lunes, 19 de marzo de 2012

Los mitos de la nutrición pierden peso - DiarioMedico.com

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Pautas alimenticias para prevenir la obesidad

Los mitos de la nutrición pierden peso

El profesional de la nutrición trabaja hoy en medio de un barullo de voces polifónicas, a menudo contradictorias, y por si fuera poco con la sirena de fondo que alerta sobre los peligros de la epidemia de la obesidad y el sobrepeso. En este ambiente nada sereno es difícil encontrar la voz científica que guíe el camino hacia una nutrición preventiva y terapéutica. En ello están diversos investigadores y sociedades científicas, cuyos hallazgos desmontan algunos de los mitos de la alimentación e incluso cuestionan el mensaje apocalíptico que rodea al sobrepeso.
Sonia Moreno   |  19/03/2012 00:00

Ante el actual bombardeo de pautas nutricionales para prevenir y tratar la obesidad, ¿cómo discernir lo correcto? Un comité de especialistas ha acometido la labor de establecer los grados de evidencia científica de estas recomendaciones. El resultado es el Consenso Científico de Fesnad-Seedo (siglas respectivas de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad), que se presentó oficialmente el pasado octubre (ver DM del 24-X-2011). El documento ha protagonizado uno de los encuentros más importantes de los profesionales de la alimentación y salud: las Jornadas Nacionales de Nutrición Práctica, que acaban de celebrar su XVI edición en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.

Una de las conclusiones del consenso es que para prevenir el sobrepeso hay que evitar la comida rápida (menos de una vez a la semana) y consumir raciones más pequeñas, así como alimentos con baja densidad energética. ¿"Para este camino hacían falta tan grandes alforjas?", se pregunta con ironía Joan Quiles, director general de Investigación y Salud Pública del Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Generalitat Valenciana y uno de los autores del consenso, donde se analizan quince años de estudios sobre prevención y tratamiento de la obesidad.
  • Las dietas hiperproteicas favorecen la pérdida de peso a corto plazo, pero a largo no consigue más pérdida que la rica en hidratos de carbono
Preguntas recurrentes
Como comenta Quiles, a simple vista algunas de estas recomendaciones casan más con el sentido común que con sesudos análisis, pero el documento, apoyado por BiManán/Nutrition & Santé, va más allá y aborda cuestiones frecuentes en su consulta: "¿Debo comer cinco veces al día para perder peso? ¿Influye la proporción de proteínas en la ingesta total? ¿Y la de las grasas?". Las respuestas se han asociado a un grado de evidencia científico que va del A para las más sólidas al D, donde se recogen los estudios no analíticos o las opiniones de expertos y, finalmente, las evidencias inconsistentes (ver cuadro).

De igual forma, el análisis científico de los tratamientos de la obesidad revela que las dietas hipocalóricas constituyen uno de los tratamientos más recomendados por las sociedades científicas en el abordaje de la obesidad (una reducción energética de 500-1.000 kcal diaria supone una pérdida de entre 0,5 y 1 kg/semana), pero es un tipo de dieta poco palatable y de baja adherencia.
  • Dos mensajes positivos: la prevalencia de la obesidad podría iniciar su estabilización, y el sobrepeso en determinadas personas puede no ser nocivo
Irene Bretón, de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Gregorio Marañón (Madrid) y autora del consenso, expone que una dieta hiperproteica (25 por ciento de las calorías totales) puede inducir en seis meses mayor pérdida de peso que una dieta convencional rica en hidratos de carbono, pero a largo plazo (doce meses) no logra más pérdida que la convencional. Además, se constata que los sustitutos de una o más comidas con preparados nutricionales facilitan el seguimiento de la dieta hipocalórica, en el contexto de un tratamiento estructurado (con ejercicio y modificación de los hábitos alimentarios).

Todo este esfuerzo tiene como objetivo atajar la epidemia de obesidad, que en España, y según datos expuestos por Mario Foz, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, se sitúan hoy en una prevalencia del 39,4 por ciento de sobrepeso y del 22,9 por ciento de obesidad. Foz aporta una mirada optimista sobre el problema sanitario de la obesidad con dos observaciones: "Datos recientes, como el informe publicado el año pasado en The New England sobre la obesidad en Estados Unidos, indican que la prevalencia de la acumulación adiposa ha alcanzado una fase de estabilización; esa tendencia también se ha visto en el estudio español Enrica y al menos parece clara en las mujeres".

Sin fundamentalismos

El segundo aspecto optimista es considerar que el sobrepeso no siempre es perjudicial para la salud, y cita, entre otros trabajos, el titulado Envejecer en Leganés, del catedrático de Geriatría José Manuel Ribera Casado. Dice Foz: "Me alejo del fundamentalismo que considera al sobrepeso igual a la enfermedad. En algún contexto clínico, sobre todo en las personas a partir de 6o años, el sobrepeso no siempre es perjudicial e incluso puede ejercer un papel protector".

Alimentarse en la enfermedad

"Desde hace décadas se discute si ciertos hábitos alimentarios y suplementos pueden variar positivamente la historia natural de la esclerosis múltiple (EM)", recuerda David Ezpeleta, neurólogo del Hospital Quirón de Madrid, y ponente en la mesa Alimentación en enfermedades poco frecuentes, en las Jornadas de Nutrición Práctica. La premisa parte de que la prevalencia de la EM es mayor en tierra adentro que en la costa, según lo observado en Noruega, por lo que se argüía como factor preventivo el consumo de pescado rico en vitamina D y ácidos grasos poliinsaturados. Ezpeleta se ha centrado en dos estudios recientes: en uno se sugiere que el consumo regular de pescado, alcohol y café puede retrasar la aparición y progresión de la enfermedad; en otro se asocia la EM con una rara variante en el gen CYP27B1, que en homocigosis produce raquitismo tipo I vitamina D dependiente. Sin trasladar eso al uso de suplementos, "son datos que animan a investigar esta línea". Otra enfermedad poco frecuente es la fibrosis quística. En ella, las pautas nutricionales están más claras e incluyen, como ha expuesto Patricia López, de la Universidad de Navarra, mantener un IMC por encima de 22 y 23 (respectivamente, en mujeres y hombres), una dieta hiperlipídica y un control de los niveles plasmáticos de vitaminas liposolubles, en especial de la E, cuya deficiencia es común en estos pacientes.

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