jueves, 1 de marzo de 2012

La terapia antiangiogénica mejora el mal pronóstico de las pacientes con cáncer de mama triple negativo :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad La terapia antiangiogénica mejora el mal pronóstico de las pacientes con cáncer de mama triple negativo

La terapia antiangiogénica mejora el mal pronóstico de las pacientes con cáncer de mama triple negativo

Madrid (02/03/2012) - Redacción

• El estudio AVALOX, liderado por Oncosur, muestra el beneficio en estas pacientes cuando se añade un antiangiogénico a la quimioterapia; en el estudio se probó el uso de Bevacizumab en primera línea más quimioterapia


• El Grupo Oncosur Madrid analiza cómo mejorar la situación de las mujeres cuyo tumor carece de expresión de receptores de estrógenos, progesterona y HER2 y, por tanto, qué opciones terapéuticas existen actualmente en el tratamiento de esta necesidad médica no cubierta

Las pacientes clasificadas como triple negativo son uno de los grandes retos en el manejo del cáncer de mama. Denominadas así por carecer de expresión de receptores de estrógenos, progesterona y HER2, las mujeres con este tipo de tumor no pueden beneficiarse de tratamientos que precisamente actúan sobre estos receptores. Arrastran por ese motivo peor pronóstico. Los expertos llevan tiempo alertando de la necesidad de identificar opciones activas para estos casos. Ahora el estudio español AVALOX ha mostrado que en estas pacientes se consigue un beneficio cuando se añade una terapia antiangiogénica a la quimioterapia estándar. Esta investigación se ha presentado en una reunión científica del Grupo Oncosur celebrada en Madrid y dedicada de forma monográfica al cáncer de mama triple negativo.

Los especialistas participantes han abordado distintos aspectos ligados al abordaje de este tumor, como las características patológicas y moleculares, lo que puede aportar el tratamiento antiangiogénico y la importancia de identificar biomarcadores para saber en qué pacientes debe utilizarse esta estrategia.

En este foro se ha difundido el estudio AVALOX, un trabajo en el que están participando 39 hospitales españoles que a lo largo del pasado año incluyeron 138 pacientes con enfermedad en fase metastásica, de las que un 23 por ciento eran triple negativo. El objetivo es evaluar qué beneficio se consigue si a la quimioterapia se le añade un antiangiogénico, es decir un fármaco que actúa inhibiendo la angiogénesis, proceso a través del cual el tumor crea vasos sanguíneos que le permiten seguir creciendo.

En este estudio, en concreto, se probó el uso de Bevacizumab en primera línea más quimioterapia. Los datos disponibles, que serán presentados en la próxima reunión de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO) el próximo mes de junio, revelarán si esta es una opción activa y bien tolerada en pacientes triple negativo y también en aquellas con receptores hormonales positivos. Una estrategia que se investiga en varios estudios más, con vistas a aportar mayor supervivencia en estos casos en los que la enfermedad se encuentra en fase avanzada. El estudio AVALOX seguirá hasta conseguir el objetivo final de 300 pacientes reclutadas con enfermedad metastásica.


Necesidades médicas no cubiertas

Las pacientes triples negativo representan entre el 20 y el 25 por ciento de todos los tumores de mama metastásicos. "El pronóstico es claramente peor y de ahí la necesidad de identificar opciones seguras que aporten más tiempo de vida. Cuando analizamos la supervivencia en metástasis, comprobamos que allí donde el resto de pacientes tienen una supervivencia media de dos años, aquellas de tipo triple negativo no superan los nueve meses. En ellas es mayor el riesgo de tener recaídas locales y de hacer la metástasis en órganos vitales, como hígado, pulmón, huesos...", explica el doctor Hernán Cortés-Funes, Jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre y presidente del grupo cooperativo Oncosur.

Este experto asegura que aunque se ha investigado el potencial de los inhibidores del PARP, que son fármacos específicamente diseñados para revertir esa agresividad propia de los tumores triple negativo, lo cierto es que la irrupción de los antiangiogénicos se ha convertido en el principal motivo de esperanza.

"La terapia antiangiogénica se ha probado ya en miles de pacientes, y se ha visto que, sobre todo en fase metastásica, incrementa la actividad de la quimioterapia y ayuda a reducir el volumen de las células tumorales al tiempo que evita su acceso a los nutrientes, que son necesarios para que el tumor siga creciendo", comenta Cortés-Funes. "Además", continúa, "este beneficio se ha observado tanto cuando se usa en primera línea como en segunda. Como tratamiento inicial hay tres estudios fase III que han probado su combinación con quimioterapia, mostrando un claro beneficio sobre la supervivencia libre de progresión. Se ha visto que el tiempo con la enfermedad controlada podía llegar a ser el doble añadiendo el antiangiogénico a paclitaxel, concretamente de 5,3 meses a 10,6".

Estos estudios fase III suman datos de más de medio millar de pacientes y posteriores meta-análisis han ido confirmando las ventajas de esta estrategia. Uno de estos análisis lo presentó el doctor Cortés-Funes en Milán en el XXXV Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO 2010). "En aquella reunión", recuerda el presidente de Oncosur, "los datos mostraron un impacto importante en la supervivencia global de las pacientes Triples Negativas pre tratadas con taxanos que recibían Bevacizumab más quimioterapia como primer tratamiento.

El doctor Cortés-Funes fue uno de los investigadores del estudio ATHENA, destinado a estudiar el beneficio del añadido de Bevacizumab a la quimioterapia convencional con taxanos en cáncer de mama, que reclutó a más de 2.000 pacientes en todo el mundo, de las cuales unas 600 eran tipo triple negativo. "Este trabajo reveló que las mujeres con este tumor conseguían vivir más sin que la enfermedad progresara si sumaban Bevacizumab en primera línea al estándar de tratamiento, concretamente conseguían una supervivencia global en fase metastásica de 18 meses. El 60 por ciento continuaba viva al cabo de un año cuando, con los datos históricos en mano, sabíamos que esto era menos de la mitad", señala.

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