miércoles, 27 de febrero de 2013

Los pediatras dicen 'no' a las expulsiones y las suspensiones escolares: MedlinePlus

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Los pediatras dicen 'no' a las expulsiones y las suspensiones escolares

Las políticas de 'tolerancia cero' no consiguen los efectos deseados, afirma la Academia Americana de Pediatría
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_134354.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 05/26/2013)
Traducido del inglés: lunes, 25 de febrero, 2013 HealthDay Logo
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LUNES, 25 de febrero (HealthDay News) -- Suspender o expulsar a un niño de la escuela debería ser algo muy raro y la última opción, y no un castigo rutinario por el acoso escolar, el consumo de drogas u otras infracciones, según una nueva declaración de principios de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP).
La AAP, un grupo de referencia de pediatras, afirmó que la política de "tolerancia cero" en las escuelas ante los problemas de conducta de los niños no resuelve nada.
Si los padres están trabajando cuando un niño no va a la escuela, a menudo se producen más conductas inapropiadas, aseguran los autores en una declaración publicada el 25 de febrero en la edición en línea de la revista Pediatrics. Los estudiantes suspendidos o expulsados tienen más probabilidades de no terminar nunca los estudios de secundaria, acabar en el sistema judicial juvenil o finalmente conseguir algún trabajo mal pagado o ningún trabajo en absoluto.
"No solo el niño paga un precio muy alto, sino también la sociedad", señaló el Dr. Jeffrey Lamont, pediatra en la Clínica Marshfield en Weston, Wisconsin, que escribió la nueva declaración de la AAP.
Pero si las políticas de tolerancia cero alejan a los alborotadores de la escuela, ¿no les va mejor a los niños "buenos"? Eso no es lo que muestra la investigación, indicó Lamont.
Lo que es más, añadió Lamont, ese tipo de políticas no solo se centran en los niños que suponen un peligro para los otros niños, sino en los estudiantes con una amplia variedad de problemas conductuales.
Las escuelas de EE. UU. empezaron a aplicar un enfoque de tolerancia cero desde los años 80, a fin de reducir el consumo de drogas y la violencia. La idea fue revitalizada en los 90 gracias al texto de la Ley de escuelas libres de armas, que obligaba a las escuelas a expulsar a los estudiantes que llevaran armas de fuego en la escuela.
"El problema fue que las escuelas adoptaron una política de tolerancia cero que se extendió a delitos menos graves, como una falta de respeto por un profesor", comentó Lamont.
En 2006, un grupo de trabajo creado por la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association) halló tras una década de investigación que no había evidencia alguna de que la política de tolerancia cero haya conseguido ni que las escuelas sean más seguras ni que los niños obtengan mejores resultados. Pero el grupo de trabajo halló evidencias de que ese tipo de políticas se centraban de forma desproporcionada en los niños negros e hispanos.
"Uno ha de cuestionarse por qué ocurre eso", afirma Lamont.
La AAP no cuenta con una estimación de cuántos distritos escolares en EE. UU. seguían políticas de tolerancia cero. Pero son "muy habituales", comentó Katherine Cowan, directora de comunicación de la Asociación Nacional de Psicólogos Escolares (National Association of School Psychologists).
Cowan señaló que la nueva política de la AAP está alineada con la manera de pensar del grupo sobre esta cuestión. "Es fantástico que los pediatras entren en esta discusión ahora", afirmó, y señaló que los pediatras tienen un papel de gran importancia a la hora de detectar los problemas conductuales y de salud de los niños a una edad temprana.
Cowan indicó que hay "ejemplos obvios y tontos" en los que la tolerancia cero se ha aplicado de forma excesivamente rígida, como suspender a niños de escuela primaria porque sus padres pusieron un cuchillo para untar en su almuerzo. El mes pasado, suspendieron a un niño en kindergarten de Pensilvania por amenazar a sus compañeros de clase con la "pistola de burbujas" de Hello Kitty.
No obstante, lo más habitual es que se suspenda y expulse a los niños por su mala conducta. Según Lamont y Cowan, el problema es que el castigo no cuadra con el delito.
"Y tenemos alternativas que han probado que funcionan", aseguró Cowan.
Un ejemplo que la AAP expone es un programa llamado Intervenciones y Respaldos Conductuales Positivos, puesto en práctica en más de 16,000 escuelas de EE. UU. Muchos departamentos de educación estatales cuentan con centros de "asistencia técnica" que ayudan a las escuelas a implementar el plan.
El objetivo del programa es la prevención de los problemas conductuales o evitar que empeoren. El primer paso que han de dar las escuelas es determinar las expectativas que tienen de la conducta de todos los estudiantes (como no molestar a nadie en el pasillo o informar al ver que un estudiante es víctima de acoso) y hacer que esas expectativas estén claras.
La respuesta cuando no se siguen las normas también ha de ser clara; si se trata de una cuestión menor, el profesor podría resolverlo con un simple recordatorio de las expectativas de la escuela. Si se trata de una cuestión grave, se podría llamar a los padres para que acudieran a la escuela o un psicólogo de la escuela u otro profesional podría asesorar al estudiante.
La otra clave es que también se reconoce la buena conducta de los niños, explicó Lamont. "Póngase en el lugar de los niños", comentó. "No hay muchos adultos que seguirían trabajando en el mismo lugar si no escucharan más que críticas. ¿Por qué esperamos algo de los niños que no esperaríamos de los adultos?".
Lamont comentó que hay evidencias de que el programa mejora los problemas conductuales en las escuelas. "Empezando por el gobierno federal hasta los niveles inferiores, esto es lo que las personas quieren", afirmó.
Cowan señaló que aunque muchas escuelas todavía mantienen una política de tolerancia cero, se está produciendo un cambio. "Creo que estamos viendo una tendencia en las escuelas a dejar eso de lado", dijo, "porque la investigación es muy clara".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Jeffrey Lamont, M.D., clinical assistant professor, University of Wisconsin, Madison, and pediatrician, Marshfield Clinic, Weston, Wis.; Katherine Cowan, director, communications, National Association of School Psychologists, Bethesda, Md.; March 2013 Pediatrics
HealthDay
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