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ESPAÑA
algunos necesitan menos horas de sueño
El insomnio persistente puede hacer sospechar de un trastorno psiquiátrico como depresión o ansiedad
Insomnio y depresión están íntimamente relacionados, según ha señalado Renata Egatz, neurofisióloga clínica y miembro fundador del Instituto Médico del Sueño de Castilla-La Mancha, impulsor de las I Jornadas Castellano Manchegas de Medicina del Sueño que se desarrollan hoy y mañana en la localidad ciudadrealeña de Almagro.
Sonia Tortosa. Ciudad Real - Jueves, 2 de Junio de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
"Muchos pacientes deprimidos tienen síntomas de insomnio y éste se asocia con alteraciones del estado de ánimo". Detrás de un insomnio, y en aras de elaborar una correcta historia del sueño del paciente, hay que descartar primero enfermedades médicas asociadas, y/o tratamientos que puedan estar causando alteraciones en el ciclo sueño-vigilia, y nunca perder de vista que puede haber factores psicopatológicos asociados al insomnio. "Cuando nos enfrentamos a un paciente con un insomnio persistente del que no encontramos un desencadenante objetivo, siempre hay que sospechar que existe una patología psiquiátrica de base que, a su vez, puede enmascarar síntomas y puede conducirnos a un mal diagnóstico, un mal tratamiento o un mal seguimiento del paciente".
Tal y como explica Egatz, "los pacientes con insomnio crónico persistente tienen mayor riesgo de depresión, ansiedad o alcoholismo. También es verdad que las dificultades típicas del insomnio están presentes en cuatro de cada cinco personas con trastorno depresivo mayor. Las patologías psiquiátricas muchas veces tienen como síntomas de inicio un trastorno de sueño, por ejemplo, en la enfermedad bipolar, en la que el paciente refiere necesitar muchas menos horas de sueño, con dificultad para iniciarlo o mantenerlo. Se sabe también que si se controla adecuadamente el insomnio que aparece en un paciente con alteraciones del estado de ánimo, mejoramos también la evolución de la enfermedad psiquiátrica". Egatz ha apelado en este sentido al uso racional de los fármacos, porque "en muchos casos podemos dar fármacos para el insomnio que pueden empeorar el cuadro de depresión o ansiedad".
En las jornadas se debatirán, entre otros temas, los aspectos generales del sueño normal y patológico, los trastornos del sueño en atención primaria, el diagnóstico y control evolutivo del síndrome de apneas-hipopneas (SAHS) durante el sueño, su tratamiento y comorbilidad, el papel del odontólogo en el paciente roncador, los trastornos motores durante el sueño (síndrome de piernas inquietas y parasomnias), la narcolepsia y otras hipersomnias, y los trastornos del sueño en las enfermedades neurodegenerativas. En este sentido, las jornadas contarán con neurólogos, neurofisiólogos clínicos, otorrinos, cardiólogos, odontólogos y psicólogos, procedentes de toda España que abordarán la patología del sueño desde sus respectivas especialidades.
Más del 6% de población
Un 30 por ciento de la población acude a la consulta con una queja o síntoma de insomnio; de ahí la necesidad de definir el concepto de tal disfunción. "Se puede interpretar como una enfermedad o como un síntoma. El hecho de decir duermo mal, me cuesta quedarme dormido o tengo un sueño fragmentado o de mala calidad sería la queja".
El diagnóstico como tal de insomnio está presente en más de un 6 por ciento de la población española, basado en un reciente estudio desarrollado por el Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona, y la Escuela de Medicina de Stanford de Estados Unidos, dirigido por Teresa Sagalés, del Servicio de Neurofisiología Clínica del hospital barcelonés.
El estudio fue realizado a 4.648 personas mayores de 15 años, de entre las cuales un 3,7 por ciento afirmaba tener dificultad para dormirse y un 4,3 por ciento afirmaba despertarse de madrugada y después no conseguir conciliar el sueño. Un total del 6,4 por ciento de la muestra fue diagnosticado con insomnio.
TERAPIAS DISPONIBLES
"Para el tratamiento del insomnio, se dispone de las benzodiacepinas, que son las más tradicionales, y fármacos no-benzodiacepínicos. La mayoría de ellos deben utilizarse en pautas cortas", ha comentado Renata Egatz, del Instituto del Sueño de Castilla-La Mancha. Sin embargo, nunca hay que olvidar el tratamiento no farmacológico del insomnio. "Las medidas de higiene del sueño y el tratamiento cognitivo-conductual son pilares básicos del abordaje y seguimiento de los pacientes. Una adecuada historia del sueño nos permite diferenciar el insomnio de una alteración del ritmo circadiano, como por ejemplo el retraso de fase, subsidiario de tratamiento cognitivo-conductual. Una medida básica que debe introducir el paciente con insomnio es el ejercicio físico regular, que, según se ha demostrado en algunos estudios, es tanto o más eficaz que el tratamiento farmacológico".
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