martes, 20 de diciembre de 2011

La depresión se cura, pero no a la primera | Neurociencia | elmundo.es

NEUROCIENCIA | Revisión de estudios

La depresión se cura, pero no a la primera

Fotograma del documental 'Depresión '. | El Mundo Fotograma del documental 'Depresión '. | El Mundo
  • La mayoría de pacientes requiere sucesivos tratamientos por etapas
  • La neuroimagen y la estimulación cerebral abren nuevas esperanzas
Una de cada seis personas padece depresión clínica al menos una vez en su vida y un 7% de la población sufre esta enfermedad al cabo del año. La extensión de este problema psiquiátrico ha hecho que tenga un impacto sobre la salud pública similar al de enfermedades crónicas como la artritis o la diabetes. Sin embargo, a menudo se pasa por alto o se confunde con una simple y natural tristeza.

Una completa revisión de los estudios publicados entre 2005 y 2010, recién publicada en la revista 'The Lancet', ha determinado que se han producido "avances claros" en este tiempo a nivel de investigación, aunque sigue sin haber tratamientos "completamente satisfactorios para la depresión mayor".

El problema es que, aunque esta enfermedad puede curarse, la mayoría de los pacientes requieren probar sucesivos tratamientos y combinar terapias hasta encontrar una clara mejoría. Uno de los trabajos que se revisan -llamado STAR*D y definido como "el mayor estudio sobre depresión jamás realizado fuera de la industria farmacéutica"- arrojó resultados reveladores.

"El objetivo era la remisión [de la enfermedad] y no sólo la respuesta. Las tasas de remisión en pasos del primero al cuarto fueron desalentadoras (...), con una remisión acumulada del 67% tras los cuatro pasos", indican el investigador David J. Kupfer, del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) y sus coautores.

No obstante, la revisión confirma que tanto los fármacos como la psicoterapia son "efectivos" contra la depresión clínica, "solos o en combinación". "La depresión, con un tratamiento adecuado, se cura, y los pacientes pueden llevar una vida absolutamente normal", resuelve el doctor José Luis Carrasco, jefe de la unidad de Trastornos de la Personalidad en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Sin embargo, esta enfermedad psiquiátrica corre el riesgo de pasar inadvertida, sobre todo si se produce en combinación con una dolencia física de gravedad. Así lo resalta la mencionada revisión: "Una implicación crucial es que los servicios de Atención Primaria no deberían ignorar la presencia de depresión en pacientes que tienen un desorden físico crónico ", insisten Kupfer y sus colegas.

"Es habitual que en enfermedades crónicas el porcentaje de depresión clínica esté entre el 30% y el 40%", detalla Carrasco. "No es que tengan una reacción de tristeza, que sería normal, sino que están deseando que todo se acabe y morirse. Esto dificulta el tratamiento, empeora sus hábitos, induce al consumo de tóxicos como el alcohol y empeora el pronóstico de la enfermedad", añade.

Áreas de vanguardia

La revisión de 'The Lancet' también menciona áreas de vanguardia en el estudio y el tratamiento de la depresión mayor. Entre ellas destacan varias investigaciones en el campo de la neurobiología, como la búsqueda de genes asociados a esta enfermedad -o a la respuesta del paciente a los fármacos- y las técnicas de neuromiagen, que han detectado áreas del cerebro relacionadas con los estados de depresión clínica. "Sin embargo, el grado en que los hallazgos de estudios neurobiológicos pueden ayudar a mejorar la respuesta clínica y funcional de las personas con esta enfermedad es todavía incierto", admiten los autores.

Destacan, sin embargo, la estimulación cerebral profunda como una importante esperanza en el tratamiento de la depresión. El doctor Carrasco se muestra de acuerdo con esta afirmación, aunque matiza que la técnica aún "está verde, en el sentido de que no se sabe bien dónde y cuándo estimular. Es prometedora pero hay que afinarla".

Los autores de la revisión también se han topado con diversas publicaciones en torno al supuesto riesgo de suicidio derivado de los inhibidores de la recaptación de serotonina, un tratamiento habitual contra la depresión cuya seguridad han puesto en duda algunos estudios. Estiman, sin embargo, que no existen datos concluyentes sobre este efecto. Más contundente se muestra el doctor Carrasco: "Los psiquiatras tenemos muy claro que los inhibidores reducen los suicidios. Es al revés, los pacientes se suicidan si no les das medicación ".

Este experto matiza, en todo caso, que las dos primeras semanas de tratamiento -cuando el paciente "aún no tiene el efecto antidepresivo y se siente más agitado"- requieren un seguimiento exhaustivo, sobre todo con adolescentes. "Pero esto se ha sabido siempre", asegura.
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