 años se vio que la obesidad afectaba más a la población masculina (15,6%) que a la femenina (12%).

Ya han transcurrido unos cuantos años desde la publicación del enKid y estamos a la espera de datos más actualizados. Al respecto, el Dr. Aranceta explica que “los datos preliminares del estudio Perseo, realizado en las comunidades autónomas con mayor prevalencia de obesidad —Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, Murcia y Canarias— apuntan a que el porcentaje ha aumentado en esas zonas un 2%. Esto significa que la prevalencia en esas comunidades se situaría en torno a un 16-17%”.

En relación con los factores que influyen en la obesidad infantil, el presidente de la SENC destaca 4. “En primer lugar, existe una relación clarísima entre las horas semanales dedicadas a la actividad física y una menor tasa de obesidad infantil. En segundo, los niños que comen más fruta y verdura también tienen menos probabilidades de ser obesos. En tercer lugar, influye el nivel socioeconómico de la familia, pues hay más obesidad infantil entre los niños de las familias más desfavorecidas económicamente. Y finalmente, influye de forma muy importante el nivel cultural de los padres, especialmente el de la madre, de modo que cuando menor es el grado de educación, mayor es la probabilidad de que los hijos sean obesos.”

Asimismo, la prevalencia de la obesidad muestra en nuestro país evidentes diferencias geográficas que se observan tanto en adultos como en niños. “Las tasas de prevalencia más elevadas se encuentran en el sur de España, Levante y Canarias —explica el Dr. Formiguera—. En Andalucía y Murcia existen tasas mucho más altas, por ejemplo, que en Cataluña, País Vasco o Madrid, que se encuentran entre las comunidades con prevalencias más bajas. Por su parte, Canarias es la que tiene mayor proporción de obesos.”



Niños con enfermedades de adultos

El exceso de peso a edad pediátrica tiene impacto tanto a corto como a largo plazo. “Cuando yo acabé la carrera no había niños con diabetes tipo 2 —recuerda el presidente de la SEEDO—. Ahora estamos viendo cada vez más niños con síndrome metabólico, que consiste en obesidad —sobre todo de predominio abdominal—, resistencia a la insulina, diabetes, hipertensión, bajas concentraciones de colesterol HDL e hipertrigliceridemia.” “En principio, la mayoría de niños obesos no ha tenido tiempo suficiente para desarrollar complicaciones —continúa el Dr. Formiguera—. Sin embargo, la obesidad tiene efectos a corto plazo sobre las articulaciones de carga —columna vertebral, cadera, rodillas, tobillos—, así como sobre la esfera psicosocial. Los niños obesos están expuestos a burlas de los compañeros y a veces son rechazados del grupo. A largo plazo, los niños obesos, cuando sean adultos, tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas, que son las principales complicaciones de la obesidad. Además, debe recordarse a la población que la obesidad está asociada a diversos tipos de cáncer, no a edad infantil, pero sí en la edad adulta. Se asocia a cáncer de endometrio en mujeres posmenopáusicas, de mama, hígado, colon o páncreas. Y por otro lado, el síndrome de apnea del sueño también está claramente vinculado a la obesidad.”

“En Europa, sólo Reino Unido supera a España en prevalencia de obesidad infantojuvenil. Alrededor de un 15-16% de los niños y adolescentes españoles presenta obesidad, por lo que tienen muchas posibilidades de ser obesos de adultos y tener diferentes complicaciones.”

En la misma línea se expresa el Dr. Joan Bel: “Hace años pensábamos que la patología que se asocia a la obesidad aparecía únicamente en adultos, pero en la actualidad la observamos también en edades pediátricas cuando el grado de obesidad es importante. Los aspectos más importantes son, por un lado, la intolerancia a hidratos de carbono con la diabetes tipo 2 como su máxima expresión. Por otro, encontramos las dislipemias, patología muy asociada a la obesidad, y, en tercer lugar, hipertensión arterial. Todas ellas son enfermedades asociadas a largo plazo a un mayor riesgo cardiovascular”.

“Hace años se pensaba que las enfermedades que se asocian a la obesidad aparecían únicamente en adultos, pero en la actualidad se observan también en edades pediátricas cuando la obesidad es importante.”

El mensaje que manda este especialista a los profesionales sanitarios se centra en el importante papel que desempeñan los pediatras. “Deben tener una actitud totalmente activa en cuanto a la prevención del sobrepeso y la obesidad —declara—. El pediatra de atención primaria tiene un papel fundamental que asumir, y debe advertir si un niño presenta riesgo de ser obeso e intentar corregir hábitos, con el fin de bloquear la progresión del incremento de peso. A los médicos que trabajamos en servicios hospitalarios —prosigue— nos llegan obesidades mucho más evolucionadas, muy a menudo con patología acompañante, que son muy difíciles de corregir porque los pacientes tienen hábitos muy establecidos. Así que incidir desde el punto de vista de salud pública desde el inicio del proceso es fundamental.”

En busca de medidas

Al hablar de perspectivas de futuro, el Dr. Aranceta nos habla del proyecto Perseo, que ahora está en la fase de evaluación de resultados. “Pretende establecer la idoneidad de las estrategias de prevención de la obesidad infantil —señala el presidente de la SENC—. Han participado 14.000 escolares, más de 10.000 familias y 650 profesores y maestros. Se trata de un proyecto de intervención en el que primero se han valoraron los hábitos iniciales de los niños y sus padres, así como el entorno escolar. Con posterioridad se intervino con programas educativos, promoción de la actividad física y cambios en los comedores escolares. En 2009 se realizó la evaluación para comprobar si esa intervención había dado lugar a cambios favorables. En estos momentos continúa la evaluación y los datos preliminares son muy positivos, pues se han observado cambios en los hábitos que tenían los niños al principio, con mayor consumo de alimentos saludables. Este estudio va a permitir poner en escena una parte de la solución: que la prevención de la obesidad infantil debe poner el acento en la comunidad escolar de una manera seria y bien organizada, así como en las familias. Si además conseguimos un entorno más saludable, adecuando la legislación sobre comedores escolares o regulando las máquinas expendedoras, los resultados serán positivos”.

Para este especialista, los tres ejes que valora el proyecto Perseo —familia, comunidad escolar y entorno— son fundamentales. “Actuando sobre ellos podrá invertirse la tendencia y lograrse que no aumente la prevalencia de la obesidad infantil —afirma—. De lo contrario nos encontraremos en una situación muy difícil. Hasta hace 20 años la obesidad infantil no tenía demasiada relevancia en nuestro entorno, pero ahora afecta a muchas personas jóvenes cuya salud, su calidad de vida y su esperanza de vida serán peores de lo esperado si no solucionan su problema de obesidad”.


ESTRATEGÍA NAOS

El Ministerio de Sanidad puso en marcha en 2005 la estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS), a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), con la finalidad de mejorar los hábitos alimentarios e impulsar la práctica regular de la actividad física de todos los ciudadanos, poniendo especial atención en la prevención durante la etapa infantil. El documento repasaba el papel que deben jugar los diferentes sectores implicados en la epidemia de obesidad e incluía desde recomendaciones de acciones, hasta compromisos de medidas concretas en 4 ámbitos: familiar y comunitario, escolar, empresarial y sanitario.

Para el Dr. Javier Aranceta, “la estrategia NAOS es la mejor iniciativa que ha tenido este país en el campo de la nutrición y la salud pública. Se ha conseguido la cooperación de todos los agentes implicados en el problema de la obesidad, así como en el tema de la nutrición y la actividad física”. También la valora positivamente el Dr. Joan Bel, al considerar que “enfoca perfectamente el problema y es una muy buena medida”. “Sin embargo —matiza—, creo que todavía hace falta que estrategias de este tipo lleguen de una forma más insistente a la opinión pública, a través de los medios de comunicación, por ejemplo. La estrategia NAOS está bien planteada, con objetivos muy concretos. si se aplica y se lleva a término deberíamos ver una serie de resultados positivos dentro de unos años. Pero es necesario, sobre todo, una actitud muy activa de cara a la opinión pública para que se puedan cambiar progresivamente determinados hábitos incorrectos extendidos en nuestra población infantil”.

Por su parte, el Dr. Xavier Formiguera, que participó en la elaboración de la estrategia, se muestra algo más crítico respecto a su aplicación. Opina que “ha quedado como una declaración de buenas intenciones que no se ha llevado a la práctica por falta de presupuesto. Está muy bien elaborar planes y estrategias, pero después hay que invertir dinero para poderlos aplicar. De no ser así, quedan como una simple declaración de buenas intenciones. No obstante, ahora parece que la actual ministra de sanidad quiere resucitar el tema y ha puesto en marcha alguna medida, como es el caso de prohibir las máquinas de vending en los colegios, una iniciativa que ya estaba contemplada al inicio de la estrategia NAOS hace unos 5 años. toda medida que se ponga en marcha en este sentido es bienvenida, pero creo que se deberían hacer muchas más cosas”.

En cualquier caso, la estrategia NAOS ha puesto a España en un lugar destacado entre los países a los que se atribuye un mayor dinamismo al enfrentarse al reto de contrarrestar la epidemia de la obesidad. La oficina regional europea de la OMS otorgó a la estrategia española uno de sus premios por la forma en que aborda la colaboración entre las administraciones públicas y los agentes sociales privados. Asimismo, la Unión Europea también ha invitado reiteradamente al Ministerio y a la AESAN como ponentes a sus distintos foros para explicar las experiencias en el desarrollo de la estrategia.

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