jueves, 10 de marzo de 2011

Los antidepresivos revierten el estrés en plasticidad neuronal - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
PSIQUIATRÍA LOS BANCOS DE CEREBROS HAN DE TRABAJAR PREFERENTEMENTE EN REDES
Los antidepresivos revierten el estrés en plasticidad neuronal
"Está bien asumida la pérdida de volumen del hipocampo en sujetos con depresión recurrente mientras que esa pérdida se atenúa con una respuesta adecuada al tratamiento antidepresivo", ha explicado Javier Meana, investigador y de la Facultad de Medicina de la UPV.


Juan Larrakoetxea. Vitoria - Jueves, 10 de Marzo de 2011 - Actualizado a las 00:00h.



Javier Meana, catedrático de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UPV.




La búsqueda científica de sustratos morfológicos de las enfermedades mentales se inició aproximadamente a mediados del siglo XIX. Sin embargo, los frutos fueron muy escasos en el ámbito de las enfermedades psiquiátricas frente a los importantes hallazgos de finales del siglo XIX y principios del XX en el campo de la Neurología.

En el año 1951 se llegó a producir una renuncia oficial a la investigación neuropatológica en enfermedades psiquiátricas que fueron calificadas como "funcionales", es decir, carentes de cualquier hallazgo visible en el sustrato cerebral.

La reactivación de la investigación directamente en el cerebro postmortem de sujetos con depresión y otras enfermedades psiquiátricas ha venido de la mano del desarrollo de la neuroimagen, con técnicas que han empezado a detectar cambios en el volumen o la actividad de ciertas zonas cerebrales.

"Por ejemplo, está bien asumida la pérdida de volumen del hipocampo en sujetos con depresión recurrente, mientras que esa pérdida se atenúa con una respuesta adecuada al tratamiento antidepresivo. Hallazgos de este tipo han devuelto el interés por el estudio de estas regiones cerebrales en situaciones como la enfermedad depresiva. Hoy sabemos que esta pérdida de volumen del hipocampo, indicativa de una posible atrofia, tiene que ver con la reducción de la plasticidad y el desarrollo neuronal, una propiedad hasta hace bien poco vedada a las neuronas", ha explicado a Diario Médico Javier Meana, investigador y catedrático de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco (UPV) y miembro del Centro de Investigación en Biomedicina en Red de Salud Mental (Cibersam) del Instituto Carlos III, perteneciente al Ministerio de Ciencia e Innovación.

Uno de los retos más importantes de los biobancos es captar cerebros de sujetos fallecidos por razones no relacionadas con el cerebro

"De igual forma -ha proseguido Meana, que ha impartido una charla titulada La aportación de los bancos de cerebros al estudio de la depresión en el XIX Curso de Actualización en Psiquiatría, que ha tenido lugar en Vitoria-, hoy sabemos que en ciertas zonas del cerebro humano como el hipocampo se produce la formación de nuevas neuronas desde células pluripotenciales y su posterior maduración hacia neuronas o células gliales; algo que hace pocos años era impensable. Sabemos también que en condiciones de estrés este fenómeno se atenúa y que los fármacos antidepresivos son capaces de revertir el efecto del estrés sobre esa plasticidad neuronal".

Desarrollo de las -ómicas

Otro de los grandes factores que ha permitido la reactivación de la investigación de las enfermedades psiquiátricas es el desarrollo de tecnologías a gran escala, las denominadas -ómicas (genómica, proteómica, metabolómica, etc.).

Estas tecnologías permiten escrutar multitud de factores simultáneamente, aunque su fiabilidad precise de un número de muestras elevado para el análisis.

En este contexto científico han surgido los denominados biobancos y, entre ellos, los bancos de cerebros. Estas entidades no son más que infraestructuras científicas destinadas a captar donantes, extraer los tejidos, conservarlos técnicamente de manera correcta, y ponerlos a disposición de la comunidad científica para sus estudios.

"Los bancos de cerebros han de trabajar preferentemente en redes, con financiación asegurada a medio y largo plazo, con protocolos establecidos a nivel internacional, con comités científicos y éticos que regulen su actividad y con una visión de servicio social e interacción con el entorno socio-sanitario", ha indicado el catedrático.

Uno de los retos más importantes de los biobancos es "la necesidad de captar cerebros procedentes de sujetos fallecidos por razones no relacionadas con el cerebro y que puedan servir como muestras control orientativas de las condiciones basales sobre las que se compararán las muestras psiquiátricas".

El diseño experimental con las muestras cerebrales exige controlar más variables estadísticas de confusión que los estudios en vivos

Según ha explicado el conferenciante, "el trabajo con muestras cerebrales exige criterios de calidad muy rigurosos". Estos criterios hacen referencia a las condiciones de obtención de las muestras, la información clínica de los sujetos donantes y la evaluación toxicológica que confirme o descarte la presencia de psicofármacos como los antidepresivos.

Por otro lado, "el diseño experimental con las muestras cerebrales exige controlar más variables estadísticas de confusión que los estudios realizados con sujetos vivos, existiendo siempre riesgos de confundir marcadores propios de la enfermedad con marcadores derivados de la respuesta al tratamiento o presencia de comorbilidad".

Aspectos éticos
Finalmente, los aspectos éticos de la investigación con muestras cerebrales no son desdeñables. Desde cómo aplicar el consentimiento hasta las implicaciones genético-familiares de los hallazgos, pasando por cuestiones relativas a la propiedad de las muestras o al uso que se les dé por parte de empresas biotecnológicas; son algunos ejemplos de los retos con los que la investigación científica y los legisladores se están topando en estos momentos.
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