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miércoles, 30 de diciembre de 2009
¿Cómo continuar la lactancia con mastitis? - DiarioMedico.com
Leónides Fernández, Juan Miguel Rodríguez, María Marín, Antonio Maldonado,Susana Delgado, Rocío Martín, Esther Jiménez, Rebeca Arroyo y Virginia Martín
Diariomedico.com
ESPAÑA
PROBIÓTICOS Y ANTIBIÓTICOS ANTE CASOS GRAVES
¿Cómo continuar la lactancia con mastitis?
La modulación de la microbiota intestinal de la madre durante el embarazo y la lactancia puede tener un efecto directo en la salud de los lactantes, según ha mostrado un grupo del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad Complutense de Madrid, coordinado por Juan Miguel Rodríguez. Así, los investigadores descubrieron que la mastitis es una situación de disbiosis que podría tratarse mediante probióticos.
Ana Callejo Mora - Miércoles, 30 de Diciembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
llaves conceptuales:
1. Algunas de las bacterias del intestino de la madre migran hasta la glándula mamaria y, a través de la leche, colonizan el intestino del neonato
2. La mastitis es un proceso disbiótico de la glándula mamaria que, a veces, puede solucionarse mediante lactobacilos aislados de leche de mujeres sanas
3. El grupo de la Complutense recibe de ambulatorios y hospitales miles de muestras de leche de mujeres con mastitis para su análisis
Los microorganismos son esenciales para la vida del ser humano porque, entre otras funciones, controlan rutas metabólicas. Antes se pensaba que durante el embarazo y la lactancia no había ningún contacto con estas bacterias.
"Hoy ya se sabe que en realidad existe una colonización del intestino del feto en el útero a través de la placenta que va mediada por algunas células del sistema inmunitario, sobre todo las dendríticas. Esta colonización causa una concentración de un espectro bacteriano muy pequeño. Es una primera adaptación al cambio de nutrición que se producirá tras el parto", ha afirmado Juan Miguel Rodríguez Gómez, investigador principal del Departamento de Nutrición, Bromatología y Tecnología de los Alimentos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, en el taller de trabajo Probióticos y salud: Evidencia científica, organizado por el CSIC y el Ministerio de Ciencia e Innovación, patrocinado por Danone y que se ha celebrado en Madrid.
"Ahora también conocemos que la glándula mamaria no es una zona estéril y que las bacterias que contiene la leche materna no proceden de la contaminación al entrar en contacto con la piel, sino que esta glándula se coloniza durante el último tercio del embarazo hasta el final de la lactancia siguiendo una ruta interna, la enteromamaria.
Gracias a la circulación enteromamaria, en la que se produce una colonización de elementos del sistema inmunitario que van hacia la glándula mamaria de forma selectiva, cuando nace el niño ya existe una comunidad bacteriana creada, con cepas no patógenas, que le confiere cierta protección frente a enfermedades infecciosas. A esto se añade que suelen ser bacterias con una gran capacidad para favorecer la maduración del sistema inmune del recién nacido.
El grupo que dirige Rodríguez está aplicando estos conocimientos a patologías como la mastitis humana -un proceso muy desconocido en el que se produce una disbiosis, es decir, la alteración de la diversidad microbiana (estafilococos, estreptococos, bifidobacterias, enterococos y lactococos) que se transforma casi en un monocultivo de una ó dos especies pero a una concentración muy alta-.
"Estamos viendo que los antibióticos que se emplean actualmente para tratar la mastitis (los betalactámicos) son los más inadecuados y lo que hacen es cronificar el problema".
Lo que propone el grupo de la Complutense, tras realizar un estudio en 400 mujeres procedentes de ambulatorios, es el uso de lactobacilos aislados de la leche humana de mujeres sanas como alternativa a otro tipo de antibióticos o como complemento a estos. El tratamiento exclusivamente con lactobacilos está indicado en los casos de mastitis leve o moderada, mientras que cuando la dolencia es más grave es preferible la acción combinada con antibióticos compatibles con la lactancia.
Después del tratamiento con probióticos, y una vez que la enfermedad ha remitido, aproximadamente un 50 por ciento de las afectadas pueden continuar la lactancia con normalidad, sin necesidad de suplementos. La otra mitad seguirá necesitando los probióticos a lo largo de todo el periodo de lactancia para mantener el equilibrio de la flora bacteriana.
Análisis de la leche
El equipo de Rodríguez realizó por primera vez en el mundo un análisis microbiológico exhaustivo de la leche materna en mujeres con mastitis. Actualmente, reciben miles de muestras para su análisis procedentes de ambulatorios, hospitales, asociaciones de lactancia y particulares de toda España e incluso de países europeos y americanos. Rodríguez ha defendido que "el cultivo de la leche es una prueba que debería hacerse en los servicios de Microbiología de los hospitales".
Otra de las aplicaciones de los probióticos es tratar la vaginosis bacteriana. En el futuro podrían emplearse en el control de la glucemia en diabetes gestacional.
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