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sábado, 26 de diciembre de 2009
La metaloproteasa-10 es un nuevo nexo entre inflamación y trombosis - DiarioMedico.com
Jaione Barrenetxe, José A. Rodríguez, Sara Martínez de Lizarrondo, Josune Orbe, Carmen Roncal y José A. Páramo
Diariomedico.com
ESPAÑA
Es un buen marcador de la disfunción endotelial
La metaloproteasa-10 es un nuevo nexo entre inflamación y trombosis
Medir los niveles de metaloproteasa-10 se puede convertir en un nuevo marcador de disfunción endotelial en las patologías en las que existe una mayor generación de trombina, como el infarto agudo de miocardio y la coagulación intravascular diseminada, según un estudio llevado a cabo por investigadores del CIMA, de Pamplona, y del ICCC, de Barcelona.
C. Simón - Jueves, 24 de Diciembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
llave conceptual:
1. Se describe el mecanismo por el que la trombina, a través de su receptor PAR-1, regula la expresión y la actividad de la MMP-10 en la pared vascular
Existe una estrecha relación entre la inflamación y la trombosis: así como los procesos inflamatorios pueden favorecer un estado protrombótico, los componentes de la cascada de coagulación también intervienen en la respuesta inflamatoria. Una investigación realizada por dos grupos de la Red de Investigación Cardiovascular (Recava) muestra que la metaloproteasa-10 (MMP-10) es un nexo clave entre la inflamación y la trombosis, particularmente en situaciones de mayor riesgo trombótico, como después de un infarto agudo de miocardio y en la coagulación intravascular diseminada.
En el trabajo, que se publica en el último número de Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology, ha participado el equipo José Antonio Páramo, del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra, en colaboración con el de José Martínez-González, del Centro de Investigación Cardiovascular de Barcelona.
Se constató que los niveles circulantes de MMP-10 constituyen un buen marcador de disfunción endotelial en patologías en las que la generación de trombina está aumentada, como sucede después de un infarto de miocardio o en la coagulación intravascular diseminada. Se describe el mecanismo a través del cual la trombina, por medio de su receptor PAR-1, regula la expresión y la actividad de la MMP-10 en la pared vascular.
Estudios experimentales y clínicos indican que la trombina, además de intervenir en la coagulación y en la trombosis, ejerce efectos proinflamatorios. Se sabe que la inflamación es el principal desencadenante de los episodios cardiovasculares, ya que, entre otros efectos, induce la producción de enzimas que degradan la matriz extracelular (metaloproteasas), lo que desestabiliza las lesiones ateroescleróticas y favorece su complicación trombótica. "El interés del estudio radica en que se describe por primera vez la MMP-10 como un nexo entre la trombosis y la inflamación, dos procesos que están detrás de la CID y de las dos principales causas de mortalidad en los países occidentales: el infarto de miocardio y el ictus isquémico".
"Estos trabajos sobre la MMP-10 son pioneros en el ámbito cardiovascular, y abren la vía a nuevas terapias dirigidas a modular la respuesta inflamatoria/proteolítica y reducir el riesgo de complicaciones trombóticas asociadas a la ateroesclerosis", afirma Josune Orbe, del CIMA.
Además de su trascendencia clínica, el estudio desvela los mecanismos moleculares a través de los cuales la trombina ejerce efectos vasculares dependientes de la MMP-10. Según Martínez-González, "en este sentido será de ayuda para determinar la participación de la metaloproteasa en la función vascular. Sirve de punto de partida para realizar estudios que nos ayuden a comprender mejor las sinergias de la trombina con otros mediadores de la respuesta inflamatoria y de la aterotrombosis".
PREÁMBULO
Hace dos años, el equipo de José Antonio Páramo, del CIMA de la Universidad de Navarra, ya trabajaba en la metaloproteasa-10 y constató que estaba implicada en la rotura de la placa de ateroma. Esta enzima no sólo puede intervenir en la degradación de la estructura del vaso sino también contribuir a la formación del coágulo dentro del vaso y a su lisis. La inflamación determina la mayor vulnerabilidad de la placa: se va haciendo más susceptible de ruptura y participa en la formación de un trombo que acaba desencadenando el infarto.
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