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ESPAÑA
SE HA REDUCIDO LA NECESIDAD DE TRASPLANTE EN CASOS DE LMC
Cada vez más pacientes con hemopatías consideradas de alto riesgo pasan a ser de buen pronóstico
Los desafíos a los que se enfrentan los hematólogos son múltiples, ya que existen muchos subtipos de enfermedades malignas que afectan al sistema linfático y a la medula ósea.
Redacción - Miércoles, 26 de Enero de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
Este es uno de los puntos de partida de la VIII edición del encuentro Conclusiones del LI Congreso Anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, según sus siglas inglesas), organizado en colaboración con Roche Farma y celebrado en Madrid.
Según José María Ribera, jefe del Servicio de Hematología Clínica del Instituto Catalán de Oncología en Badalona y uno de los coordinadores de esta reunión, "el reto actual es ampliar el grupo de pacientes de buen pronóstico y, de hecho, los avances terapéuticos de los últimos años están rescatando para dicho grupo cada vez más pacientes considerados de alto riesgo, por lo que la balanza se está invirtiendo".
Por su parte, Eduardo Ríos, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Nuestra Señora de Valme, en Sevilla, y también coordinador de la reunión, ha explicado que "hemos asistido a un cambio radical en la forma de tratar el cáncer hematológico, aunque aún quedan tumores de esta rama con malas respuestas a los tratamientos o con elevadas tasas de recaídas".
Ciencia básica aplicada
Ribera ha afirmado que "estamos asistiendo a un avance constante gracias a este binomio de ciencia básica aplicada al tratamiento de los enfermos y los resultados son esperanzadores". En este sentido, Ribera ha apuntado que "los dos grandes avances científicos registrados en el tratamiento de leucemias y linfomas han sido ese mejor conocimiento de cada una de las patologías y la llegada de nuevos fármacos. Todo ello nos acerca a tratamientos cada vez más personalizados".
Las recientes técnicas de citogenética y biología molecular han contribuido a definir subtipos de leucemias y linfomas con diferente perfil pronóstico y de respuesta a los distintos tratamientos. Esto ya se está llevando a la práctica clínica en enfermedades como la leucemia aguda, la leucemia mieloide crónica, la leucemia linfática crónica y, en menor medida, el mieloma y los síndromes mielodisplásicos.
La segunda gran revolución en Onco-Hematología es el impacto de los nuevos fármacos que se están introduciendo en los últimos años en esta área de la medicina (anticuerpos monoclonales, fármacos dirigidos a nuevas dianas moleculares y vías de señalización celular, entre otros).
Hoy en día, enfermedades como la leucemia linfoblástica del niño y el linfoma de Hodgkin presentan tasas de curación muy altas y se ha reducido enormemente la necesidad de trasplante en casos de leucemia mieloide crónica (LMC). También hay nuevos tratamientos para síndromes mielodisplásicos de alto riesgo.
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