martes, 12 de abril de 2011

La Sociedad Canaria de Reumatología presenta un protocolo para reducir la demora en el diagnóstico de las enfermedades reumáticas en niños :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

La Sociedad Canaria de Reumatología presenta un protocolo para reducir la demora en el diagnóstico de las enfermedades reumáticas en niños


Redacción

Se trata de un documento muy útil, ya que en la actualidad, las patologías reumáticas afectan a aproximadamente uno de cada mil niños en España, lo que se traduce en cerca de 7.500 menores de 15 años, señalan desde esta sociedad científica




Gran Canaria (12-4-11).- Con el objetivo de reducir la demora en el diagnóstico de las enfermedades reumáticas en niños, el cual puede llegar a prolongarse años, la Sección de Reumatología del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil de Canarias acaba de publicar el primer protocolo consensuado en la Comunidad Canaria de derivación de Atención Primaria a la consulta del reumatólogo pediátrico, un documento de gran valor, ya que en la actualidad, las patologías reumáticas afectan a aproximadamente uno de cada mil niños en España, lo que se traduce en cerca de 7.500 menores de 15 años.

En opinión del Dr. Sergio Machín, reumatólogo del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil de Gran Canaria, “la principal razón por la que se ha decidido elaborar esta guía es reducir la demora en el diagnóstico y evitar las dudas de los pediatras y dificultades en la detección de estas enfermedades, ya que en ocasiones, algunas patologías como la artritis idiopática juvenil o el lupus eritematoso sistémico presentan síntomas que pueden interpretarse como lesiones traumáticas, dolores inespecíficos, esguinces o urticaria, lo que puede retrasar su diagnóstico incluso años”. El documento ha sido presentado durante la XIX Reunión Científica de la Sociedad Canaria de Reumatología, que se ha acaba de celebrar.

Este protocolo, ha añadido el especialista, consiste en directrices, ideas y organigramas que “de forma sencilla y eficaz” facilitan la derivación por parte del pediatra al reumatólogo. “Por ejemplo, hay que prestar una especial atención a síntomas sospechosos como pueden ser los relacionados con la limitación funcional, el enrojecimiento o el aumento de temperatura en articulaciones sin traumatismos. Además, si los niños dejan de hacer actividades cotidianas como correr o jugar, o caminan de forma atípica, éstos puede ser un signo de alarma”.

En cuanto al diagnóstico, el Dr. Machín ha explicado que en la mayoría de ocasiones éste se basa en la exploración física y en la historia clínica y familiar. “No obstante, otras pruebas como una analítica, radiografías y ecografías son cada vez más importantes en la detección de estas afecciones”.

El hecho de padecer la enfermedad desde la infancia provoca una respuesta inflamatoria constante que podría llevar a minusvalías o discapacidades lo suficientemente importantes como para que los pacientes se vean afectados toda su vida. En este sentido, se estima que la mitad de los niños con enfermedades reumáticas arrastran su afección hasta la edad adulta.

Los pacientes pueden presentar muy diferentes características, y es que hay que tener en cuenta que estas patologías pueden afectar desde a lactantes hasta adolescentes. “Sin embargo, todos tienen en común la disminución en la calidad de vida y que las enfermedades reumáticas representan para ellos un importante impacto en todos sus ámbitos: escolar y familiar, e incluso en su desarrollo psicosocial”, ha asegurado el Dr. Machín.

Según los expertos de la Sociedad Canaria de Reumatología, teniendo en cuenta la variabilidad de sintomatología de estas dolencias debería ser fundamental la atención multidisciplinar de estos pacientes, ya que se trata de patologías crónicas, que pueden afectar a múltiples órganos. Por ello, han afirmado, es necesario el trabajo conjunto entre pediatras y reumatólogos, y también de otras especialidades como oftalmólogos, endocrinos o rehabilitadores.

Los pacientes diagnosticados requieren tratamientos prolongados y en la mayoría de los casos precisan de un seguimiento la mayor parte de su vida, aunque éste puede variar dependiendo de su patología, su tratamiento y si la evolución es o no favorable. “Las revisiones pueden oscilar entre los 15 días y los 3 ó 4 meses, siempre que se trate de una patología articular inflamatoria o una enfermedad sistémica”, ha indicado el reumatólogo.

En este grupo de edad, de todas las enfermedades reumáticas, la más frecuente es la artritis idiopática juvenil (AIJ), que reúne varias formas clínicas, a diferencia de la artritis reumatoide del adulto, y cuya manifestación clínica es la artritis junto con la afectación ocular con o sin manifestaciones sistémicas. No obstante, los datos a día de hoy son esperanzadores, ya que entre el 60 y el 70% de los pacientes con esta afección estará libre de la enfermedad a los 18 años.

A la AIJ le siguen en frecuencia las enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso juvenil, cuya presentación en edades tempranas marca un peor pronóstico que en el adulto, las vasculitis y las enfermedades inflamatorias, que son patologías propias de la edad pediátrica.

Durante la XIX Reunión Científica de la Sociedad Canaria de Reumatología también se han debatido sobre otros temas como la actualización en el tratamiento de la osteoporosis y de la gota, se han revisado casos clínicos en los que se hace uso compasivo de biológicos fuera de indicación y se ha tratado sobre la farmacología del dolor en la consulta del reumatólogo, ha explicado el Dr. Eduardo Girona, presidente de la Socare.

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