miércoles, 7 de marzo de 2012

Los perros, un recurso fácil y económico en algunas terapias - DiarioMedico.com

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Detectan ataques epilépticos

Los perros, un recurso fácil y económico en algunas terapias

Los perros son un refuerzo positivo para la salud de algunos pacientes; por ello en la Universidad de Sevilla se imparte un Máster en Aplicaciones de Terapia Asistida por Perros (TAP), en el que seleccionan y adiestran a los animales en función de las necesidades del paciente.
Carmen Cáceres. Sevilla | 07/03/2012 00:00

Terapia con perros
Los perros benifician a ancianos con difultades físicas, enfermos crónicos y mentales. (C. Cáceres)

Un estudio ratifica que después de cinco años de haber sufrido un infarto, el índice de mortalidad en pacientes que tienen un perro como mascota en casa es del 17 por ciento, mientras que en aquéllos que carecen de esta compañía la cifra asciende hasta el 43 por ciento. No obstante, el reconocimiento de la Terapia Asistida por Perros (TAP) como alternativa terapéutica científicamente válida todavía implica diversos retos, tanto a nivel investigador como formativo.

Alfonso Blanco Picabia, catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Sevilla (US) y uno de los directores del Máster Universitario en Aplicaciones del Perro a la Terapéutica Humana, señala que "el perro hace bien por su simple presencia como mascota, ya que aporta beneficios para la salud física y mental de las personas". Los canes entrenados para esta terapia no sólo ayudan a personas con problemas cardiacos, sino que además "son capaces de detectar un ataque epiléptico o una bajada de azúcar con antelación a través del olfato". También beneficia a niños con problemas de atención, de movilidad o de memoria, autismo, hiperquinesia, casos de hiperactividad, ancianos con dificultades físicas, enfermos crónicos y mentales.

En este sentido, "damos un paso más en este tratamiento gracias a que seleccionamos al perro en función de las necesidades de una persona en concreto, entrenándolo expresamente para ello", apunta Blanco. De este modo, la TAP se convierte en algo motivador, gratificante y una forma de comunicación afectiva. "No se puede pretender que el perro cure una enfermedad pero sí potencia, ayuda y facilita que otro tipo de terapias hagan efecto".

Luis Rodríguez Franco, también director del Máster y del grupo de investigación Psicología Clínica y de la Salud de la US, señala las múltiples ventajas que tiene trabajar con estos animales. "Decirle a un paciente que haga ejercicio no es una motivación para él, pero indicarle que peine a un perro le resulta más estimulante y, a la vez, le sirve como ejercicio. Es un tipo de relación mucho más sana que la que pueden tener con una persona y, por otra parte, un recurso fácil, económico y simple", apunta Rodríguez Franco.

Nuevo campo de estudio

La Universidad de Sevilla imparte este máster desde hace tres años -acaba de comenzar la tercera edición-, y es el primer y único título de estas características disponible en España. De hecho, posee un valor añadido, ya que estos animales proceden de distintos refugios y perreras de la provincia de Sevilla. Según Rodríguez, "todos son perros abandonados que carecen de amaestramiento, pero se les enseña durante el primer curso, y si hay alguno que destaque y que se haya adaptado lo suficiente, pasa a trabajar directamente en los centros con los pacientes".

Ambos profesionales están interesados en una apuesta por la formación científica y la divulgación de la TAP. "Es un campo muy nuevo y con muchas limitaciones en Andalucía. En otras ciudades un perro de terapia tiene acceso a cualquier servicio y a cualquier lugar público; sin embargo, la regulación en nuestra comunidad autónoma está hecha sólo para los perros de asistencia y ahora queremos conseguir que se regule el perro de terapia. Esto nos facilitaría la labor con nuestros pacientes", concluye.

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