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ESPAÑA
PUBLICAN UNA REVISIÓN DE LOS últimos AVANCES
Dieciocho años de pequeños pasos en cáncer de páncreas
En 1992 New England Journal of Medicine publicó la última revisión sobre el estado del cáncer de páncreas. Hoy la revista estadounidense vuelve a dar cabida a un análisis, esta vez del oncólogo Manuel Hidalgo, que resume los avances en el conocimiento y manejo de la patología.
Ana Callejo Mora - Jueves, 29 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
llave conceptual:
1. Conocemos mucha información de los genes alterados, las células madre del cáncer y del estroma, y tenemos terapéuticas contra esas anomalías
La tasa total de supervivencia a los cinco años entre los pacientes con cáncer de páncreas es inferior al 5 por ciento. A pesar de que las causas de estos tumores aún no se conocen, existe la evidencia de que los fumadores tienen un incremento del riesgo del 2,5 al 3,6 por ciento. Algunos estudios muestran un aumento de la incidencia del cáncer pancreático en los pacientes con una historia de diabetes o de pancreatitis crónica. Más recientemente, los investigadores han observado que el riesgo es más elevado en pacientes con sangre tipo A, B o AB, en comparación con el tipo cero.
Manuel Hidalgo, que dirige el Centro Integral Oncológico Clara Campal del Hospital Sanchinarro, en Madrid, del Grupo Hospital de Madrid, es el autor de una revisión, que se publica hoy en The New England Journal of Medicine, que resume los recientes progresos en el conocimiento de la biología molecular del cáncer de páncreas y en el diagnóstico, estadificación y tratamiento de los pacientes con tumores en fases tempranas. "La última vez que se revisó el cáncer de páncreas en el New England fue en 1992. Quizá ha habido que esperar hasta 2010 porque, excepto en los últimos años, no se habían producido grandes avances en este tema", ha señalado Hidalgo a Diario Médico.
Entre los pasos más recientes, el oncólogo ha destacado varios. "En primer lugar, hemos identificado grupos de riesgo, pacientes con pancreatitis y con historia familiar, en los que se están investigando métodos de prevención. Aunque éstos todavía no están recomendados, constituyen una línea importante".
Por otro lado, "el tratamiento de los pacientes con enfermedad precoz, operable, se efectúa con muy poca morbimortalidad. Para ellos la cirugía continúa siendo la mejor opción. Sin duda, lo que posiblemente suponga uno de los avances más importantes es la quimioterapia postoperatoria, que ha logrado aumentar la supervivencia. Hay varios estudios que lo demuestran. En cáncer pancreático avanzado se ha introducido algún fármaco nuevo, como erlotinib, capecitabina y oxaliplatino, que mejoran el panorama pero no lo hacen de forma espectacular".
'¿Qué estamos haciendo?'
Hidalgo, que dirige el Programa de Investigación Clínica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, ha dado algunos apuntes de hacia dónde se dirige el abordaje del cáncer de páncreas. "La enfermedad se conoce mucho mejor. Los datos sugieren que el cáncer pancreático resulta de la acumulación sucesiva de mutaciones genéticas. El tumor se origina en el epitelio ductal y evoluciona de lesiones premalignas a cáncer totalmente invasivo. En concreto, la neoplasia pancreática intraepitelial es el precursor histológico mejor caracterizado de cáncer pancreático". Así lo ha explicado el investigador español, dedicando un apartado del artículo a la biología de este tipo de tumores.
Casi todos los pacientes con cáncer pancreático completamente establecido portan uno o más de cuatro defectos genéticos. Un reciente análisis genético de 24 tumores pancreáticos ha mostrado que las bases genéticas de éstos son extremadamente complejas y heterogéneas. En este estudio fueron clasificadas por su posible relevancia 63 alteraciones por cada tumor. Estas anomalías pueden ser organizadas en 12 vías relevantes del cáncer (ver infografía). Sin embargo, no todos los tumores tienen alteraciones en todas las vías, y las mutaciones clave en cada vía difieren de un tumor a otro.
"Conocemos mucha información de los genes alterados, de las células madre del cáncer, de la importancia del estroma y tenemos terapéuticas contra esas anomalías, cuyo objetivo son -entre muchas otras- Sparc, IGF-IR, MEK, RAS, Src, Hedgehog, PSCA y TNF-alfa. Lo interesante de estas terapias (en fases I, II y III) es que son más mecanísticas. Contamos con datos, por lo menos en modelos preclínicos, más prometedores en cuanto a eficacia".
(NEJM; 2010; 362: 1605).
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