viernes, 15 de abril de 2011

Las técnicas diagnósticas si están mal indicadas pueden complicar el manejo - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
AUMENTa LA DEMANDA DE LAS PRUEBAS EN PEDIaTRIa
Las técnicas diagnósticas si están mal indicadas pueden complicar el manejo
La disponibilidad de pruebas diagnósticas en la gastroenterología pediátrica ha mejorado el manejo de muchas patologías, pero requiere de un adecuado conocimiento de las indicaciones. Su uso incorrecto no sólo repercute en un gasto innecesario, también puede complicar el manejo de ciertos pacientes, como en el caso de infección por Helicobacter pylori.



Sonia Moreno - Viernes, 15 de Abril de 2011 - Actualizado a las 00:00h.


Los ponentes del curso: Pedro Urruzunu, Diana Madruga, Rosa Codoceo, Rosana Muñoz, Mª José Martínez, Dolores Acuña, Mª Dolores García y Federico Argüelles, frente al Hospital Niño Jesús.



Los especialistas con más experiencia en el empleo de técnicas de diagnóstico en gastroenterología recuerdan que una indicación sin los criterios correctos, además de suponer un gasto innecesario, puede complicar en lugar de resolver el tratamiento de los afectados. Así lo ha destacado Mª José Martínez Gómez, responsable de la Unidad de Endoscopia en el Servicio de Gastroenterología y Nutrición, del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid. Martínez ha dirigido un curso enfocado a médicos y enfermeros implicados en estas enfermedades pediátricas, sobre las indicaciones de las pruebas invasivas y no invasivas, y su realización.

Rosana Muñoz Codoceo, del referido Servicio de Gastroenterología, ha explicado que "en los últimos años estamos detectando un aumento de la demanda de pruebas no siempre bien indicadas, probablemente debido a la sobrecarga asistencial; en especial, se ha incrementado la demanda de la endoscopia digestiva y del test del aliento".

Según ha enumerado Martínez, hay tres grandes áreas donde se utiliza la endoscopia digestiva alta: en determinados casos de infección por Helicobacter pylori; para la biopsia intestinal en la enfermedad celiaca, y en el dolor abdominal. En cuanto a la colonoscopia, su uso se indica principalmente en enteropatías alérgicas y en enfermedad inflamatoria intestinal (mal de Crohn y colitis ulcerosa).

Sobre las pHmetrías intraesofágicas e impedanciometrías, que se emplean en la detección del reflujo gastroesofágico, Martínez ha recordado que "en niños vomitadores, cuando la clínica digestiva está clara, no es preciso hacer pruebas diagnósticas; deben reservarse para el reflujo atípico, en presencia de asma y con laringitis de repetición, por ejemplo".

Además, no hay que olvidar el coste: pruebas como las capsuloendoscopias -limitadas en el ámbito pediátrico a tres hospitales españoles- rondan los 600 euros por dispositivo; y muchas de las técnicas no son inocuas y exigen estar en ayunas, retirada de medicación y algunas resultan un poco molestas. Por eso, en el curso se ha hecho hincapié en que se conozcan bien todas las posibilidades: "Se puede extraer mucha información de las pruebas no invasivas", ha apuntado Muñoz. "Por ejemplo, el análisis de heces permite valorar la presencia de colestasis, infección, inflamación, alteraciones pancreáticas o si hay pérdida de proteínas y grasas; eso basta para determinar la necesidad o no de solicitar pruebas invasivas".

Por otro lado, una indicación incorrecta puede complicar, en lugar de solventar el manejo. Ocurre con la infección por H. pylori. Mª José Martínez también forma parte del grupo de trabajo para el estudio de la bacteria en niños, dentro de la Sociedad Europea de Gastroenterología.

"La mitad de la población está infectada por H. pylori y en la mayoría de los casos no se indica un cribado para el patógeno. En los niños hay un exceso de demanda, y no parece de gran ayuda hacer el cribado si la infección no está relacionada con dolor abdominal".

Precisamente, las nuevas recomendaciones del grupo de trabajo que se publicarán dentro de poco se centran en qué pacientes deben estudiarse y tratarse. Sobre el tratamiento, Muñoz ha destacado que se está registrando una tasa de resistencias a claritromicina del 60 por ciento, por lo que se especifica que, "si se desconoce la sensibilidad de H. pylori a antibióticos, se opte en el inicio por metronidazol".
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