lunes, 25 de marzo de 2013

La conducta ciclotímica marcó a Santa Teresa - DiarioMedico.com

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Francisco Alonso Fernández

La conducta ciclotímica marcó a Santa Teresa

Catedrático emérito de Psiquiatría de la Complutense, presenta ahora un libro sobre la historia personal o psicohistoria de Santa Teresa de Jesús, tras analizar a Goya, Ramón y Cajal y algunos Austrias.
Isabel Gallardo Ponce. Madrid | igallardo@diariomedico.com   | 25/03/2013 00:00

Francisco Alonso Fernández.
Francisco Alonso Fernández, catedrático emérito de Psiquiatría de la Complutense. ()
 
 
 
Psiquiatra y amante de la historia a partes iguales, Francisco Alonso bucea en la vida de Santa Teresa, tras haber estudiado a San Juan de la Cruz, la genialidad y la santidad y publicado Estigma, levitaciones y éxtasis.

PREGUNTA. ¿Qué analiza su historia personal de Santa Teresa?
RESPUESTA.
Historia personal de la monja Teresa de Jesús entra, desde el conocimiento, en el área del misticismo y la psicopatología. Y desde el método, en la historia personal. Para los que tenemos una formación psiquiátrica es como nuestro microscopio: comprender a las personas es captar las motivaciones y las relaciones entre unos actos y otros.
  • "El desarrollo de Santa Teresa estuvo condicionado por genes ciclotímicos. Tenía grandes oscilaciones del temperamento con etapas de hiperactividad, desilusión, pesimismo y depresión"
P. ¿Desde este microscopio cómo la comprendemos?
R.
El desarrollo existencial de Santa Teresa estuvo condicionado por genes ciclotímicos. Sus dos hermanos fueron depresivos, y ella tenía grandes oscilaciones del temperamento con etapas de hiperactividad, desilusión, pesimismo, y depresión. Proviene de una familia judeoconversa, y entre los 4 y los 7 años hace una falsa maduración precoz.

P. ¿Marca la psicopatología que aparece más tarde?
R.
Marca la aparición de un sentimiento de culpa y de indefensión. De culpa, porque el elemento judaico familiar le impide ser la mejor cristiana y tiene miedo al infierno. Decía que se convirtió en monja no por amor a Dios, sino más bien por miedo. La indefensión le lleva a buscar alianzas con las personas a las que teme, por eso, la mayoría de sus confesores fueron del alto clero o consultores de la Inquisición. Al mismo tiempo reprime su linaje judaico.

P. ¿Qué ocurre en el Convento de la Encarnación?
R.
Ingresa allí a los 19-20 años, y en vez del lugar de mortificación y de entrega a Dios que esperaba, se encuentra con un ambiente muy festivo. Esta frustración activa sus genes ciclotímicos y aparece un estado depresivo, que le dura casi 20 años, agravado por dolores fibromiálgicos y por elementos motores histéricos.

P. ¿Cómo lo supera?
R.
Cerca de los 40 años se identificó con una imagen de Jesús doliente, a la que idealizó, y pasa a una vida mental mística y teísta. Experimenta alucinaciones internas y, en parte, externas y fenómenos cognitivos en los que vive las conversaciones con Dios "sin verlo ni por dentro ni por fuera", por convicción. Esto le crea una especie de pseudopsicosis histérica, aunque no tuvo confusión con la realidad ni estigmas ni levitaciones, frente a lo que se dice.

P. ¿Estos síntomas llevan a que sea tan prolífica?
R.
Sí. Empieza a escribir a instancias de sus confesores y redacta hasta diez libros, aunque no le dejan publicar ninguno y algunos los queman inmediatamente. Tuvo siempre gran vitalidad, algo propio de la ciclotimia, con una dimensión erótica que se sublimó en la primera parte de su vida en forma del amor a Jesús. No obstante, el erotismo fue invadiendo su literatura y sobre los 60 años, tras el encuentro con el sacerdote Jerónimo Gracián, sus cartas y libros reflejan ya un erotismo biográfico y personal.

P. ¿En esa época fundó las Carmelitas Descalzas?
R.
Estaba descontenta con que los carmelitas hubieran prescindido de la regla primitiva por la mitigada, así que fundó los Carmelitas Descalzos, lo que le valió una refriega con los calzados. Consiguió, gracias a sus relaciones personales y epistolares con Felipe II, que se les reconociese como provincia independiente.

P. Fue perseguida por la Inquisición. ¿Cómo se salvó?
R.
Por sus amistades con los inquisidores y con Felipe II, además de por su conducta cristiana ejemplar. Aun con sus oscilaciones ciclotímicas tenía una personalidad resiliente.

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