viernes, 9 de septiembre de 2011

Donar un riñón sin que se note - DiarioMedico.com

aplicación de la técnica Notes

Donar un riñón sin que se note

La experiencia de Antonio Alcaraz, jefe del Servicio de Urología del Hospital Clínico de Barcelona, y su equipo confirma la viabilidad de las técnicas quirúrgicas con mínima cicatriz (de 10 y 5 mm) para la extracción de riñón de donante vivo con destino a trasplante. Creadores y pioneros en la aplicación de la técnica Notes, un abordaje que pretende desarrollar la cirugía a través de los orificios naturales del cuerpo, este equipo utiliza la técnica de extracción transvaginal modificada (a través de la vagina) y transumbilical (a través del ombligo).
Javier Granda Revilla. Barcelona | 09/09/2011 00:00


Alcaraz, flanqueado por Xavier Permanyer y Concepción Jiménez, donantes sometidos al Notes.
Alcaraz, flanqueado por Xavier Permanyer y Concepción Jiménez, donantes sometidos al Notes.

Desde el punto de vista quirúrgico, las técnicas con cicatriz mínima pueden dividirse en dos grandes grupos: las que utilizan los orificios naturales (Notes, acrónimo en inglés de cirugía de orificios naturales) y los puertos únicos. En el primero, como su nombre indica, se utiliza como vía de trabajo (y sobre todo de extracción del órgano) una vía natural, habitualmente la transvaginal. "Nosotros fuimos los primeros en Europa en realizar una nefrectomía a través de la vagina y los primeros en el mundo en realizar una nefrectomía por tumor a través de esta vía. Respecto al puerto único, deben situarse todas las vías de trabajo a través de una incisión, que será posteriormente utilizada para extraer la pieza", ha recordado.

El objetivo final es realizar el número mínimo de incisiones en el paciente, tratando de evitar la incisión de extracción del órgano, por lo que lo ideal es utilizar la vagina. En las técnicas de puerto único, a través del ombligo, desaparecen todas las marcas de los puertos de trabajo y se intenta disimular al máximo la cicatriz de la cirugía dentro de esta cicatriz natural de nacimiento.

"La rápida recuperación es la principal ventaja de la técnica, y además a la paciente no le queda apenas marca de que ha sufrido esa cirugía, minimizando al máximo las cicatrices. Este aspecto parece un poco banal, pero hemos visto que los pacientes que se someten a esta intervención consiguen recuperaciones más tempranas. Creo que hay un efecto psicológico al ver que las cicatrices en una nefrectomía transvaginal son de diez y cinco milímetros. O de menos de cuatro centímetros y semiescondidas en el ombligo en una nefrectomía transumbilical. Los pacientes realmente presentan menos dolor y la recuperación postoperatoria es más rápida", ha resumido.

El Hospital Clínico de Barcelona es el primer centro del mundo que realiza la nefrectomía de donante vivo, y suma ya 32 casos. Este proceso quirúrgico se realizaba anteriormente con cirugía abierta, mientras que ahora puede optarse tanto por las vías transumbilicales de puerto único como por la vía transvaginal, bien a través de orificios naturales o bien a través de Notes.

"Se produjo un gran salto cuando se pasó de la cirugía abierta a la laparoscopia; lo único que hubo que demostrar es que esta técnica no era peor que la cirugía abierta para la función del riñón, porque ofrecía muchas ventajas en cuanto a recuperación, días en el hospital y estética, entre otros aspectos. Ahora estamos pasando de la laparoscopia -con nueve años de experiencia en España- a las cirugías transvaginales o transumbilicales, y tenemos que asegurarnos de que el riñón no sufre más que en la laparoscopia ni que en la cirugía abierta. Y lo hemos demostrado con más ventajas de mayor recuperación, menor hospitalización, mayor ventaja estética… y que realmente el riñón no sufre más, porque al analizar la función de esos riñones transplantados vemos resultados iguales a los de nuestra serie de laparoscopia. De hecho, en el artículo que hemos publicado en European Urology hemos demostrado en un trabajo caso/control que realizarlo por vía transvaginal es exactamente igual a utilizar la vía laparoscópica, que es la más convencional; cada vez somos menos invasivos", ha añadido.

Donante vivo
Uno de los motivos por los que este tipo de técnica está creciendo exponencialmente es por la necesidad de recurrir cada vez más al donante vivo. Cuando el Clínico barcelonés comenzó a realizar cirugías con donantes vivos laparoscópicos en 2002, el trasplante de donante vivo era de menos del 1 por ciento del total. Hoy la cifra en España ronda el 12 por ciento, mientras que el porcentaje en Cataluña asciende al 28 por ciento del total, ya que se comenzó algunos años antes. Según Alcaraz, la proliferación de técnicas menos invasivas ayudará a incentivar la declaración de vivo. "Rafael Matesanz comentaba que éste es un paso muy importante, probablemente casi tanto como la laparoscopia y que seguirá incentivando la donación", ha citado el experto, que opina que estas técnicas admiten todavía alguna ligera mejora. "Las leyes de la física no pueden cambiarse y el órgano mide 12x6x4 y debe extraerse íntegro, por lo que muy poco puede añadirse. Probablemente puede trabajarse con un trócar menos en la vía transvaginal o realizar algún retoque más en la vía transumbilical. Pero creo que estamos muy cerca del punto final y si se generalizaran estas técnicas sería un salto importantísimo para los pacientes, porque les llevaríamos a la mínima agresión quirúrgica", ha manifestado.

La técnica es compleja. Requiere tener las habilidades laparoscópicas desarrolladas, aunque, como señala Alcaraz, "los cirujanos con experiencia en donante vivo laparoscópico ya las tienen y pueden dar un paso más en el abordaje laparoscópico y el salto al donante vivo transvaginal".

Nefrectomía transumbilical en cuatro pasos
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Cuatro pasos fundamentales de la nefrectomía transumbilical: tras la preparación del trócar para su introducción en la cavidad abdominal (De izquiera a derecha y de arriba a abajo, imagen 1), visión por transparencia del campo operatorio (imagen 2), embolsamiento del riñón (imagen 3) y extracción del riñón por el ombligo (imagen 4). Finalmente, tras la intervención quedan menos de cuatro centímetros, semiescondidos en el ombligo, de cicatriz. ()

Recuperación excelente
Marta Tomás ha resaltado la diferencia que supone que el paciente sea un donante vivo, en el sentido de que es un paciente sano y, por lo tanto, fácil de manejar a diferencia del receptor, que suele recibir diálisis, lo que aumenta la complejidad. "La recuperación de los pacientes es excelente. Aquéllos a los que se les extrae por laparoscopia de por sí tienen una muy buena recuperación. Pero la vía transvaginal proporciona un postoperatorio muy bueno, con muy poca analgesia, sin drenajes ni dolor, recibiendo el alta a los dos o tres días, aunque a veces se mantiene ingresado al donante porque está emparentado con el receptor. No hemos tenido ninguna complicación, en parte porque el que dona no es un paciente, no tiene ninguna dolencia: es una persona sana y la respuesta es muy buena a pesar de que los donantes rondan los 70 años. Ojalá todos los pacientes tuvieran esta recuperación".


Extracción del riñón a través del canal del parto
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A la derecha se puede observar la colocación de trócares abdominales y la introducción del trócar con cámara a través de canal del parto (imagen 1), seguida de la visualización del campo quirúrgico con embelesamiento del riñón (imagen 2) y, por último, la extracción del riñón de donante (mujer) viva a través del canal del parto (imagen 3). ()
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