jueves, 9 de junio de 2011

España es líder mundial en la búsqueda de un biomarcador para la terapia antiangiogénica en cáncer de mama :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

España es líder mundial en la búsqueda de un biomarcador para la terapia antiangiogénica en cáncer de mama

Redacción

Doce hospitales españoles participan en una investigación, presentada en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, encaminada a determinar biomarcadores para Bevacizumab, el antiangiogénico con más indicaciones autorizadas



Madrid (9-6-11).- La terapia antiangiogénica se ha incorporado con éxito al arsenal terapéutico de diferentes tumores. Bloquear la angiogénesis supone impedir que el tumor pueda nutrirse de la creación de nuevos vasos sanguíneos y de ese modo seguir creciendo. Sin embargo, este tratamiento plantea algunos retos. Uno de ellos es la necesidad de descubrir un biomarcador que permita identificar a los pacientes que mejor van a responder a esta estrategia. Otro desafío es poder determinar mediante técnicas de imagen en qué medida el tratamiento consigue su objetivo. Con estos objetivos se ha presentado un estudio español en el 47 Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), celebrado en Chicago.

Una investigación considerada por la comunidad científica internacional como una de los trabajos más ambiciosos en la búsqueda de biomarcadores para el tratamiento antiangiogénico. Esta investigación, denominada IMAGING, se ha diseñado con el objetivo de identificar en cáncer de mama un biomarcador de eficacia para Bevacizumab (Avastin), que es el antiangiogénico con mayor número de indicaciones autorizadas; aparte de mama, está autorizado en cáncer de pulmón no microcítico, renal y colorrectal, todos en fases avanzadas, y se estudia actualmente su potencial en cáncer de ovario y glioblastoma.

Jesús García-Foncillas, jefe del servicio de Oncología Médica de la Clínica Universitaria de Navarra y principal investigador del estudio IMAGING, explica que hace un año y medio se empezó a diseñar este estudio que venía precedido de trabajos previos que con la misma finalidad habían tenido muy escaso éxito. “Por ese motivo, no dimos nada por supuesto y buscamos en todos los frentes. Lo cierto es que hasta ahora se han estudiado moléculas biológicas, secuencias de ADN, de ARN mensajero, proteínas, técnicas de imagen… y nada de ellos ha sido mínimamente indicativo de que pudieran servir para seleccionar a los pacientes que más pueden responder”.

Características del diseño

El diseño del estudio se perfiló atendiendo a dos características: por una parte, hacerlo en un tipo de tumor (mama) en el que el fármaco ya estuviera aprobado y por otro, en ausencia de ninguna pista previa realmente válida, hacer una búsqueda masiva incluyendo datos moleculares y de imagen. “La decisión de buscar el marcador en cáncer de mama se debe a que este tumor se presta más fácilmente que otros a hacer biopsias repetidas durante el tratamiento. Es accesible, se puede palpar y se puede alcanzar por ecografía el lugar exacto en el que debe hacerse la punción”.

En julio del año pasado se inició la inclusión de pacientes con el objeto de alcanzar un mínimo de 72. “Recibieron un ciclo de tratamiento intravenoso con el antiangiogénico. Antes y después de ese ciclo se analizaba a la paciente con técnicas de imagen por PET utilizando dos marcadores distintos. También hicimos resonancia dinámica con contraste, biopsia y toma de sangre antes y después de la administración del tratamiento anti-angiogénico. A continuación a las pacientes se les aplicó de nuevo Bevacizumab más quimioterapia durante cuatro ciclos”.

El doctor García-Foncillas asegura que curiosamente se ha comprobado, por las pruebas de imagen y la biopsia, que el antiangiogénico no sólo tiene un efecto sobre la vasculatura del tumor, que es lo que se espera del fármaco por su mecanismo de acción, sino también sobre el propio tumor. “Hemos visto que cuando analizamos uno de los dos marcadores utilizados que con un solo ciclo de Bevacizumab hay reducción estadísticamente significativa de la proliferación celular. Lo hemos confirmado por el PET y por biopsia. Esto supone que el fármaco actúa no sobre el entorno de la célula, como pensábamos, sino sobre el tumor mismo”, insiste este especialista para quien estos datos permitirán hablar de Bevacizumab como un “fármaco nuevo al mostrar una capacidad inédita hasta el momento”.

“El descubrimiento hace ya varias décadas de la angiogénesis, el proceso por el cual las células tumorales se nutren para continuar creciendo, supuso una redefinición del concepto de cáncer”, afirma este experto. “Nos obligó a ir más allá de las células tumorales y por tanto a tener en cuenta la importancia del entorno que rodea a la célula y le permite seguir creciendo. El potencial de esta opción adquirió verdadero valor con la aparición de los antiangiogénicos y en concreto con Bevacizumab, que es el utilizado en más procesos oncológicos”.

Hoy, el cáncer se está nuevamente reescribiendo con los tratamientos individualizados y la búsqueda de biomarcadores se sitúa como uno de los principales objetivos tanto a corto como a largo plazo. El estudio IMAGING está buscando en distintas áreas de ese microentorno que rodea al tumor a nivel molecular, de proteínas y genes, en pacientes con cáncer de mama avanzado. Como explica García-Foncillas, “no buscamos en una única dirección, en un único marcador, sino en la conjunción de los mismos para identificar qué pacientes pueden beneficiarse más del tratamiento”.

Nuevas técnicas de imagen

Para ello, se está valiendo de innovadoras técnicas moleculares y de imagen como el PET o la resonancia magnética con contraste dinámico. Los procedimientos estándar de imagen no permiten visualizar la totalidad del efecto del tratamiento antiangiogénico en la medida que sería deseable. Como aclara el doctor, mientras que es posible que el oncólogo observe si una quimioterapia disminuye o no el tamaño del tumor, esta misma operación no resulta tan sencilla con un antiangiogénico. “Aparentemente la estructura tumoral no cambia pero sabemos que el tumor lo acusa porque el resultado final es que el paciente vive más. En cualquier caso, para evaluar la respuesta al tratamiento necesitamos otras técnicas de imagen distintas que traduzcan los cambios internos que acontecen en la biología del tumor”, explica este experto.

Una de los primeros datos que se ha comunicado de este estudio en ASCO apunta al potencial de los estudios PET como biomarcadores farmacodinámicos al observarse que pueden distinguir el efecto antitumoral asociado a los antiangiogénicos del efecto antivascular. En este momento, el estudio IMAGING continúa recogiendo datos. En esta investigación participan la Clínica Universitaria de Navarra (Pamplona), el Hospital Marqués de Valdecilla (Cantabria), el de Basurto (Bilbao), el Onkologikoa (San Sebastián), el General Yagüe (Burgos), el Arnau de Vilanova (Lérida), el Miguel Servet (Zaragoza), el de San Millán (Logroño), el Hospital Donostia (San Sebastián), el de Navarra (Pamplona) y el Civil de Basurto (Bilbao).

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