Un amputado recupera el sentido del tacto con una mano biónica

La prótesis se conectó mediante cirugía a los nervios del brazo. Se restablecieron las fibras sensibles residuales de un muñón de 10 años.

Redacción. Madrid | dmredaccion@diariomedico.com | 06/02/2014 00:00

El paciente amputado Dennis Aabo Sorensen, con su prótesis sensitiva. (Life)

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Nueve años después de sufrir un accidente que le costó la mano izquierda, el danés Dennis Aabo Sorensen ha podido volver a sentir el tacto de los objetos gracias a una mano biónica sensitiva conectada quirúrgicamente a los nervios de su brazo. El neuroingeniero Silvestre Micera ha dirigido a un grupo de científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, y del Instituto Italiano de Tecnología SSSA, que han diseñado una mano protésica con la que sentir la forma y rigidez de los objetos; la mano biomecánica transmite las sensaciones necesarias para diferenciar al tacto una mandarina de una pelota de béisbol, por ejemplo.

Este experimento, llevado a cabo con un paciente, es la prueba de concepto de que un día podrían desarrollarse manos protésicas capaces de sentir elementos como la temperatura y la textura de los objetos.

Stanisa Raspopovic, del EPFL y del SSSA, es el primer firmante de este trabajo multicéntrico europeo denominado Lifehand 2, cuyos resultados se publican hoy en Science Translational Medicine. El estudio se ha realizado en el Hospital Gemelli, de Roma, bajo la supervisión del cirujano Paolo Maria Rossini.

Los científicos han empleado estimulación eléctrica para restablecer las fibras sensibles residuales en el muñón de diez años del paciente amputado. La información de los sensores protésicos -que fueron insertados quirúrgicamente- se comunicaba a través de microelectrodos implantados en el sistema nervioso del enfermo.

Calibrar la rigidez
Después de realizar varios experimentos con el nuevo dispositivo, los investigadores constataron que la prótesis permitía al paciente aumentar o reducir la fuerza al agarrar los objetos, así como para calibrar su forma y su rigidez.

La mano permitió al paciente experimentar de nuevo sensaciones con el tacto sin ningún entrenamiento previo especial. Además, fue capaz de distinguir diferentes consistencias de los objetos -dura, media o blanda- y reconocer formas básicas, como el cilindro de una botella y la esfera de una pelota. El siguiente paso de este grupo de científicos será analizar la capacidad sensitiva de la mano protésica en un estudio clínico piloto que incluya a más pacientes, así como determinar el funcionamiento a largo plazo de esta tecnología.

El director del estudio recalca que se trata de un hito en la historia de las neuroprótesis. "Estábamos preocupados por una posible disminución de la sensibilidad en los nervios del paciente, ya que no habían sido utilizados en más de nueve años", confiesa Micera. Pero este temor se reveló infundado y el propio Sorensen ha calificado de "increíbles" las sensaciones que ha vuelto a experimentar.