viernes, 30 de marzo de 2012

La inflamación celular aparece en las alteraciones mentales - DiarioMedico.com

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MÁS GRAVE, MAYOR INTENSIDAD DE RESPUESTA

La inflamación celular aparece en las alteraciones mentales

El nivel de inflamación celular podría determinar la aparición y la gravedad de ciertos trastornos psiquiátricos. La constatación de este fenómeno abriría nuevas posibilidades de intervención terapéutica para algunos de los síndromes mentales más frecuentes.
Redacción | 28/03/2012 00:00

José Luis Carrasco, Itziar Güemes y Marina Díaz.
José Luis Carrasco, Itziar Güemes y Marina Díaz. (Luis Camacho)
  • Las personas con trastornos mentales graves tienen una alteración excesiva de la vía inflamatoria y cuanto más graves son, mayor inflamación
La ansiedad y el estrés podrían estar relacionados con los fenómenos de inflamación celular del organismo, de tal forma que los síntomas que ocasiona el estrés podrían derivar de procesos inflamatorios generalizados. De hecho, desde hace años existen teorías que señalan que el malestar psíquico y emocional puede tener como base ciertos procesos de inflamación. La justificación se encuentra, en parte, en los efectos beneficiosos que algunos pacientes atribuyen a fármacos antiinflamatorios como el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico, más allá de su potencial analgésico. Siguiendo esta estela, un equipo del Hospital Clínico de Madrid ha profundizado en la búsqueda de marcadores biológicos como factores o causa de enfermedades mentales. Sus primeros datos en linfocitos parecen confirmar que, efectivamente, la inflamación celular parece ser un componente común a todos los trastornos mentales que cursan con un grave estrés emocional y con "la posibilidad de que los mecanismos de inflamación celular puedan a su vez ser reguladores de la expresión sintomática de dicho estrés", ha explicado a DM José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense, de Madrid, y jefe de Sección del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico de Madrid, que, junto a la también psiquiatra Marina Díaz Marsá y la investigadora de psiquiatría Itziar Güemes, del mismo centro, realizan estas investigaciones pioneras del estudio del estrés en enfermedad mental.

Cascada de inflamación
Estudios previos realizados por Carrasco y Díaz Marsá ya evidenciaron potentes mecanismos antiinflamatorios en pacientes con trastornos impulsivos patológicos, como los trastornos límite de la personalidad o las bulimias nerviosas. En el proyecto actual, que iniciaron hace año y medio, y en coordinación con Juan Carlos Leza, catedrático de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, en coordinación con un estudio global del Cibersam, se ha intentado confirmar qué factores celulares están implicados en estos sistemas inflamatorios en los trastornos emocionales, fundamentalmente depresión, ansiedad y primeros episodios de esquizofrenia. "En muestras de linfocitos de pacientes se han determinado, además de la expresión y actividad de los receptores glucocorticoides, otros factores relacionados con los procesos de inflamación celular, como son la citocinas TNF-alfa e interleucinas, receptores como el alfa 7 nicotínico, y factores de transcripción intracelulares, como el NFkB, el COX-2, el INOX y el TBARs, según Güemes, quien señala que se parte de la idea de que la inflamación provoca estrés oxidativo y éste a su vez muerte celular. "El objetivo es comprobar si existen diferencias en el sistema de inflamación y antiinflamación o de respuestas en los enfermos y en las personas sin patología mental".

Mayor gravedad
Díaz Marsá ha indicado que existen conclusiones claras: todos los pacientes con trastornos depresivo-ansiosos, psicóticos, como la esquizofrenia y los impulsivo-inestables, como los trastornos límite de la personalidad y de la conducta alimentaria tienen una alteración excesiva de la vía inflamatoria. "Además, a mayor gravedad del trastorno más nivel de inflamación. Así, el mayor grado de inflamación se observa en los primeros episodios psicóticos, seguido de los trastornos graves de la personalidad y de los trastornos de la conducta alimentaria". Sin embargo, Carrasco apunta que los elementos de la vía inflamatoria que se alteran en cada uno de los trastornos son distintos.

La hipótesis futura es que las diferentes formas de regular la inflamación, según los factores que se activen, darán lugar a diferentes formas de manejar el estrés y, consecuentemente, a distintas patologías mentales. "Estas investigaciones abren la vía de la inflamación al estudio del estrés y de la enfermedad mental e, hipotéticamente, la posibilidad de intervención terapéutica mediante el desarrollo de fármacos específicos para cada proteína alterada", señala Güemes. Para Díaz Marsá, como en principio la inflamación es el único elemento disregulado, "añadir antiinflamatorios a los fármacos psiquiátricos convencionales podría ayudar a la mejoría clínica de los pacientes, aunque lo ideal sería saber qué factor concreto está alterado en cada enfermedad o revertir o controlar el mecanismos inflamatorio".



LINFOCITOS Y EMOCIONES


Los linfocitos parecen ser uno de los vehículos más destacados para el estudio de factores biológicos como causa de enfermedad mental. Se trata de células muy enteras y son fáciles de extraer de la sangre. "Son muy funcionales, al igual que la neurona, con mucha actividad de comunicación. La neurona segrega neurotransmisores y el linfocito segrega muchas sustancias que actúan como comunicadores: sustancias inmunes e inflamatorias y anticuerpos, entre otras". Además, su fácil extracción mediante un análisis de sangre periférica las hace muy útiles. Al contrario que los hematíes, que también se encuentran en la sangre, los linfocitos ofrecen mucha información en esta área

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