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ESPAÑA
SU AUSENCIA NO MEJORA LA PÉRDIDA DE PESO
Excluir el pan en una dieta hipocalórica no se justifica
Eliminar el pan en las dietas hipocalóricas no mejora la pérdida de peso ni debe formar parte de la práctica clínica, según un estudio realizado por la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital La Paz, que contó con una beca de investigación de la iniciativa Pan cada día.

Isabel Gallardo Ponce - Lunes, 11 de Abril de 2011 - Actualizado a las 00:00h.


"La exclusión del pan en una dieta de adelgazamiento no está justificada y no debe formar parte de la práctica clínica". Esta es la principal conclusión de un trabajo realizado por la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital La Paz, de Madrid, y dirigido por Carmen Gómez Candela.

La investigación, de tipo prospectivo, se ha realizado con 122 mujeres a las que se dividió aleatoriamente en dos grupos. A uno se le pautó una dieta hipocalórica que incluyera pan, y al otro su exclusión. Según los resultados, el grupo que realizó la restricción calórica sin eliminar el pan de la dieta mostró menores tasas de abandono, mayores de adherencia y de sensación de saciedad. En ambos grupos se redujo de forma significativa el peso, el porcentaje de masa grasa, la circunferencia de la cintura y la grasa visceral y se mejoró su estado nutricional, así como los valores analíticos y marcadores de riesgo cardiovascular y antiinflamatorio.

La muestra recibió también educación nutricional sobre la obesidad, los principales nutrientes y cómo establecer un menú saludable y hacer la compra, además de evitar tentaciones. También se les enseñó cómo comer fuera de casa, y técnicas de autocontrol, y se les pautó una actividad física reglada consistente en caminar a paso vigoroso 30 minutos durante 3 días a la semana. "Educar no es informar, sino dar instrumentos para que hagan las cosas mejor. Les decimos que no pueden sentirse culpables o con la autoestima muy baja porque han ido a una fiesta y han comido una tarta. Deben anticiparse y aprender a tener habilidades para resolver los problemas. La prohibición no vale, hay que enseñar que ese día se puede comer la tarta y compensar con el resto de las comidas".

Consumo
Gómez Candela ha explicado que las mujeres que participaron en la investigación tenían una edad media de 48 años y un consumo bajo de lácteos, cereales, frutas y verduras y alto de azúcares, grasas y dulces, y no realizaban ejercicio. Tras las 16 semanas de intervención, el grupo que siguió la dieta con pan mejoró significativamente su perfil calórico y se aproximó a las recomendaciones nutricionales, reduciendo el porcentaje de grasa y elevando el aporte de hidratos de carbono. En el otro grupo, aunque se redujo la ingesta calórica, no lo hizo el perfil y se elevó el consumo de carne. Por otro lado, la reducción significativa de azúcares y grasa de la dieta sólo se observó en el grupo con pan. Por tanto, según los investigadores, la exclusión del pan en la dieta puede desplazar las ingestas hacia los grupos de carnes y grasas, repercutiendo negativamente en el equilibrio de la dieta y el perfil calórico.

Según Gómez Candela, el pan, pese a ser la base de la dieta mediterránea, "se considera un alimento superfluo, de escaso valor nutricional. Quizá arrastre una connotación peyorativa como alimento de pobres y de subsistencia en la historia de la humanidad, y eso ha hecho que tengamos un consumo menor que la media europea". Por eso, recomienda incluir en la dieta una ración razonable de pan, pasta o arroz para conseguir una dieta más equilibrada. "Podemos decir que es el patrón que mejor funciona en parámetros de salud y que se adapta a los alimentos disponibles en nuestra cultura".
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