sábado, 22 de septiembre de 2012

¿No puede dejar de comer M&Ms?: MedlinePlus

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¿No puede dejar de comer M&Ms?



Un nuevo estudio sobre el cerebro de las ratas podría contener la clave para comprender el comer demasiado y la obesidad




Traducido del inglés: jueves, 20 de septiembre, 2012

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JUEVES, 20 de septiembre (HealthDay News) -- Unos científicos sirvieron M&Ms a ratas en un experimento que mostró que el cerebro no puede resistirse a la comida dulce y grasa.
Investigadores de la Universidad de Michigan apuntaron que el impuso a comer alimentos sabrosos en exceso proviene de una parte inesperada del cerebro llamada el neostriado, que produce una sustancia parecida al opio que aumenta ese deseo, y que podría ser parcialmente responsable de que las personas coman de más.
"Antes, las personas pensaban que esta área del cerebro solo tenía que ver con la función motora y el aprendizaje, pero hallamos que participa en la motivación y en la generación del consumo instantáneo", apuntó la investigadora líder Alexandra DiFeliceantonio, estudiante de postgrado en biopsicología de la universidad.
Este hallazgo podría tener implicaciones para las personas, añadió, y anotó que en el futuro quizás sea posible dirigirse al área con un fármaco que podría bloquear el impulso de comer en exceso, ayudando así a que la gente pierda peso.
Sin embargo, los expertos anotan que con frecuencia los resultados de los estudios con animales no se traducen a los humanos.
El nuevo informe aparece en le edición del 20 de septiembre de la revista Current Biology.
Para el estudio, DiFeliceantonio y colegas dieron a las ratas de laboratorio un fármaco para aumentar artificialmente la actividad del neostriado. Los animales recibieron M&Ms, y comieron el doble de lo que normalmente comerían, apuntó.
"Es equivalente a que un humano que pese 68 kilos (150 libras) se coma más de tres kilos (siete libras) de M&Ms en una hora", comentó DiFeliceantonio.
Además, los investigadores anotaron que la cantidad de una sustancia llamada encefalina, producida en el neostriado, aumentó cuando los animales comían el chocolate.
Lo que aumenta el deseo de comer alimentos dulces y grasos en exceso es este incremento en la producción de esa sustancia, señaló DiFeliceantonio. Cuando se les dio a elegir entre la comida usual o los M&Ms, las ratas con los niveles altos de la sustancia ignoraron constantemente su comida regular, y se hartaron de chocolate.
La preferencia por los alimentos dulces y grasos probablemente es una de las cosas que ayudó a los humanos a prosperar, señaló el Dr. David Katz, director del Centro de Investigación en Prevención de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut.
"Nos tienden a gustar sabores, como el dulce, que en la naturaleza se asocian con alimentos que sostienen la vida, y nos tienden a disgustar los sabores, como el amargo, que con más frecuencia se asocian con las toxinas", comentó.
Pero los impulsos que en el pasado ayudaron a nuestros ancestros a no morir de hambre podrían actualmente contribuir a los trastornos alimentarios y a la epidemia de obesidad, añadió Katz.
"Pero la culpa de esto no está dentro de nuestro mundo interior, que es igual que siempre", dijo. Se trata de lo que la gente come, y la cantidad que come, que ha hecho que el funcionamiento natural del cerebro "falle de mala manera".
Otro experto cree que la investigación podría tener implicaciones para la adicción y la obesidad.
Paul Sanberg, director del Centro de Excelencia para el Envejecimiento y la Reparación del Cerebro del Colegio de Medicina de la Universidad de Florida en Tampa, dijo que los hallazgos "sugieren áreas del cerebro humano que podrían observarse respecto a los trastornos alimentarios o la adicción".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Alexandra DiFeliceantonio, University of Michigan, Ann Arbor; Paul Sanberg, Ph.D., professor, neuroscience, director, Center of Excellence for Aging and Brain Repair, University of South Florida College of Medicine, Tampa, Fla.; David Katz, M.D., M.P.H., director, Yale University Prevention Research Center, New Haven, Conn.; Sept. 20, 2012, Current Biology

HealthDay



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