lunes, 11 de abril de 2011

"El resultado, no la técnica, me dice si una cirugía es mínimamente invasiva" - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
EVANDRO DE OLIVEIRA, INTERVIENE DOS CASOS EN SEVILLA
"El resultado, no la técnica, me dice si una cirugía es mínimamente invasiva"
Como parte de una colaboración que dura varios años, el neurocirujano brasileño Evandro de Oliveira ha visitado el centro USP Sagrado Corazón, de Sevilla, para llevar a cabo dos complejas operaciones. Su equipo ha resecado con éxito dos tumores, concretamente un meningioma del diafragma de la silla turca y un angioma gigante temporal izquierdo.


José A.Plaza - Lunes, 11 de Abril de 2011 - Actualizado a las 00:00h.



Feres Chaddad, Evandro de Oliveira y Francisco Trujillo, en la puerta del centro sevillano.




La Clínica USP Sagrado Corazón, de Sevilla, lleva años contando con la colaboración de Evandro de Oliveira, de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, y uno de los mejores especialistas a nivel internacional en patología vascular neuroquirúrgica. En su visita anual, De Oliveira se ha hecho cargo, junto con su colaborador Feres Chaddad Neto y el personal del centro sevillano, de dos intervenciones de gran complejidad. La primera, realizada el pasado lunes, abordaba a un paciente de 41 años que ya era un caso de meningioma del diafragma de la silla turca, mientras que la segunda, llevada a cabo dos días después, estaba relacionada con un angioma gigante temporal izquierdo.

La primera de las cirugías ha logrado resecar un meningioma del diafragma de la silla turca que había sido tratado previamente sin éxito

En el caso del meningioma, el afectado ya había sido intervenido previamente sin éxito y necesitaba de una reintervención. De Oliveira y Francisco Trujillo, neurocirujano de USP Sagrado Corazón, han explicado a Diario Médico que se ha logrado resecar el tumor por completo y el paciente ya está en planta sin problema alguno: "Cuando analicé en Brasil el caso vi que era necesaria una intervención rápida, aunque parecía menos compleja de lo que finalmente resultó", ha explicado De Oliveira.

El tiempo, relativo

Se trataba de un tumor situado en la parte superior de la silla turca, "por debajo de ambos nervios ópticos, de manera que éstos se veían empujados hacia arriba". La cirugía necesitó de muchas horas, aunque para el neurocirujano brasileño el tiempo no es un dato muy relevante: "Depende mucho del médico y, en mi caso, soy de cirugía lenta y nunca empleo menos de ocho horas. Si el resultado es bueno, da igual el tiempo".

En la segunda intervención se ha extirpado por completo un angioma gigante temporal izquierdo con localización muy compleja

Trujillo ha explicado los riesgos: "El paciente podía quedar ciego y sufrir problemas endógenos, porque el tumor estaba en el hipotálamo. No había tanto riesgo de hemorragia, que podía darse en plena cirugía si se dañaban vasos relevantes que rodean al tumor, sino de complicaciones ligadas al hipopituitarismo y a trastornos endocrinos y vasculares". De hecho, antes de recalar en el centro sevillano, el paciente había presentado en una intervención previa una hemiplejia de la que pudo recuperarse.

La segunda de las cirugías ha tenido como protagonista a una mujer de 40 años diagnosticada con un angioma gigante temporal izquierdo. Trujillo ha explicado que "la malformación se descubrió por casualidad, ya que, tras sufrir continuos dolores de cabeza, una TC y una resonancia dieron con el problema". Sin quedar claro si el angioma se podía embolizar o radiar, el caso llegó a USP Sagrado Corazón, cuyos especialistas lo derivaron a De Oliveira, que finalmente consideró el caso como quirúrgico.

La operación ha sido compleja y larga, pero la paciente ya está despierta, consciente y sin déficits. Las pruebas con TC "son perfectas y, aunque aún hay que comprobar los resultados de una arteriografía de control, el caso parece resuelto".

La experiencia le ha enseñado a De Oiveira que, en primer lugar, lo más importante en un caso como el de este angioma gigante "es entender la anatomía, algo que parece obvio pero no lo es. El estudio anatómico debe ser muy profundo; hay que conocer las venas y arterias implicadas y analizarlas lentamente".

Estas malformaciones se resecan con microcirugía y, posteriormente, se procede a la reubicación de los vasos que estaban afectados. En este caso, el angioma tenía cuatro centímetros de diámetro y el factor del tamaño se unía a una localización muy compleja.

De Oliveira ha mencionado lo mucho que se habla de mínima invasividad en cirugía: "Es un término muy de moda, pero que no existe como tal en neurocirugía. Si es, o no, mínimamente invasiva, depende de los resultados y de las consecuencias, no del abordaje". De esta forma, el especialista brasileño cree que si una cirugía pequeña y sencilla es exitosa, el resultado es máximamente invasivo, mientras que si una muy compleja no deja déficit alguno, es lo contrario. Con un ejemplo muy gráfico ha completado la explicación: "Si se pudiera quitar la cabeza a una persona y colocársela de nuevo, sin problemas posteriores, sí estaríamos ante una cirugía mínimamente invasiva".

Lesiones como éstas "se tratan de tres formas y no hay mucha novedad en su abordaje", ha aclarado De Oliveira. Cada caso define la decisión entre cirugía, radiocirugía y embolización, tres técnicas que suelen combinarse entre sí: "Cada paciente elige de qué forma se da esa combinación. La mejor opción, siempre que sea posible, es la cirugía, porque si sale bien, cura". Según ha apuntado, hay pocos cirujanos vasculares en el mundo y "cada vez es más raro ver un proceso quirúrgico de este tipo porque puede llevar 20 ó 30 años adquirir la experiencia necesaria". A su juicio, "es más sencillo comprar un aparato de radioterapia, que excluye el formar capital humano".

La invasión mínima, de moda
De Oliveira ha mencionado lo mucho que se habla de mínima invasividad en cirugía: "Es un término muy de moda, pero que no existe como tal en neurocirugía. Si es, o no, mínimamente invasiva, depende de los resultados y de las consecuencias, no del abordaje". De esta forma, el especialista brasileño cree que si una cirugía pequeña y sencilla es exitosa, el resultado es máximamente invasivo, mientras que si una muy compleja no deja déficit alguno, es lo contrario. Con un ejemplo muy gráfico ha completado la explicación: "Si se pudiera quitar la cabeza a una persona y colocársela de nuevo, sin problemas posteriores, sí estaríamos ante una cirugía mínimamente invasiva".


La experiencia es un grado
Lesiones como éstas "se tratan de tres formas y no hay mucha novedad en su abordaje", ha aclarado De Oliveira. Cada caso define la decisión entre cirugía, radiocirugía y embolización, tres técnicas que suelen combinarse entre sí: "Cada paciente elige de qué forma se da esa combinación. La mejor opción, siempre que sea posible, es la cirugía, porque si sale bien, cura". Según ha apuntado, hay pocos cirujanos vasculares en el mundo y "cada vez es más raro ver un proceso quirúrgico de este tipo porque puede llevar 20 ó 30 años adquirir la experiencia necesaria". A su juicio, "es más sencillo comprar un aparato de radioterapia, que excluye el formar capital humano".

"El resultado, no la técnica, me dice si una cirugía es mínimamente invasiva" - DiarioMedico.com

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