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ESPAÑA
poTENCIAR FÁRMACOS QUE FACILITEN LA PREVENCIÓN
Fuster: "Ahora lo importante es promocionar la salud"
Valentín Fuster, que ha participado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2010, organizado por la SEC en Valencia, ha hecho hincapié en que "o promocionamos la salud a través de todas las herramientas posibles o no podremos afrontar la situación".
Enrique Mezquita. Valencia - Lunes, 25 de Octubre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
El impacto de las enfermedades cardiovasculares tiene múltiples implicaciones sanitarias, sociales y económicas. Según Valentín Fuster, director del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai, de Nueva York, en Estados Unidos, "las enfermedades cardiovasculares son la causa principal de mortalidad y suponen un impacto económico y personal insostenible. Ésta debe ser la preocupación a corto y medio plazo".
Hay que educar a los niños para adquirir hábitos saludables, y persuadir a los adultos para que modifiquen conductas de riesgo como el tabaquismo
En este contexto, ha señalado que "estamos en un momento en que lo importante no es tanto curar como promocionar la salud". El cardiólogo, que ha participado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2010, organizado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y celebrado en Valencia, ha hecho hincapié en que "o empezamos a promocionar la salud a través de todas las herramientas posibles o no podremos afrontar la situación".
En su opinión, "es necesario invertir todo el esfuerzo en lo que se ha comprobado que funciona: educar a los niños para adquirir hábitos saludables, persuadir a los adultos para que modifiquen las conductas de riesgo como el tabaquismo o la obesidad, ya sea mediante el efecto grupo o la ley, investigar en la detección precoz mediante, por ejemplo, las técnicas de detección de imagen y potenciar fármacos que faciliten la prevención primaria, como por ejemplo la polipíldora cardiovascular".
Entre otros temas, Fuster participó en un simposio que analizaba las novedades más relevantes en cardiología y, en concreto, en el ámbito de la anticoagulación. Respecto a las implicaciones clínicas de la anticoagulación en las nuevas guías de práctica clínica, ha destacado que, "teniendo en cuenta que el ictus es una de las principales causas de mortalidad, las revisiones de las guías son siempre necesarias, sobre todo para la detección precoz y el control con más riesgo de sufrir un infarto cerebral. Una de las novedades incluidas que he destacado durante mi intervención es la indicación de inhibidores de la trombina como, por ejemplo, la reciente introducción de dabigatrán para la prevención del ictus y la embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular (FA). Su ventaja es que no es necesario controlar periódicamente la coagulación ni de ajustar la dosis. Aun así, habrá que tener en cuenta la comparación económica con los anticoagulantes anteriores a la hora de su prescripción".
Aprobación por la FDA
Dabigatrán etexilato se comercializa en 75 países para la prevención primaria de episodios tromboembólicos venosos en adultos sometidos a cirugías programadas de sustitución total de cadera o rodilla. Pero hace escasos días, la FDA americana lo aprobó para la prevención del ictus en pacientes con FA, lo que supone un avance importante para el futuro tratamiento preventivo del ictus por FA. Esta decisión se ha producido tras recibir a finales de septiembre la recomendación unánime por parte del Comité Asesor de Fármacos Cardiovasculares y Renales de la agencia.
Actualmente, las autoridades sanitarias europeas están también valorando la documentación presentada por Boehringer Ingelheim y la compañía se encuentra a la espera de la opinión de la Agencia Europea de Medicamentos. Según los resultados de los ensayos presentados por la compañía a las autoridades sanitarias para su aprobación, supondrá una nueva opción terapéutica para pacientes y médicos para la prevención del ictus en pacientes con FA.
Durante muchos años, los antagonistas de la vitamina K, como la warfarina o el acenocumarol, han sido considerados como tratamiento de referencia para la prevención del ictus en pacientes con FA. Sin embargo, en el estudio RE-LY, presentado en el congreso europeo de cardiología en 2009, dabigatrán etexilato demostró eficacia y seguridad.
La FA es la enfermedad más común del ritmo cardiaco; se produce cuando las señales eléctricas fallan y hacen que las cavidades superiores del corazón o aurículas se contraigan de forma rápida e irregular. Esto provoca una acumulación de sangre en estas cavidades, lo que predispone a la formación de trombos o coágulos en el interior de la aurícula. Afecta aproximadamente al uno por ciento del total de la población, llegando al 10 por ciento en personas de más de 80 años. Las personas con FA tienen un riesgo aumentado de coágulos sanguíneos, que incrementan el riesgo de ictus cinco veces. Hasta tres millones de personas en todo el mundo sufren ictus relacionados con la FA cada año.Los ictus a causa de FA suelen ser graves, con un aumento de la probabilidad de muerte (20 por ciento), y discapacidad (60 por ciento), y con los consiguientes costes para la sociedad y cargas para el sistema sanitario. La FA por sí sola está asociada con un coste de hasta 13.500 millones de euros en la Unión Europea.
SOBRE LA FIBRILACIÓN AURICULAR Y EL ICTUS
La FA es la enfermedad más común del ritmo cardiaco; se produce cuando las señales eléctricas fallan y hacen que las cavidades superiores del corazón o aurículas se contraigan de forma rápida e irregular. Esto provoca una acumulación de sangre en estas cavidades, lo que predispone a la formación de trombos o coágulos en el interior de la aurícula. Afecta aproximadamente al uno por ciento del total de la población, llegando al 10 por ciento en personas de más de 80 años. Las personas con FA tienen un riesgo aumentado de coágulos sanguíneos, que incrementan el riesgo de ictus cinco veces. Hasta tres millones de personas en todo el mundo sufren ictus relacionados con la FA cada año.
Los ictus a causa de FA suelen ser graves, con un aumento de la probabilidad de muerte (20 por ciento), y discapacidad (60 por ciento), y con los consiguientes costes para la sociedad y cargas para el sistema sanitario. La FA por sí sola está asociada con un coste de hasta 13.500 millones de euros en la Unión Europea.
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